Lo que gané al escribir mi testimonio
Recientemente me di cuenta de que muchos hermanos y hermanas escribían testimonios sobre sus propias experiencias y quería la práctica de escribir uno también. Llevaba años siendo creyente, disfrutaba mucho del sustento de Dios y tenía algunas experiencias. Quería usar tiempo de mi devociones para escribir un artículo, pero, cada vez que escribía una introducción, no sabía cómo seguir. Pensé que había pasado por varios despidos, fracasos y errores, y me habían tratado mucho. Hasta cierto punto, había tenido algunas experiencias. ¿Por qué se me quedaba la mente en blanco en cuanto estaba a punto de escribir? Cuando escribía sobre mi entendimiento de las palabras de Dios, utilizándolas para analizarme minuciosamente y entenderme, qué sendas de práctica había encontrado en las palabras de Dios, y cómo me arrepentí y cambié, me quedaba atascada en estas partes. Pasaron uno o dos meses así, y al final nunca escribí un artículo. Lo encontraba demasiado difícil. Además, el líder sabía que yo carecía de calibre e ideas. No debería ser tan dura conmigo misma. Había muchas cosas que tenía que abordar todos los días y no podía detenerme para reflexionar sobre las palabras de Dios. Además, algunos hermanos y hermanas con buen calibre y experiencias podían escribir. Estaba bien hacer que escribieran artículos, pero no era necesario que yo lo hiciese. Así que abandoné por completo la idea de escribir un artículo. A veces, los hermanos y hermanas me recordaban que podía escribir uno, pero yo me enojaba y no quería ni responder sus mensajes. Tras algún tiempo, mis devociones no iban bien. Leía las palabras de Dios, pero no tenía el esclarecimiento del Espíritu Santo y no podía sentir a Dios. Había muchos problemas en el trabajo que yo no podía entender ni resolver, y surgían uno tras otro. Sentía mucha presión y mucho dolor. Oré a Dios, le pedí que me esclareciese y guiase para permitirme entender mis problemas.
Un día, en mis devociones, leí lo siguiente en las palabras de Dios: “Buscar la verdad es voluntario; si amas la verdad, obra el Espíritu Santo. Cuando en tu corazón ames la verdad, cuando al enfrentar cualquier tipo de persecución o tribulación ores a Dios y te ampares en Él, a la vez que hagas introspección e intentes conocerte, cuando, al detectar un problema, busques activamente la verdad para resolverlo, entonces serás capaz de mantenerte firme en el testimonio. Todas estas manifestaciones son producto natural de que la gente ame la verdad, y todas se producen voluntariamente, de buena gana, y sin coacción, y por lo tanto son también totalmente incondicionales. Si la gente es capaz de seguir a Dios de esta manera, lo que al final obtiene es la verdad y la vida, en lo que entra es en la realidad de la verdad y lo que vive es a imagen del hombre. […] Si no has obtenido la verdad, ninguna de las razones o excusas que aduzcas tendrá sustento; a Dios no le importan tus razones. Intenta razonar como quieras, complícate como quieras; ¿acaso le importa a Dios? ¿Conversaría Dios contigo? ¿Discutiría y debatiría Él contigo? ¿Consultaría contigo? ¿Qué respuesta hay para eso? No. No lo haría en absoluto. Tus razones no son válidas por muy sólidas que sean. No debes malinterpretar la voluntad de Dios pensando que puedes dar todo tipo de razones y excusas para no buscar la verdad. Dios quiere que busques la verdad en todos los ambientes y en todos los asuntos que se te presenten, logrando finalmente hacerte entrar en la realidad de la verdad y alcanzar esta. Sean cuales sean las circunstancias que Dios haya dispuesto para ti, la gente y los acontecimientos con que te topes y el ambiente en que te halles, son cosas sobre las cuales debes orar a Dios y buscar la verdad para afrontarlas. Son precisamente las lecciones que debes aprender en la búsqueda de la verdad. Si buscas siempre dar excusas, ser evasivo, negarte, resistirte, entonces Dios se rendirá contigo. Será inútil que te muestres intratable, o que seas una persona difícil, o que aportes tus razonamientos. Si Dios no te presta atención, perderás la oportunidad de salvarte. Para Dios, no existe ningún problema que no pueda ser resuelto; Él ha hecho arreglos para todas y cada una de las personas, y dispone de una manera de manejarlos. Dios no va a discutir contigo si tus razones y excusas son justificables ni va a prestar atención a si tu defensa tiene sentido. Lo único que te pregunta es: ‘¿Son las palabras de Dios la verdad? ¿Tienes un carácter corrupto? ¿Debes buscar la verdad?’