No necesito tu supervisión

10 Nov 2024

Por Mildred, Malasia

Poco después de aceptar la obra de Dios Todopoderoso en los últimos días, el Pastor Li se enteró. Un día, me llamó y me pidió que fuese a la iglesia. Pensé que él conocía bien la Biblia, llevaba sirviendo al Señor bastantes años y era muy devoto en su vida. Además, siempre nos decía que esperásemos con atención el regreso del Señor, y yo llevaba tiempo queriendo compartir el evangelio con él, y decirle que el Señor Jesús había regresado. Me pareció una buena oportunidad. Pero cuando nos vimos, me sorprendió que me mirara con reproche y me preguntara: “Diaconisa Zhang, ¿cómo puede ser que creas en Dios Todopoderoso? ¿Por qué no viniste a consultarme antes de aceptarlo? ¡Podría haberlo investigado por ti! Está claro que te falta conocimiento bíblico, y sin nuestra supervisión, podrías ser fácilmente desorientada”. Al escuchar al Pastor Li decir esto, me sentí muy incómoda. Pensé: “Investigar el camino verdadero es mi libertad personal, ¿por qué debería pedir tu aprobación o estar bajo tu supervisión? Además, llevo creyendo en el Señor más de dos décadas, y aunque no sé tanto de la Biblia como tú, tengo mis propias ideas y opiniones. Llevo tres meses investigando diligentemente y he leído muchas de las palabras de Dios Todopoderoso. Solo las acepté después de estar segura de que las palabras de Dios Todopoderoso son la voz de Dios”. Así que respondí: “Pastor Li, solo es necesario leer las palabras de Dios Todopoderoso para saber si Él es el Señor Jesús regresado o no”. Entonces abrí la aplicación de la Iglesia de Dios Todopoderoso en mi teléfono y leí en voz alta un pasaje de Sus palabras. Dios Todopoderoso dice: “Estoy llevando a cabo Mi obra por todo el universo y en el oriente se producen estruendos interminables como de truenos que sacuden a todas las naciones y denominaciones. Es Mi voz la que ha guiado a todos los hombres al presente. Hago que todos los hombres sean conquistados por Mi voz, que caigan en esta corriente y se rindan ante Mí, porque desde hace mucho tiempo he recuperado Mi gloria de toda la tierra y la he emitido nuevamente en el oriente. ¿Quién no anhela ver Mi gloria? ¿Quién no espera ansiosamente Mi regreso? ¿Quién no tiene sed de Mi reaparición? ¿Quién no suspira por Mi hermosura? ¿Quién no vendría a la luz? ¿Quién no contemplaría la riqueza de Canaán? ¿Quién no anhela el regreso del Redentor? ¿Quién no lo adora a Él, que es grande en poder? Mi voz se extenderá por toda la tierra; me enfrentaré a Mi pueblo elegido y les diré más palabras, como un poderoso trueno que sacude las montañas y los ríos. Digo Mis palabras a todo el universo y a la humanidad. Por tanto, las palabras en Mi boca se han convertido en el tesoro del hombre y todos los hombres aprecian Mis palabras. El relámpago destella desde el oriente hasta el occidente. Mis palabras son tales que el hombre se resiste a renunciar a ellas y, al mismo tiempo, las encuentra insondables, pero se regocija aún más en ellas. Igual que un recién nacido, todos los hombres se alegran y regocijan, celebrando Mi llegada. Por medio de Mi voz, traeré a todos los hombres delante de Mí. A partir de entonces, entraré formalmente a la raza de los hombres para que ellos vengan a adorarme. Con la gloria que irradio y las palabras en Mi boca, haré que todos los hombres se presenten ante Mí y vean que el relámpago destella desde el oriente, y que Yo también he descendido al ‘Monte de los Olivos’ del oriente. Verán que llevo ya mucho tiempo en la tierra, ya no como el Hijo de los judíos, sino como el Relámpago del oriente. Porque he resucitado hace mucho tiempo, me he alejado del seno de la humanidad y reaparecido luego con gloria entre los hombres. Soy Aquel que fue adorado en eras innumerables antes de ahora y también soy el infante abandonado por los israelitas en eras innumerables antes de ahora. ¡Además, soy el todo glorioso Dios Todopoderoso de la era actual!