No continuaré estos estudios
Nací en una familia cristiana. Mis padres eran granjeros. Nuestra familia se gana la vida cosechando vegetales y arroz. Siempre me fue bien en la escuela, por eso mis padres apoyaron mis estudios y esperaban que me fuera bien en el futuro. Deseaban que hallara un buen empleo y cambiara la vida pobre de mi familia. En esa época, como éramos pobres, mis padres a menudo pedían dinero prestado para pagar mis estudios, mi abuelo también ahorraba de sus gastos cotidianos para mí, y mi hermana trabajaba medio tiempo para pagar mi matrícula. Toda mi familia tenía esperanzas de que los sacara de la pobreza. Veía a mis padres trabajar duro en el campo todos los días y pensaba que vivir así era muy difícil, por lo que decidí estudiar mucho y destacarme entre la multitud para que mi familia ya no fuera pobre. Para obtener buenas calificaciones, me esforzaba más y a menudo estudiaba hasta tarde. Luego, se cumplió mi deseo y fui a la universidad. Después, tuve una nueva ambición: convertirme en profesor y tener un mejor futuro.
Tras graduarme, hice el doctorado y trabajé en investigación científica en la universidad. En esa época, mis padres me llamaban a menudo y me recordaban: “Debes orar más a Dios y concentrarte en tus estudios”. Mi papá también me decía: “¿Hay una iglesia en tu universidad? Debes ir a la iglesia”. Pero yo solo quería leer la Biblia en casa y orar a Dios, porque pasaba casi todo mi tiempo en la investigación científica, y no tenía tiempo libre para ir a reuniones. En el proceso de investigación, había muchos debates académicos. Cuando otros debatían el tema de las teorías científicas y la omnipotencia y soberanía de Dios, como investigador científico, yo siempre usaba, involuntariamente, puntos de vista científicos para explicar todo. Mi corazón se alejaba de Dios cada vez más, sin que yo me diera cuenta. Oraba y leía la Biblia menos y a menudo me sentía agotado y vacío por dentro. Aunque a veces iba a las playas, complejos o parques con mis colegas los fines de semana para relajarme, con la esperanza de aliviar la presión de mi trabajo, al final, seguía sintiéndome vacío por dentro, sin nada de paz y gozo reales. En Año Nuevo de 2020, oré a Dios y decidí acercarme más a Dios, le pedí a Dios que me guiara y cambiara mi vida porque vivir en ese estado de vacío era sinceramente agotador.
Poco después, conocí a una hermana por Facebook que me invitó a una reunión virtual. En ese momento, dijo algo que me conmovió de verdad. Dijo que leer las palabras de Dios y establecer una buena relación con Él es muy importante. Estuve de acuerdo con lo que dijo. Yo era cristiano, pero pasaba todo mi tiempo haciendo investigación científica, nunca iba a reuniones a adorar a Dios, y casi nunca oraba o leía la Biblia. Me di cuenta de que no tenía una relación normal con Dios, y quise acercarme a Él, por lo que accedí alegremente a unirme a la reunión virtual. Al leer las palabras de Dios y oír las enseñanzas de mis hermanos y hermanas, entendí que en los últimos días Dios expresa Sus palabras bajo el nombre de Dios Todopoderoso, que abrió el pergamino para nosotros y que Dios volvió esta vez para hacer la obra de juzgar y purificar a la gente para salvar a la humanidad del pecado por completo. Tras varias reuniones, estaba seguro de que Dios Todopoderoso es el regreso del Señor Jesús. En ese momento, estaba muy emocionado, y acepté con alegría la obra de Dios de los últimos días. Después de unos dos meses, empecé un deber en la iglesia. Tras leer más de la palabra de Dios, de a poco entendí algunas verdades.