. Solo tienes que tener claro un hecho: Dios es la verdad, tú formas parte de la humanidad corrupta, y por eso debes encargarte de buscar la verdad. Ningún problema o dificultad, o razón o excusa, es justificable; si no aceptas la verdad, perecerás” (La Palabra, Vol. VI. Sobre la búsqueda de la verdad. Qué es buscar la verdad (1)). Las palabras de Dios me despertaron inmediatamente. Buscar la verdad es algo personal y voluntario. No debería buscar cualquier motivo o excusa para no escribir un artículo o perseguir la verdad. A Dios no le importa lo adecuados que sean los motivos. Dios quiere que escuchemos Sus palabras y nos sometamos a Sus requisitos en toda situación, en todo lo que suceda. Eso es lo que debo hacer. Dios también dijo: “El deber de tu fe en Mí es dar testimonio de Mí, ser leal a Mí y a ningún otro, y ser obediente hasta el final” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. ¿Qué sabes de la fe?). Dar testimonio de Dios es lo que Él exige, y es un deber que ha de cumplir cada uno de nosotros que haya experimentado la obra de Dios. Por muy profundo o superficial que sea mi entendimiento de la verdad, no puedo enterrar la obra que Él ha hecho en mí, sino que debo escribir lo que he ganado de mi fe para dar testimonio de Dios. Me encontré con muchas dificultades mientras escribía el artículo, pero esos problemas eran precisamente mi corrupción y mis defectos que no había entendido, y tenía que acallarme de verdad, reflexionar sobre las palabras de Dios y buscar la verdad. Pero, en cambio, no traté de buscar la verdad ni me esforcé por reflexionar sobre las palabras de Dios. Encontré todo tipo de excusas para rechazar y resistirme a escribir un artículo. Seguía diciendo que carecía de calibre y no tenía tiempo porque tenía mucho trabajo. Pensaba que no escribir un artículo era normal. A veces, cuando los demás me decían que escribiese uno, me enojaba y ponía excusas. Ni siquiera quería contestar sus mensajes. Pero, ahora, pensando tranquilamente en ello, aunque había estado al día con cada aspecto de mi trabajo como líder, no todos los problemas debían ser abordados con urgencia y podía dedicar tiempo a muchas cosas. Además, algunas de mis tarea rutinarias no requerían mucho tiempo para ser completadas. No estaba tan ocupada que no tenía tiempo de escribir un artículo. Esas eran excusas que encontraba. Sentía que hacer estas tareas rutinarias era fácil, no tenía problemas y no requería demasiado esfuerzo mental, pero escribir no era mi punto fuerte, así que lo quería evitar. Incluso utilicé el motivo de que el líder sabía que yo carecía de calibre e ideas. Fui capaz de distorsionar las cosas e inventar falacias. De hecho, escribir un artículo de testimobio puede instarnos a hacer algún esfuerzo para buscar la verdad. Al pensar en las palabras de Dios y buscar la verdad, podemos resolver nuestra corrupción, hacer las cosas con principios y cumplir con nuestro deber mejor. Escribir artículos y dar testimonio de Dios es nuestro deber y no hay excusas para no hacerlo. Dios dice: “Dios es la verdad, tú formas parte de la humanidad corrupta, y por eso debes encargarte de buscar la verdad. Ningún problema o dificultad, o razón o excusa, es justificable; si no aceptas la verdad, perecerás”. Entonces, me di cuenta de que estar atascada en mis excusas, sin buscar ni aceptar la verdad, me destruiría por completo y mi resultado final sería la destrucción. ¡Qué estado más terrible! Así que oré rápidamente: “¡Dios! Me acabo de dar cuenta de que no soy alguien que acepte la verdad. He leído mucho de Tu palabra, escuchado muchos sermones, pero no tengo nada de la realidad de la verdad y no estoy dispuesta a practicar escribir un artículo de testimonio. Es muy vergonzoso. Ahora he visto mis defectos, mis fallos. Quiero cambiar este estado incorrecto y esforzarme por hacer lo que Tú dices”.