(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Los siete truenos retumban: profetiza que el evangelio del reino se extenderá por todo el universo). Ni siquiera esperó a que terminase y me interrumpió impaciente: “No hace falta que continúes. Me descargué esa aplicación hace siglos y he leído las palabras de Dios Todopoderoso. Dan testimonio de que Sus palabras son las palabras de Dios, pero eso no es posible. Todas las palabras de Dios están en la Biblia. No puede haber ninguna declaración de Dios fuera de ella. Aunque las palabras de Dios Todopoderoso tengan autoridad, sigo sin creer en Él”. Me sorprendió mucho oírle decir eso. Como pastor, ¿cómo podía decir que no creía en Dios Todopoderoso, aunque Sus palabras tengan autoridad? ¿No era un creyente? Le respondí: “Pastor Li, ¿te atreves a decir con certeza que todas las palabras de Dios están en la Biblia? Tú mismo has compartido a menudo Juan 21:25: ‘Y hay también muchas otras cosas que Jesús hizo, que si se escribieran en detalle, pienso que ni aun el mundo mismo podría contener los libros que se escribirían’. El Señor Jesús obró y predicó en la tierra durante tres años y medio. ¿Cuánto crees que dijo cada día? ¿Cuánto crees que dijo en cada sermón que dio? Durante esos tres años y medio, el Señor Jesús seguramente dio muchos sermones y dijo tantas cosas que serían innumerables. Lo que está escrito en los Cuatro Evangelios solo puede ser una pequeña y limitada parte, apenas la punta del iceberg. Por eso, decir que no hay palabras de Dios fuera de la Biblia simplemente no concuerda con la realidad. Además, el Señor Jesús profetizó hace mucho tiempo: ‘Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando Él, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad(Juan 16:12-13). También se profetiza en el Libro del Apocalipsis que el Señor regresaría en los últimos días y abriría el rollo, que hablaría a las iglesias. Todas estas serían palabras nuevas pronunciadas por Dios en los últimos días, y es imposible que se registraran en la Biblia de antemano. Entonces, si no existiera obra ni palabras de Dios fuera de la Biblia, ¿cómo podrían cumplirse esas profecías? En los últimos días, Dios Todopoderoso ha expresado todas las verdades que purifican y salvan a la humanidad. Este es precisamente el libro que el Libro del Apocalipsis profetizó que abriría el Cordero. Esto es a lo que se refiere ‘El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias(Apocalipsis 2:7). Debemos buscar con el corazón abierto. Esta es la única manera de recibir el regreso del Señor”. Cuando terminé de hablar, el Pastor Li dijo con desaire: “Sabes bastante sobre el tema y parece que has leído muchas de las palabras de Dios Todopoderoso. Pero no podemos desviarnos de la Biblia en nuestra fe. Si te desvías, ¿cómo puedes seguir considerándote creyente en el Señor? Por muy maravillosas que sean las palabras de Dios Todopoderoso, aunque sean la verdad, nunca reconoceré ni aceptaré nada que esté fuera de la Biblia. Te pido que abandones tu fe en Dios Todopoderoso. De lo contrario, tu permiso para servir en la iglesia será revocado y acabarás lamentándolo”. Así que dije: “Pastor Li, como creyentes, ¿no estamos esperando a que el Señor venga y nos reciba? Ahora que el Señor ha regresado y expresado tantas verdades, ¿no deberíamos investigar esto en profundidad? Si no buscamos con la mente abierta y simplemente nos aferramos a nuestras propias nociones e imaginaciones, y perdemos la oportunidad de recibir el regreso del Señor, será demasiado tarde para lamentarnos”. Me sorprendió que respondiera enfadado: “¡Basta ya! No voy a creer en Dios Todopoderoso. Te daré un poco más de tiempo para que lo reconsideres y, si mantienes tu fe en Dios Todopoderoso, te expulsaré de la iglesia”. Entonces se fue sin mirar atrás. Me sorprendió mucho el comportamiento del pastor. Siempre nos decía que solo los que buscan con la mente abierta serán aceptados por el Señor. Nunca me imaginé que, ante algo tan importante como el advenimiento del Señor no solo no buscaría en absoluto, sino que nos impediría que lo investigásemos, e incluso me amenazaría con expulsarme de la iglesia. ¿No es eso decir una cosa y hacer otra, ser un hipócrita? Esa no es una persona que anhele la aparición del Señor.