Un día, leí un pasaje de la palabra de Dios Todopoderoso que aún está fresco en mi mente. Este pasaje de las palabras de Dios sacudió mi corazón. Dios Todopoderoso dice: “¿Es algo que todo el mundo considera algo positivo? Cuanto menos, las personas piensan que la connotación de la palabra ‘conocimiento’ es positiva y no negativa. Así pues, ¿por qué estamos mencionando aquí que Satanás usa el conocimiento para corromper al hombre? ¿No es la teoría de la evolución un aspecto del conocimiento? ¿No son las leyes científicas de Newton parte del conocimiento? La fuerza de gravedad de la tierra es también parte del conocimiento, ¿cierto? (Sí). ¿Por qué se le incluye, entonces, entre las cosas que Satanás usa para corromper a la humanidad? ¿Cuál es vuestra opinión sobre esto? ¿Encierra el conocimiento un ápice de verdad? (No). ¿Cuál es, entonces, la esencia del conocimiento? ¿Sobre qué base se aprende todo el conocimiento que el hombre adquiere? ¿Se basa en la teoría de la evolución? ¿Acaso no se basa en el ateísmo el conocimiento que el hombre ha obtenido a través de la exploración y la síntesis? ¿Tiene relación con Dios algo de este conocimiento? ¿Tiene relación con adorar a Dios? ¿Tiene relación con la verdad? (No). Entonces, ¿cómo usa Satanás el conocimiento para corromper al hombre? Acabo de decir que nada de este conocimiento tiene relación con adorar a Dios o con la verdad. Algunas personas piensan en ello así: ‘El conocimiento no tiene nada que ver con la verdad, pero aun así no corrompe a las personas’. ¿Cuál es vuestra opinión sobre esto? ¿Te enseñó el conocimiento que la felicidad de las personas debe crearse con sus propias manos? ¿Te enseñó el conocimiento que el destino del hombre estaba en sus propias manos? (Sí). ¿Qué tipo de discurso es este? (Es un discurso diabólico). ¡Absolutamente cierto! ¡Es un discurso diabólico! El conocimiento es un tema complicado de exponer. Puedes decir simplemente que un campo de conocimiento no es nada más que conocimiento. Que es un campo de conocimiento aprendido sobre la base de no adorar a Dios y de no entender que Dios creó todas las cosas. Cuando las personas estudian este tipo de conocimiento, no ven que Dios tiene soberanía sobre todas las cosas; no ven que Dios está a cargo de ellas o administrándolas. En su lugar, lo único que hacen es investigar y explorar incesantemente esa área de conocimiento y buscar respuestas basadas en el conocimiento. Sin embargo, ¿no es cierto que si las personas no creen en Dios y, en su lugar, solo buscan la investigación, nunca encontrarán las verdaderas respuestas? Lo único que el conocimiento puede proporcionarte es un sustento, un trabajo, ingresos para que no pases hambre; pero nunca te hará adorar a Dios ni te mantendrá lejos del mal. Cuanto más estudie el conocimiento la gente, más deseará rebelarse contra Dios, someterlo a sus estudios, tentarle y resistirse a Él” (La Palabra, Vol. II. Sobre conocer a Dios. Dios mismo, el único V). Las palabras de Dios atravesaron mi corazón. Todo el tiempo, pensé que había nacido en una familia cristiana. Creía en Dios desde niño, y aunque estudié ciencia y hacía investigación científica, solo quería usar mi investigación para tener un buen empleo, cambiar mi propia vida y distinguirme de la multitud en el futuro. Nunca consideré si negaba a Dios o me resistía a Él. A través de las revelaciones de la palabra de Dios, me di cuenta de que mi pensamiento era incorrecto. La ciencia y el conocimiento no son la verdad y no son cosas positivas. Las teorías como el ateísmo, el materialismo y la evolución, todas las cosas que niegan a Dios, se originan con Satanás. Satanás usa el conocimiento científico para corromper a la gente, para alejar de Dios el corazón de la gente y para que la gente niegue la existencia de Dios. Estudié este conocimiento científico todos los días, pero eso solo me llevó por el mal camino, me alejó de Dios, y nunca ganaría la verdad de él. Cuando investigaba, mis pensamientos estaban ocupados por completo por ideas ateas y estaba llenos de todo tipo de teorías, cosas como las leyes de Newton, la gravedad, etcétera. ¿Cómo puedo describirlo? Estas teorías me corrompieron como el veneno. Todos los días, usaba estas leyes y fórmulas para calcular y estudiar lo que sucede en el universo. Cuanto más estudiaba, más sentía que los principios científicos podían explicarlo todo. Inconscientemente, empecé a negar la creación y la soberanía de Dios, y mi corazón estaba también cada vez más lejos de Dios. Si seguía estudiando así, estas teorías seguirían corroyéndome, y siempre viviría bajo el campo de acción de Satanás y me resistiría a Dios. Cuando noté cuánto me estaba envenenando el conocimiento científico, se me ocurrió que debía abandonarlo, pero me preocupaba cómo sería mi futuro si lo hacía. Había una batalla en mi corazón sobre si debía continuar mi investigación, o abandonarla y hacer otra cosa. Pensé en cuán ocupado había estado intentando escapar de la pobreza. Había invertido mucho tiempo y energía buscando estatus y un buen futuro, pero nunca había sentido verdadera felicidad. En cambio, solía sentirme vacío y atormentado. No era la vida que quería. Desde que había aceptado la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días, había leído la palabra de Dios y había cumplido mi deber como un ser creado, y la vida era diferente a lo que había sido. Cuanto más leía las palabras de Dios Todopoderoso, más liberación espiritual sentía. Mi relación con Dios también se hizo más cercana, y me sentía más en paz y más seguro, algo que nunca antes había sentido. Al leer la palabra de Dios también entendí que Satanás me había corrompido muy profundamente, y aprendí que la búsqueda de la verdad y de la vida son las cosas más significativas. Al pensar esto, decidí pasar más tiempo buscando la verdad y cumpliendo mi deber.