Más tarde, oré a Dios, buscando: ¿cuál era la verdadera razón por la que no perseguía la verdad y no quería escribir mi testimonio? En mi reflexión, leí algo en las palabras de Dios. Dios Todopoderoso dice: “En su fe en Dios, muchas personas solo se centran en trabajar para Él, y se conforman con simplemente sufrir y pagar un precio. Sin embargo, no buscan la verdad en absoluto. ¿Y el resultado? Después de creer en Dios durante diez, veinte o treinta años, todavía carecen de un verdadero conocimiento de la obra de Dios, y no pueden hablar de ninguna experiencia o conocimiento de la verdad o de las palabras de Dios. Durante la reunión, cuando intentan dar un pequeño testimonio, no tienen nada que decir; desconocen por completo si van a salvarse o no. ¿Qué problema hay aquí? Así son las personas que no buscan la verdad. No importa cuántos años lleven siendo creyentes, son incapaces de entender la verdad, y mucho menos de practicarla. ¿Cómo podría entrar en la realidad de la verdad alguien nada receptivo a ella? Hay personas que no perciben este problema, que creen que si los que repiten como loros las palabras de las doctrinas practican la verdad, pueden entrar en la realidad de la verdad. ¿Es esto correcto? Los que repiten como loros las palabras de doctrina son naturalmente incapaces de entender la verdad, así que ¿cómo podrían practicarla? Aunque lo que practican parece no violar la verdad, y ser una buena acción, un buen comportamiento, ¿son tales buenas acciones y buen comportamiento adecuados para que se les llame la realidad de la verdad? Las personas que no comprenden la verdad no entienden lo que es la realidad de la verdad; consideran que las buenas acciones y el buen comportamiento de las personas son la práctica de la verdad. Esto es absurdo, ¿no es así? ¿En qué se diferencia de las opiniones ideológicas de los religiosos? ¿Y cómo se pueden resolver estos problemas de comprensión sesgada? Las personas deben comprender primero la voluntad de Dios a partir de Sus palabras, y ser conscientes de qué es comprender la verdad y qué es practicarla, para poder analizar a los demás y detectar cómo son realmente, y poder distinguir si poseen o no la realidad de la verdad. La obra de Dios de salvar al hombre significa hacer que las personas comprendan y practiquen la verdad; solo entonces las personas podrán despojarse de sus actitudes corruptas, podrán actuar de acuerdo con los principios y entrar en la realidad de la verdad. Si no buscas la verdad y te conformas con gastar, sufrir y pagar un precio por Dios según tus propias nociones e imaginaciones, ¿todo lo que hagas representará que practicas la verdad y te sometes a Dios? ¿Puede eso demostrar que ha habido cambios en tu carácter vital? ¿Puede representar que tienes el verdadero conocimiento de Dios? No. ¿Y qué representará entonces todo lo que hagas? Solo puede representar tus propias inclinaciones personales, tu comprensión y tus ilusiones vanas, son las cosas que te gustan y estás dispuesto a hacer; lo único que haces es satisfacer tus propios deseos, anhelos e ideales. Está claro que esto no es buscar la verdad. Nada de lo que haces tiene relación con la verdad, ni con lo que Dios pide. Lo haces todo para ti mismo; solo trabajas, luchas y vas de un lado a otro en aras de tus propios ideales, reputación y estatus, lo cual no difiere de Pablo” (La Palabra, Vol. VI. Sobre la búsqueda de la verdad. Qué es buscar la verdad (2)). Las palabras de Dios de juicio y revelación me dejaron sin dónde esconderme, me sentía incómoda y molesta. Había sido creyente todos esos años, había leído tanto de las palabras de Dios, y tenía algunos fracasos y caídas, había sido podada y tratada, pero no tenía ningún testimonio escrito. No podía expresar mis experiencias ni entendimiento de la verdad tampoco, porque no buscaba la verdad. Estaba contenta con solamente aparentar sufrir y pagar un precio, hacer el trabajo del que era responsable sin fallos ni descuidos. Tenía cosas, grandes y pequeñas, que abordar en mi trabajo diario, y si demoraba hacer algo, temía que los demás dijeran que no hacía trabajo práctico ni resolvía problemas reales. ¿Qué pasaría, entonces, si el líder se enteraba y me despachaba? Al pensar en esto, abandoné escribir un artículo y reflexionar sobre las palabras de Dios, e incluso