Fui a la iglesia el domingo y el Pastor Hong se me acercó y dijo: “¿Me han dicho que has estado estudiando la Iglesia de Dios Todopoderoso? La manera en la que predican es externa a la Biblia y nuestra fe se basa en la Escritura. Desviarse de la Biblia es traicionar al Señor. ¡Abandona esta fe tuya en Dios Todopoderoso!”. Entonces, le pregunté: “Cuando el Señor Jesús vino a obrar, ¿siguió el Antiguo Testamento? Predicó el camino del arrependimiento, sanó a los enfermos y expulsó demonios. Fue crucificado como ofrenda del pecado por la humanidad. Todas estas cosas que el Señor Jesús hizo y dijo estaban completamente fuera de la Escritura y no aparecían en el Antiguo Testamento. ¿Dirías que el Señor Jesús no es el Dios verdadero, que Su obra no es el camino verdadero? ¿Dirías que creer en el Señor Jesús es traicionar a Jehová Dios? ¿Te atreverías a decir que la obra y las palabras de Dios no pueden ir más allá de la Biblia? ¿Acaso no es eso usar la Biblia para tratar de limitar y oponerse a Dios?”. Me interrumpió furioso: “¡Basta ya! Si insistes en creer en Dios Todopoderoso, no te molestes en lamentarte”. Al decir esto, se rió entre dientes con desprecio y se marchó airoso. La expresión de su cara me dio un poco de miedo; no sabía qué iba a hacer a continuación. Me sorprendió que, tras comenzar el servicio, el Pastor Hong pusiera algunos videos calumniando a la Iglesia de Dios Todopoderoso; estos videos sin fundamento y llenos de mentiras me enfurecieron. Los pastores y ancianos llevaban sirviendo al Señor muchos años y generalmente parecían ser muy devotos, pero nunca me imaginé que carecieran incluso del corazón temeroso de Dios más básico. ¿Cómo es esto ser una persona de fe? Dios Todopoderoso ha expresado muchas verdades y todas están disponibles públicamente en Internet para que todo el mundo busque e investigue. Independientemente de si se aceptan o no, nunca se debe calumniar ni hacer falsas afirmaciones, y sobre todo no se debe impedir que los demás investiguen el camino verdadero. ¿Cuál era la diferencia entre el comportamiento de los pastores y el de los fariseos que se opusieron al Señor Jesús en el pasado? Después de los videos, el pastor Hong se levantó en el púlpito y leyó un pasaje de las palabras de Pablo en la Biblia: “Me maravillo de que tan pronto hayáis abandonado al que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente; que en realidad no es otro evangelio, solo que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Pero si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciara otro evangelio contrario al que os hemos anunciado, sea anatema” (Gálatas 1:6-8). Entonces dijo: “Ya creemos en el Señor Jesús y debemos mantenernos fieles al nombre del Señor y Su camino. No podemos salir a escuchar lo que sea que se predique, y además, no podemos aceptar ningún otro evangelio. Ahora mismo no podemos escuchar a la Iglesia de Dios Todopoderoso dar testimonio de que el Señor Jesús ya ha regresado. Esto sería desviarse y traicionar nuestra fe. Si se descubre