Después, les prediqué el evangelio a mis padres, a mis hermanos y hermanas. Les dije que el Señor Jesús había regresado para hacer la obra de juicio en los últimos días, y que Dios Todopoderoso ha expresado muchas verdades para purificarnos y salvarnos de las ataduras del pecado. También les dije a mis padres: “Acepté la nueva obra de Dios, he entendido muchas de las palabras de Dios, y he encontrado una forma de ser purificado y salvado, pero todavía hay muchos creyentes que no conocen la buena nueva del regreso del Señor. Quiero predicarles el evangelio a ellos”. Dije que mi abuelo iba a varios pueblos a predicar el evangelio del Señor Jesús, por lo que quería seguir su ejemplo e invertir más tiempo y energía en predicar el evangelio del reino de Dios a más gente. Creí que, sin dudas, mis padres me apoyarían, y me sorprendió cuando mi madre empezó a llorar. Verla llorar me entristeció también. No era fácil pensar en todo el dinero que mis padres habían gastado para que yo pudiera estudiar. Esperaban que yo pudiera encontrar un buen trabajo y cuidar de ellos y de mi familia en el futuro. Si pasaba todo mi tiempo predicando el evangelio, todo lo que mis padres habían gastado en mí sería en vano, por lo que seguro se sintieron muy tristes. Al darme cuenta de esto, también empecé a llorar. No quería entristecer a mis padres, pero quería cumplir mi deber y predicar el evangelio. Por eso, oré a Dios para pedirle que me diera más fe para poder mantenerme firme en mi testimonio. En ese momento, pensé en un pasaje de las palabras de Dios Todopoderoso: “Dios creó este mundo y trajo a él al hombre, un ser vivo al que le otorgó la vida. Después, el hombre tuvo padres y parientes y ya no estuvo solo. Desde que el hombre puso los ojos por primera vez en este mundo material, estuvo destinado a existir dentro de la predestinación de Dios. El aliento de vida proveniente de Dios sostiene a cada ser vivo hasta llegar a la adultez. Durante este proceso, nadie siente que el hombre esté creciendo bajo el cuidado de Dios. Más bien, la gente cree que lo hace bajo el amor y el cuidado de sus padres y que es su propio instinto de vida el que dirige este crecimiento. Esto se debe a que el hombre no sabe quién le otorgó la vida o de dónde viene esa vida, y, mucho menos, la manera en la que el instinto de la vida crea milagros. El hombre solo sabe que el alimento es la base para que su vida continúe, que la perseverancia es la fuente de su existencia y que las creencias de su mente son el capital del que depende su supervivencia. El hombre es totalmente ajeno a la gracia y la provisión de Dios y, así, desperdicia la vida que Dios le otorgó… Ni uno solo de esta humanidad a quien Dios cuida día y noche toma la iniciativa de adorarlo. Dios simplemente continúa obrando en el hombre —sobre el cual no tiene expectativas— tal y como lo planeó. Lo hace así con la esperanza de que, un día, el hombre despierte de su sueño y, de repente, comprenda el valor y el significado de la vida, el precio que Dios pagó por todo lo que le ha dado y la ansiedad con la que Dios espera que el hombre regrese a Él” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Dios es la fuente de la vida del hombre). La palabra de Dios me hizo entender que Dios me dio la vida, y que mis padres y la familia en la que nací los dispuso Él. Dios fue también quien dispuso que mis padres dieran tanto por mí. En el pasado, siempre había pensado que mis padres lo habían hecho por mí, creía que debía vivir para satisfacer los deseos de mis padres y mis propios ideales, y que debía esforzarme en la búsqueda de prestigio y estatus. Pero la palabra de Dios me hizo ver que no fueron mis padres quienes guiaron mi vida. Lo que hice en cada momento, o qué papel desempeñé en mi vida, estas cosas fueron organizadas por Dios. Solía querer cambiar mi destino adquiriendo conocimiento para que mi familia pudiera vivir una vida próspera. En esa época, no sabía de la omnipotencia y la soberanía de Dios. Ahora que había aceptado la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días, y a través de la lectura de la palabra de Dios, me di cuenta de que los destinos de la gente están decretados por Dios. El tipo de vida que mis padres y mi familia tuvieran en el futuro y si tenían un buen destino también estaba en manos de Dios, eran los arreglos de Dios, y yo no podía cambiarlos. La gente debería aceptar la soberanía de Dios y obedecer Sus instrumentaciones y arreglos. Tras entender esto, aunque mis padres lloraban por mí, me sentí más en calma. Al mismo tiempo, me di cuenta de que ir ante Dios, cumplir el deber como un ser creado, predicar el evangelio y dar testimonio de Dios es la vida más significativa y valiosa que uno puede llevar. Incluso si mis padres no me entendían ahora, no podía renunciar a mi deber tan fácilmente. Sin importar qué pasara, quería confiar todo a Dios y ampararme en él para avanzar.