abandoné mis devociones matutinas. Sentía que escribir un artículo retrasaría el progreso de mi trabajo. A veces me levantaba y quería hacer devociones matutinas, pero cuando volvía a mi computadora y veía todo tipo de mensajes que necesitaban respuesta, abandonaba las devociones y empezaba a responderlos, tratando todo tipo de problemas. Pero, en realidad, no todo tenía que tratarse de inmediato. Si respondía cuando tuviese tiempo, nada se retrasaría. Pero, como estaba ocupada con esas cosas, abandoné mi tiempo para comer, beber y reflexionar sobre las palabras de Dios. Incluso pensé que era responsable en mi deber al tomar una carga y que podía hacer trabajo real, pero, en realidad, quería usar mi sufrimiento superficial y mis esfuerzos para recibir admiración. ¿Cómo era eso cumplir un deber? Quería usar mi deber para proteger mi reputación y estatus, para cumplir mis ambiciones personales. Estaba en una senda contra Dios. Sabía que el proceso de escribir un artículo era el proceso de buscar la verdad, pero no buscaba la verdad y no quería escribir un artículo para dar testimonio. Estaba ocupada con cosas todos los días, e incluso cuando tenía tiempo, encontraba todo tipo de excusas para no escribir. ¿No estaba haciendo servicio solamente? No me esforzaba por buscar la verdad, sino que solo me centraba en el trabajo, lo que significaba que los hermanos y hermanas no se centraban en la entrada en la vida en su deber. No hacían instrospección cuando encaraba problemas ni aprendían sobre sí mismos a través de las palabras de Dios. Estaba alejando a otros de la voluntad de Dios. Pensé en las palabras de Dios: “Nada de lo que haces tiene relación con la verdad, ni con lo que Dios pide. Lo haces todo para ti mismo; solo trabajas, luchas y vas de un lado a otro en aras de tus propios ideales, reputación y estatus, lo cual no difiere de Pablo”. Decidí que estaba tomando la senda de Pablo. Estaba siempre preocupada por hacer cosas, hacer lo que quería, lo que me venía fácilmente, pero, en cuanto al trabajo que Dios requiere que implica la verdad, no solo no busqué la verdad, sino que me harté de ella y la evité. Solo trabajaba para satisfacer mi deseos por el estatus. Estaba en una senda de ser enemigo de Dios. Si eso continuaba, por mucho trabajo que hiciese, acabaría descartada por Dios. Darme cuenta de esto me aterrorizó y quiso cambiar esta situación de inmediateo.
Leí algunas palabras de Dios en mis devociones un día. “El estado más evidente de los hartos de la verdad es que no les interesan la verdad ni las cosas positivas, incluso les repugnan y les repelen, y les gusta especialmente seguir las tendencias mundanas. No aceptan de corazón las cosas que Dios ama y lo que Dios exige que haga la gente. En cambio, son despectivos e indiferentes y algunos hasta suelen despreciar las normas y los principios que Dios exige a la gente. Les repugnan las cosas positivas y siempre tienen una sensación de resistencia, confrontación y desprecio hacia ellas. Esta es la principal manifestación de hartazgo de la verdad. En la vida de iglesia, la lectura de la palabra de Dios, la oración, la enseñanza de la verdad, el cumplimiento del deber y la resolución de problemas con la verdad son cosas positivas. A Dios le resultan agradables, pero algunos están asqueados de estas cosas positivas, no les gustan y son indiferentes a ellas. […] ¿No supone este carácter un hartazgo de la verdad? ¿No revela esto un carácter corrupto? Hay muchas personas que creen en Dios a las que les gusta trabajar para Él y correr fervorosas de un lado a otro. Al ejercer sus dones y fortalezas, al alardear, al dar rienda suelta a sus preferencias, tienen una energía ilimitada; pero si se les pide que practiquen la verdad y actúen de acuerdo con los principios de esta, pierden la energía y el entusiasmo. Si no se les permite lucirse, se vuelven apáticos y se desaniman. ¿Cómo es que tienen energía para alardear? ¿Y cómo no tienen energía para practicar la verdad? ¿Cuál es el problema? A todos les gusta distinguirse; todos ansían la vanagloria. Todos tienen una energía inagotable cuando creen en Dios por las bendiciones y las recompensas, así que ¿por qué se vuelven desganados, por qué se desaniman cuando practican la verdad y abandonan la carne? ¿Por qué ocurre esto? Esto demuestra