que alguien ha aceptado a Dios Todopoderoso, será expulsado de la iglesia de inmediato. Infórmenme inmediatamente si alguien comparte el evangelio de Dios Todopoderoso con ustedes, de lo contrario, estarán traicionando al Señor”. Tras decir todo esto, me miró intencionadamente. Al ver lo satisfecho que parecía estar consigo mismo, pensé en los fariseos del templo que desorientaban a los creyentes y los incitaban a rechazar al Señor Jesús. Me enfurecí al ver que todos los presentes parecían aterrorizados por lo que decía el pastor Hong. Él conocía muy bien la Biblia, ¿de verdad no sabía lo que Pablo quería decir con esto? La realidad es que Pablo decía que solo había un evangelio para la Era de la Gracia, que era el evangelio de la obra de redención del Señor Jesús. Escuchar cualquier otro evangelio en la Era de la Gracia habría sido traicionar al Señor. Pero, cuando Pablo dijo esto, Dios no había hecho Su obra en los últimos días todavía y nadie predicaba el evangelio del reino. Por eso “otro evangelio” aquí no se podía referir en absoluto al evangelio del regreso del Señor de los últimos días. Pablo nunca dijo que estuviese mal predicar el evangelio del reino cuando el Señor regrese, y además, nunca se atrevió a decir que aceptar el evangelio del regreso del Señor Jesús significaba traicionar al Señor. El pastor Hong estaba aplicando de manera arbitraria lo que Pablo dijo a la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días. ¿Acaso no es esto sacar de contexto el pasaje y malinterpretar la Biblia para descarriar a la gente? Después del servicio, el pastor Hong me advirtió de nuevo que no predicase el evangelio de Dios Todopoderoso a ninguno de los hermanos y hermanas. Pensé: “Todos los hermanos y hermanas pertenecen al rebaño de Dios y Sus ovejas escuchan Su voz. El pastor Hong me está diciendo que no les predique el evangelio y está haciendo todo lo posible por impedir que escuchen la voz de Dios y se acerquen a Él. ¿Acaso esto no es bloquearles la senda para entrar en el reino de los cielos?”. Esto me recordó algo que dijo el Señor Jesús para condenar a los fariseos: “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres, pues ni vosotros entráis, ni dejáis entrar a los que están entrando(Mateo 23:13). “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque recorréis el mar y la tierra para hacer un prosélito, y cuando llega a serlo, lo hacéis hijo del infierno dos veces más que vosotros(Mateo 23:15). Cuando escuchó el testimonio del regreso del Señor, el clero no solo no buscó por sí mismo, sino que además impidió que las ovejas de Dios escucharan Su voz y recibieran al Señor. Eran exactamente iguales que los fariseos: todos eran siervos malvados que evitaban que los demás entren en el reino de los cielos. No podía dejar que los pastores me limitaran, tenía que aprovechar cualquier oportunidad para predicar el evangelio a mis hermanos y hermanas y evitar que fueran desorientados por los pastores y perdieran la oportunidad de recibir el regreso del Señor.