Por eso, decidí seguir a Dios y cumplir me deber sinceramente, y abandonar mis estudios. Primero, comuniqué mi decisión a mi profesor. El profesor se sorprendió mucho y me preguntó: “¿Por qué eliges esto? ¿Es por dinero?”. También me dijo que había un programa de financiación de la universidad, una oportunidad muy rara, y que quería ayudarme. También dijo que le gustaría que nos encontráramos y charláramos, pero yo me había decidido, por lo que no lo vi ni lo llamé. El profesor me envió otra carta. Quería saber la razón de mi elección. Al ver la carta del profesor, dudé, pero, al final, no respondí. Pensé en un pasaje de las palabras de Dios Todopoderoso: “En cada paso de la obra que Dios hace en las personas, externamente parece que se producen interacciones entre ellas, como nacidas de disposiciones humanas o de la interferencia humana. Sin embargo, detrás de bambalinas, cada etapa de la obra y todo lo que acontece es una apuesta hecha por Satanás ante Dios y exige que las personas se mantengan firmes en su testimonio para Dios. Mira cuando Job fue probado, por ejemplo: detrás de escena, Satanás estaba haciendo una apuesta con Dios, y lo que aconteció a Job fue obra de los hombres y la interferencia de estos. Detrás de cada paso de la obra que Dios hace en vosotros está la apuesta de Satanás con Él, detrás de todo ello hay una batalla. […] Cuando Él y Satanás luchan en el ámbito espiritual, ¿cómo deberías satisfacer a Dios? Y ¿cómo deberías mantenerte firme en el testimonio de Él? Deberías saber que todo lo que te ocurre es una gran prueba y es el momento en que Dios necesita que des testimonio” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Solo amar a Dios es realmente creer en Él). La palabra de Dios me hizo entender que esas eran las tentaciones de Satanás. Cuando decidí seguir a Dios y cumplir mi deber, Satanás sabía que aún deseaba buscar dinero, prestigio y fortuna, por eso los usó para engañarme y tratar de que renunciara a mi deber. Pensé en cuando la esposa de Job lo tentó para que negara el nombre de Dios. Parecía que la gente le hablaba a Job, pero detrás de eso, Satanás luchaba contra Dios. Entonces pensé que parecía que mi profesor intentaba mantenerme como alumno y presentarme un proyecto, pero detrás de eso estaban los trucos de Satanás. Dios quería traerme de vuelta al camino correcto en la vida. Satanás me tentaba por todos los medios para que me rebelara contra Dios, pero yo no podía permitir que me engañara. Debía ampararme en Dios para experimentar este entorno. Por eso, oré a Dios: “¡Dios! Por favor, dame fe y quítame los deseos equivocados. En este momento crucial, quiero dar testimonio de Ti”. Tras orar así, me sentí muy seguro. Dos días después, le escribí al profesor para decirle que era mi decisión final y que no podía continuar con mi investigación. Tras enviar el mensaje, sentí una inmensa sensación de alivio y me sentí muy relajado. Después de eso, dejé de pensar en estas cosas. Solo pensaba en cómo predicar el evangelio con mis hermanos y hermanas, y en cumplir bien mi deber.
Tras unos meses, les dije a mis padres que no continuaría mis estudios y que la obra de Dios estaba por concluir, por lo que debía apurarme a difundir el evangelio, para que más gente pudiera aceptar la salvación de Dios. No comprendieron. Pero al ver que había decidido creer en Dios y cumplir mi deber, no dijeron mucho más. En el proceso de cumplir mi deber, poco a poco comprendí que, al cumplir nuestro deber, podemos ganar más de la verdad, y la verdad es lo más valioso en la vida. Tras entender esto, estaba más dispuesto a cumplir mi deber, tenía cada vez menos preocupaciones por mi familia y mi futuro, y aprendí a dejar todo en manos de Dios y a dejar que Dios orqueste y arregle las cosas. Ahora, solo quiero pensar en cómo difundir el evangelio de Dios de los últimos días a más gente, para que aquellos que viven bajo el campo de acción de Satanás, y a los que Satanás engaña y daña, puedan oír la voz de Dios, regresar a Él, y ganar Su salvación en los últimos días.