que los corazones de las personas están adulterados. Creen en Dios únicamente por las bendiciones; por decirlo claro, quieren entrar en el reino de los cielos. Sin bendiciones o beneficios que buscar, la gente se vuelve apática y se desanima, y no tiene entusiasmo. Todas estas cosas las causa el carácter corrupto que está harto de la verdad” (La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Tercera parte). Las palabras de Dios me resultaron esclarecedores. Eviataba escribir un artículo y no quería esforzarme en buscar la verdad completamente debido a mi carácter satánico de estar harta de la verdad. Sabía bien que Dios nos exige escribir artículos dando testimonio, y si no era algo profundo, podría escribir algo más simple. Siempre que sea práctico, haya experiencia y entendimiento, y sea edificante, está bien. Escribir un artículo es dar testimonio de lo que ha obra de Dios ha conseguido en nosotros, cómo Dios purifica y salva a la gente con Sus palabras, y cómo estas palabras resuelven varias dificultades y corrupciones en la gente. Dios realmente atesora los testimonio de la gente y uno bueno es lo que más consuela Su corazón. Así que, Dios espera que escribamos nuestras experiencias y ganancias como artículos para dar testimonio de Él. Pero, en vez de esforzarme por lo que Dios exige, encontré motivos para evitarlo, para negarme. Mostraba un carácter satánico de estar harta de la verdad.
Entonces, ¿qué piensa Dios del carácter que está harto de la verdad? Leí este pasaje de las palabras de Dios en mis devociones: “¿Qué clase de gente está harta de la verdad? ¿La que se resiste y opone a Dios? Puede que no se resista abiertamente a Dios, pero su naturaleza y esencia es negar y resistirse a Él, lo que equivale a decirle abiertamente: ‘No me gusta oír lo que dices, no lo acepto, y como no acepto que Tus palabras sean la verdad, no creo en Ti. Creo en quien me es provechoso y beneficioso’. ¿Es esta la actitud de los incrédulos? Si esta es tu actitud hacia la verdad, ¿no eres abiertamente hostil a Dios? Y si eres abiertamente hostil a Dios, ¿Él te salvará? No. De ahí la ira de Dios hacia todos los que lo niegan y se resisten a Él. […] Cuando alguien está harto de la verdad, le es imposible alcanzar la salvación; no se trata de algo que pueda perdonarse o no, no es una modalidad de conducta ni algo que se revele fugazmente en la persona; es su naturaleza y esencia y Dios está muy molesto con esas personas. Si tienes brotes ocasionales de corrupción, debes reflexionar, basándote en las palabras de Dios, sobre si estos brotes provienen de una aversión a la verdad o de una falta de comprensión de ella. Esto requiere una búsqueda, así como el esclarecimiento y la ayuda de Dios. Si tienes el tipo de naturaleza y esencia que está harta de la verdad, y nunca la aceptas, y si eres particularmente reacio y hostil a ella, entonces existe un problema. Seguramente eres una persona malvada, y Dios no te salvará” (La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Comprender la verdad es lo más importante para cumplir bien con el deber). Las palabras de Dios se me clavaron en el corazón. Estar harto de la verdad es oponerse a Dios y ser Su enemigo abiertamente. Afirmaba creer en Dios Todopoderoso, oraba en Su nombre, comía y bebía las verdades que expresaba, compartía las palabras de Dios en todas las reuniones y se las predicaba a los hermanos y hermanas. Pero la manera en la que actuaba, la manera en que vivía, no estaban en consonancia con las palabras de Dios y no estaba cumpliendo Sus requisitos. En cambio, estaba harta de la verdad. ¿Cómo podía aceptar y practicar la verdad de esa manera? La única manera de ser salvado como creyente es aceptar la verdad. Pero no amaba las verdades que Dios ha expresado. En el fondo de mi corazón estaba en contra de Dios. Solo ese carácter satánico de estar harto de la verdad podía arruinarme. En ese momento vi que un carácter satánico de estar harto de la verdad da mucho miedo y es un talón de Aquiles para la salvación. Entonces, acudí a Dios para arrepentirme: “¡Oh, Dios! Estoy harta de la verdad, no me centro en escribir un artículo o intentar buscar la verdad, y ahora he visto que un carácter de estar harto de la verdad te es repulsivo. Quiero arrepentirme y buscar bien la verdad; por favor, guíame”.