Poco después, el pastor Li me llamó y me pidió que fuese a la iglesia de manera inesperada. Cuando llegué había cinco personas más allí, incluyendo el pastor, los diáconos y los administradores. El pastor Li me preguntó con una sonrisa de oreja a oreja: “¿Lo has pensado bien?”. Yo respondí seriamente: “Dios Todopoderoso ha expresado muchas verdades y está haciendo la obra del juicio de los últimos días. Al leer Sus palabras, ya he decidido que Dios Todopoderoso es el regreso del Señor Jesús. La única manera de despojarse de las cadenas del pecado y estar limpio es aceptar la obra del juicio de Dios de los últimos días. Solo entonces seremos dignos de entrar en el reino de los cielos. Siempre creeré en Dios Todopoderoso pase lo que pase”. Cuando apenas habían salido esas palabras de mi boca, un diácono se levantó y, señalándome con el dedo, dijo furioso: “Como creyente en Dios Todopoderoso, a partir de mañana ya no se te permite enseñar en la escuela dominical ni encargarte de las finanzas de la iglesia”. El pastor Li se volvió hacia el diácono, le hizo un gesto con la mano y después me dijo: “Nuestros pecados ya han sido perdonados a través de nuestra fe en el Señor Jesús. No hay necesidad alguna de que el Señor haga la obra de juzgar y purificar a la humanidad. Él nos llevará directamente al reino de los cielos cuando venga”. Yo respondí: “Es cierto que el Señor Jesús perdonó nuestros pecados cuando fue crucificado, pero ¿que nuestros pecados estén perdonados significa que ya no tenemos pecados, que hemos sido purificados? El perdón de los pecados se refiere a recibir la redención del Señor Jesús para que ya no estemos condenados bajo la ley. No significa que ya no tengamos pecados o que seamos dignos de entrar en el reino de los cielos. Creemos en el Señor y en el perdón de los pecados, pero nuestra naturaleza pecadora no ha sido descartada, lo que significa que constantemente seguimos pecando, confesando y pecando de nuevo, revelando nuestras actitudes satánicas, tales como la arrogancia y el engaño, luchar por la fama y la fortuna, competir por el poder, rebelarse contra Dios y oponerse a Él. Somos incapaces de escapar de las ataduras del pecado. La Biblia dice: ‘Sin santidad, ningún hombre contemplará al Señor(Hebreos 12:14).* El Señor es santo, así que, como estamos repletos de sordidez y somos completamente indignos de contemplar el rostro del Señor, ¿cómo podríamos ser dignos del reino de los cielos? Por eso el Señor Jesús nos prometió que regresaría en los últimos días para expresar verdades y realizar otra etapa de la obra de juzgar y purificar a la humanidad. No somos dignos de entrar en el reino de Dios si no aceptamos el juicio de Dios de los últimos días y se limpie nuestra corrupción”. Entonces el pastor Lin dijo con desprecio: “Estamos esperando al Señor Jesús con las marcas de los clavos en Sus manos, quien viene en una nube para recibirnos en el reino de los cielos. Aunque todo lo que diga Dios Todopoderoso sea verdad, ¡no lo aceptaré!”. Los diáconos también se metieron en la conversación diciendo: “Sí, estamos esperando que el Señor Jesús descienda en una nube y nos lleve al reino de los cielos”. Después dijeron algunas calumnias y blasfemias contra Dios Todopoderoso. Al ver lo rígidos y tercos que eran, me enfurecí. Dije: “Son líderes en la iglesia, pero, cuando oyen el testimonio de que el Señor ha regresado, no solo se niegan a buscarlo e investigarlo con la mente abierta, sino que se atreven a propagar falacias y se oponen a la obra de Dios Todopoderoso y la condenan. Están haciendo todo lo posible por impedir que investiguemos y aceptemos el camino verdadero. ¿Han pensado en la naturaleza de este comportamiento y en cuáles serán los resultados y las consecuencias? Los fariseos se aferraron a sus propias nociones e imaginaciones, desafiaron y condenaron intensamente al Señor Jesús. Hicieron que fuese crucificado, ofendiendo el carácter de Dios y así fueron condenados y castigados por Él. ¿No les sirve esta lección del fracaso de los fariseos como una advertencia? Por lo menos deberían escuchar las palabras de Dios Todopoderoso antes de tomar una decisión”. Entonces les leí este pasaje de las palabras de Dios Todopoderoso: “Los que quieren obtener la vida sin confiar en la verdad de la que Cristo habló son las personas más absurdas de la tierra, y los que no aceptan el camino de la vida que Cristo trajo están perdidos en la fantasía. Y así digo que aquellos que no aceptan al Cristo de los últimos días