Después leí más de las palabras de Dios. “Si realmente amas la verdad en tu corazón, pero tienes un calibre un tanto bajo y careces de perspicacia, además de ser un poco necio; si a veces cometes errores, pero no tienes la intención de hacer el mal, y simplemente has hecho algunas tonterías; si estás dispuesto a escuchar de corazón la comunicación de Dios sobre la verdad, y anhelas sinceramente la verdad; si la actitud que adoptas en tu trato con la verdad y las palabras de Dios es de sinceridad y anhelo, y puedes atesorar y apreciar las palabras de Dios, con eso basta. A Dios le gustan esas personas. Aunque a veces seas un poco necio, a Dios le sigues gustando. Dios ama tu corazón, que anhela la verdad, y ama tu actitud sincera hacia la verdad. Por lo tanto, Dios tiene misericordia de ti y siempre te muestra Su favor. Él no tiene en cuenta tu pobre calibre o tu necedad, ni tampoco tus transgresiones. Como tu actitud hacia la verdad es sincera y entusiasta y tu corazón es sincero; entonces, como tu corazón y actitud son lo que Dios valora, siempre será misericordioso contigo, y el Espíritu Santo obrará en ti y tendrás esperanzas de salvación” (La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Comprender la verdad es lo más importante para cumplir bien con el deber). Las palabras de Dios me despertaron y me dieron una senda de práctica. Mi corazón se iluminó y sentí alivio. A Dios no le importa el calibre bajo o la ignorancia de la gente. Siempre que tengan sed de la verdad y la traten con una actitud de sinceridad, tendrán la misericordia de Dios. Me di cuenta de que había otros hermanos y hermanas con calibre normal que tenían sed de las palabras de Dios y contemplaban y buscaban atentamente la verdad cuando surgían cosas. Con una actitud sincera hacia las palabras de Dios, tenían la misericordia y guía de Dios. Acabaron siendo capaces de escribir ensayos muy conmovedores acerca de sus experiencias para dar testimonio de Dios. Y algunos que se unieron a la fe hace poco no salían corriendo por muchas dificultades que encarasen en su deber, sino que se sometían al gobierno y los arreglos de Dios y confiaban en Él para buscar la verdad y superar las dificultades. Al final dan testimonios conmoverdores. Y algunos nuevos creyentes trabajan para buscar la verdad cuando revelan corrupción. Leen las palabras de Dios y hacen instrospección. El entendimiento que comparten es verdaderamente auténtico y práctico. A Dios no le importa cuánto tiempo alguien haya tenido fe, si es ignorante o tiene calibre bajo, sino si persigue la verdad, la ama, tiene sed de la verdad y si aborda las palabras de Dios con un corazón sincero o no. El calibre bajo no es fatal. Lo crucial es si tenemos un corazón que ama la verdad, si podemos aceptar y practicar la verdad. Dios es fiel y justo, y no le importa si alguien tiene buen o mal calibre. Siempre que tengamos sed de la verdad y nos esforcemos por ella, y siempre que implementemos lo que sabemos, podemos ganar el esclarecimiento del Espíritu Santo, y nuestro entendimiento y conocimiennto mejorarán. No debería quedarme atrás al tener un calibre bajo ni encontrar excusas para evitar escribir un artículo. Quería comer, beber y experimentar las palabras de Dios de manera auténtica, para poner mis experiencias en un artículo y dar testimonio a Dios.