Dios los detestará para siempre. Cristo es la puerta para que el hombre entre al reino durante los últimos días, y no hay nadie que pueda evitarle. Nadie puede ser perfeccionado por Dios excepto por medio de Cristo. Tú crees en Dios y por tanto debes aceptar Sus palabras y someterte a Su camino. No puedes simplemente pensar en obtener bendiciones sin ser capaz de aceptar la verdad o de aceptar la provisión de la vida. Cristo viene en los últimos días para que a todos los que verdaderamente creen en Él les pueda proveer la vida. Su obra es en aras de concluir la era antigua y entrar en la nueva, y Su obra es el camino que deben tomar todos los que entrarán en la nueva era. Si no eres capaz de reconocerlo y en cambio lo condenas, blasfemas y hasta lo persigues, entonces estás destinado a arder por toda la eternidad y nunca entrarás en el reino de Dios. Porque este Cristo es Él mismo la expresión del Espíritu Santo, la expresión de Dios, Aquel a quien Dios le ha confiado hacer Su obra en la tierra. Y por eso digo que si no puedes aceptar todo lo que el Cristo de los últimos días hace, entonces blasfemas contra el Espíritu Santo. La retribución que deben sufrir los que blasfeman contra el Espíritu Santo es obvia para todos(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Solo el Cristo de los últimos días le puede dar al hombre el camino de la vida eterna). Antes de que pudiera terminar de leer, uno de los administradores se levantó y me gritó con la cara roja de ira: “¡Ya es suficiente! ¡Nunca lo aceptaré, por mucha verdad que haya en las palabras de Dios Todopoderoso!”. Dije: “¡Todos son increíblemente arrogantes! Todas estas son las palabras del Espíritu Santo, palabras de la boca de Dios mismo. ¿No lo ven? ¿En realidad son capaces de reconocer la voz de Dios? ¿En realidad son las ovejas de Dios?”. El pastor Li respondió con tanto desprecio como antes: “¡No creo en nadie sino en el Señor Jesús!”. Comprendí lo extremadamente irracionales que eran todos y no quise decirles nada más. Cuando estaba a punto de irme, el pastor Li me amenazó: “Te daré un mes más para que cambies de opinión. Si todavía crees en Dios Todopoderoso, te expulsaremos”. Yo le dije enfurecida: “No hace falta que esperes un mes, puedes expulsarme ahora. No tengo miedo de que me expulse de la iglesia. Lo que temo es no oír la voz de Dios o no ver la aparición del Señor, no poder recibirlo y perderme las bendiciones de entrar en el reino de los cielos para toda la eternidad. Ahora he escuchado la voz de Dios y se me ha ascendido ante el trono de Dios y voy a ir al banquete de bodas del Cordero. Aunque no me expulses, ¡ya no voy a volver a los servicios aquí!”. Para mi sorpresa, el pastor Li se rio con frialdad y dijo: “No te podemos expulsar ahora, o los hermanos y hermanas dirán que no te estamos tratando con amor. Dentro de otro mes les diremos que has traicionado al Señor y que estás decidida a irte de la iglesia, que nos hemos esforzado mucho por aconsejarte, pero aun así insistes en creer en Dios Todopoderoso. Diremos que no tenemos más remedio que expulsarte de la iglesia”. Me enfureció oírle decir eso. ¡Qué hipócrita! El pastor Li normalmente era muy solícito con sus feligreses, pero al parecer todo era teatro. Lo hacía solo para mantener su propia imagen, consolidar su cargo y crear una imagen falsa de sí mismo. Me recordó algo que dijo el Señor Jesús cuando maldijo a los fariseos: “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera lucen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. Así también vosotros, por fuera parecéis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía y de iniquidad(Mateo 23:27-28). Pensé en cómo los hermanos y hermanas llevaban años siendo creyentes, esperando todo el tiempo a recibir el regreso del Señor, pero los pastores los desorientaban y engañaban. Al creer sus rumores y palabras endiablada estaban perdiendo la oportunidad de recibir el regreso del Señor. Era verdaderamente trágico. Nadie habría pensado que esos miembros del clero que nos instaban a tener cuidado con los falsos cristos y anticristos serían los verdaderos anticristos y los que descarrían a las personas. Son como los ladrones que gritan: “¡Ladrón!”. Es absolutamente detestable. Con este pensamiento, me marché porque no quería intercambiar más palabras con ellos. El pastor Li me advirtió diciendo: “Es asunto tuyo si quieres creer en Dios Todopoderoso, pero no voy a permitir que prediques este evangelio a los demás hermanos y hermanas”.

Cada vez que me encontraba con hermanos y hermanas con los que había estado en algún servicio, actuaban de manera muy fría conmigo y algunos intentaban evitarme. Esto me resultaba muy molesto, pero sabía que se debía completamente a que los pastores los habían desorientado, provocado y agitado. Recordé un pasaje de la palabra de Dios que había leído en una reunión antes: “Hay algunos que leen la Biblia en grandes iglesias y la recitan todo el día, pero ninguno de ellos entiende el propósito de la obra de Dios. Ninguno de ellos es capaz de conocer a Dios y mucho menos es conforme a las intenciones de Dios. Son todos personas inútiles y viles, que se ponen en alto para sermonear a Dios. Se oponen deliberadamente a Él mientras llevan Su estandarte. Afirman tener fe en Dios, pero aun así comen la carne y beben la sangre del hombre. Todas esas personas son diablos que devoran el alma del hombre, demonios jefes que perturban deliberadamente a aquellos que tratan de entrar en la senda correcta y obstáculos en el camino de quienes buscan a Dios. Pueden parecer de ‘buena constitución’, pero ¿cómo van a saber sus seguidores que no son más que anticristos que llevan a la gente a levantarse contra Dios? ¿Cómo van a saber sus seguidores que son diablos vivientes dedicados a devorar a las almas humanas?(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Todas las personas que no conocen a Dios son las que se oponen a Él). Me hizo pensar en los pastores y los ancianos. Están muy familiarizados con la Biblia, pero por fuera aparentan ser devotos y amorosos, y parece que están alerta, anhelando el advenimiento del Señor. Pero, cuando escuchan a alguien dar testimonio de que el Señor ha regresado, no solo se niegan a buscar e investigar, sino que se aferran obstinadamente a sus nociones religiosas y distorsionan la Escritura. Saben muy bien que Dios Todopoderoso ha expresado toda clase de verdades, pero siguen negándose a aceptarlo, se oponen a Él y lo condenan a propósito, incluso llegando a propagar todo tipo de herejías y falacias. Hacen todo lo posible por elevar y dar testimonio de la Biblia, diciendo que toda la obra y las palabras de Dios están dentro de ella, que todo lo demás es una herejía y una traición al Señor, y así hacen que la gente adore a ciegas e idolatre la Biblia. Tratan de utilizar la Biblia para mantener un control rígido sobre los creyentes. Siempre llaman la atención por ser responsables de la vida de los creyentes mientras hacen todo lo posible por impedirles que busquen e investiguen la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días. Incluso usan el hecho de impedirnos servir y expulsarnos de la iglesia como tácticas viles para amenazarnos y asustarnos, y presionarnos para que abandonemos el camino verdadero. Prefieren ver a la gente atrapada en un páramo religioso sin la obra del Espíritu Santo para que les den ofrendas, los mantengan, y arruinar su oportunidad de recibir el regreso del Señor. No permiten que la gente lea las palabras de Dios Todopoderoso, escuche la voz de Dios o acuda a Él. ¡Es increíblemente malévolo! Son los siervos malvados, anticristos y fariseos de la actualidad expuestos por la obra de Dios de los últimos días. Son demonios que obstaculizan la entrada de la gente en el reino de los cielos. Vi el verdadero rostro de su hipocresía y tomé una decisión: por mucho que se interpongan en mi camino o me trastornen, nunca me dejaré limitar por ellos y seguiré orando a Dios y confiando en Él, buscando toda oportunidad de continuar predicando el evangelio a los hermanos y hermanas que crean sinceramente en el Señor. De esta manera, las ovejas de Dios pueden escuchar Su voz antes, librarse del desorientamiento y el control de los anticristos del mundo religioso y seguir los pasos del Cordero.

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