Leí un pasaje de las palabras de Dios más tarde que aclaró la voluntad de Dios para mí. “Ninguna senda para alcanzar la salvación es más real o práctica que aceptar y buscar la verdad. Si no puedes obtener la verdad, tu creencia en Dios es vacía. Aquellos que siempre hablan palabras vacías de doctrina, repiten consignas como loros, dicen palabras altisonantes, siguen reglas y nunca se concentran en practicar la verdad, no ganan nada, por muchos años que crean. ¿Quiénes son los que ganan algo? Aquellos que cumplen con su deber sinceramente y están dispuestos a practicar la verdad, que tratan lo que Dios les ha confiado como su misión, que pasan con gusto toda su vida esforzándose por Dios y no traman para su propio beneficio, aquellos cuyos pies están firmemente en la tierra y que obedecen las orquestaciones de Dios. Son capaces de captar los principios de la verdad mientras cumplen con su deber y se esfuerzan por hacerlo todo correctamente, lo que les permite lograr el efecto del testimonio de Dios y satisfacer Su voluntad. Cuando encuentran dificultades en el cumplimiento de su deber, le oran a Dios y tratan de comprender la voluntad de Dios, son capaces de obedecer las orquestaciones y los arreglos que vienen de Él, y en todo lo que hacen, buscan y practican la verdad. No repiten consignas ni dicen cosas altisonantes, sino que se centran únicamente en hacer las cosas con los pies en la tierra y en seguir meticulosamente los principios. Se esfuerzan en todo lo que hacen, y se esfuerzan en entenderlo todo y son capaces de practicar la verdad en muchos asuntos, tras lo cual adquieren conocimiento y comprensión, y son capaces de aprender lecciones y ganar algo de verdad. Y cuando tienen pensamientos erróneos o estados equivocados, le oran a Dios y buscan la verdad para resolverlos; no importa qué verdades entiendan, tienen una apreciación de ellas en sus corazones y son capaces de hablar de sus experiencias y testimonio. En última instancia, tales personas obtienen la verdad. Esas personas sin corazón nunca piensan en cómo practicar la verdad. Solo se centran en esforzarse y hacer cosas, y en exhibirse y presumir, pero nunca buscan cómo practicar la verdad, lo que les dificulta obtenerla. Piensa en ello, ¿qué clase de personas pueden entrar en las realidades de la verdad? (Los que tienen los pies en la tierra, son pragmáticos y ponen su corazón en lo que hacen). Las personas con los pies en la tierra, que se abocan a lo que hacen y tienen corazón, prestan más atención a la realidad y al uso de los principios de la verdad cuando actúan. Además, en todas las cosas prestan atención a los aspectos prácticos, son pragmáticos y les gustan las cosas positivas, la verdad y las cosas prácticas. Son las personas así las que, en última instancia, comprenden y obtienen la verdad” (La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. En la fe en Dios, lo principal es practicar y experimentar Sus palabras). Aprendí de las palabras de Dios que los que buscan la verdad, se centran en las palabras de Dios, a menudo meditan sobre las palabras de Dios y las ponen en práctica. Pueden buscar la verdad y aprender lecciones de la gente, cosas y acontecimientos a su alrededor, y reciben recompensas de sus experiencias. Escribir un artículo es una de las mejores maneras de instarnos a acudir a Dios y meditar sobre Sus palabras, lo que es la voluntad de Dios. Cuando entendí la voluntad de Dios sentí una carga y motivación para escribir un artículo. Sentí que debía cumplir ese deber para consolar el corazón de Dios. Escribir un artículo para dar testimonio puede beneficiar a aun más personas. Es algo significativo y valioso y también mi responsabilidad.
Después de esto, empecé a planear el trabajo de todos los días, y a determinar qué tiempo utilizaría para cada problema, según su urgencia. Cuando tenía tiempo comía y bebía las palabras de Dios y me ponía a escribir un artículo. Cuando empecé a escribir, al principio solo escribía una explicación completa de algo. No podía escribir claremente mi entendimiendo de las palabras de Dios y era bastante superficial. Quería abandonar y dejar de escribir en ese momento, y ya no quería reflexionar sobre las palabras de Dios. Así que oré a Dios: “¡Dios! No quiero abandonar. Quiero pensar bien en Tus palabras, escribir todo lo que sepa por ahora y entonces seguir escribiendo a medida que aumente mi experiencia. No quiero vivir por mi carácter corrupto. Quiero escribir acerca de Tu trabajo en mí para dar testimonio de ti”. Me sentí mucho más tranquila después de esa oración. Cuando me tranquilicé en mi propio estado y las palabras de Dios, anoté el esclarecimiento que tenía. Así que, pensé en las palabras de Dios y escribí el entendimiento que tenía entonces. Cuando terminé y vi que algunas partes no estaban muy claras, hice todo lo posible por editarlas. Cuanto más escribía, más claridad obtenía, y mejor veía mi propio estado. También gané cada vez más entendimiento de la verdad. Me sentí muy realizada con este tipo de práctica. Esta experiencia me mostró la importancia de buscar la verdad. En todas las cosas tenemos que buscar la verdad, hacer introspección y conocermos a nosotros mismos, y practicar las palabras de Dios, entonces recibimos las recompensas. Escribir un testimonio personal, buscar la verdad y un cambio en el carácter de vida es crucial, muy importante.