¿Es correcto decir: “Siempre debemos protegernos ante otras personas”?
Cuando era joven, mi madre solía decirme: “Tienes que estar alerta cuando interactúes con los demás. No seas ingenua y no digas lo primero que se te venga a la mente. Si lo haces, será más fácil que te lastimen y engañen”. En aquel entonces, cuando escuché estas palabras, no había tenido ninguna experiencia de primera mano, así que solo asentí con la cabeza. Más adelante, cuando comencé a interactuar con otras personas de la sociedad, noté que quienes me rodeaban conspiraban y se dañaban mutuamente para conseguir lo que querían. Si alguien decía algo incorrecto, el resto lo incriminaba. Me dije a mí misma: “El corazón humano es difícil de entender. Necesito estar alerta cuando interactúe con otras personas en el futuro. Mientras no tenga la intención de dañar a otros, todo estará bien. Pero debo estar alerta ante otras personas, de lo contrario se aprovecharán de mí”. Así que, sin importar si eran mis amistades o mis vecinos, nunca bajaba la guardia. No me animaba a decir lo que pensaba. Tenía miedo de que si decía algo incorrecto, podría ofender a alguien y meterme en problemas. Había estado muchos años trabajando lejos de casa y casi no tenía amigos cercanos. Cuando empecé a creer en Dios, comencé a estar en contacto con hermanos y hermanas. Y noté que cuando se reunían y compartían sus experiencias y entendimientos, podían abrirse y hablar de sus pensamientos más íntimos de manera pura. No escondían ni ocultaban nada y estaban extremadamente liberados y libres. Poco a poco, aprendí a abrir mi corazón y a compartir con ellos sin sentir desconfianza alguna. Y sentí que creer en Dios era genial. Pero con asuntos que implicaban mis propios intereses, no podía evitar vivir de acuerdo con la regla de los asuntos mundanos: “Uno nunca debería tener la intención de hacer daño a otros, pero siempre debería protegerse del daño que otros pudieran hacerle”.
Eso fue en marzo de 2023. Como los escritos elaborados por nuestra iglesia obtuvieron malos resultados, la líder envió varias cartas para saber el motivo y preguntar cómo revertiríamos la situación en el futuro. Xinjing, la herman con quien yo trabajaba, se oponía a esto. Y nos dijo a la líder del grupo, Lin Xiao, y a mí: “Estamos tan ocupadas todos los días que no tenemos nada de tiempo libre. Y la líder supervisa y revisa nuestro trabajo con mucha minuciosidad. ¡Cumpilr con esta tarea es demasiado estresante!”. En ese momento, pensé que lo decía porque estaba mal, y que todos podíamos tener momentos en los que nos sentíamos negativos y revelábamos corrupción. Además, yo me sentía igual que ella, pero, simplemente, no lo decía. Por lo tanto, no le presté demasiada atención a lo que dijo Xinjing. La líder del grupo habló con Xinjing, con la intensión de diseccionar la razón por la que se oponía tanto a la supervisión de la líder. Dijo que la causa principal de esto era que disfrutaba de la comodidad carnal en su deber y no quería sufrir y pagar el precio. Además, habló sobre la importancia de que las líderes supervisaran el trabajo. Al escuchar la enseñanza de la líder del grupo, Xinjing reconoció que era bastante holgazana. Y que si no fuera por el control y la supervisión de la líder, ella trataría su deber con indiferencia, y sin duda retrasaría el trabajo. Sin embargo, luego, cuando nos reuníamos y estudiábamos, Xinjing seguía diciendo que se oponía a que la líder supervisara el trabajo. En ese momento, pensé: “Quizá solo está diciendo estas cosas porque su trabajo no ha producido resultados últimamente, y esto ha afectado a su estado. Con la ayuda de las reuniones y las enseñanzas, quizá cambie de rumbo”. Así que no me lo tomé en serio.
Un día de mayo, la líder vino a reunirse con nosotras. Dijo que alguien había informado que a Xinjing le gustaba descargar su negatividad y se oponía mucho a que las líderes supervisaran el trabajo. La líder también utilizó las palabras de Dios para compartir y diseccionar la naturaleza y las consecuencias de las palabras y acciones de Xinjing. Al escuchar esto de repente, quedé atónita. Supuse que quien había avisado sobre esto era la líder del grupo, Lin Xiao, porque solo nosotras dos sabíamos lo que Xinjing había dicho. No fui yo, así que debe haber sido Lin Xiao quien la denunció. Al pensar en esto, un pensamiento pasó por mi mente: “Ahora tengo que tener más cuidado cuando hablo. Decir una palabra equivocada podría provocar un desastre”. Pero, en ese momento, no presté mucha atención al pensamiento y lo dejé pasar. Más de 10 días después, la líder vio que la actitud de Xinjing hacia su deber no había cambiado y la despidió. Al escuchar esta noticia, me sorprendí y pensé: “Ella simplemente compartió su estado durante las reuniones, pero la definieron como alguien que descargaba negatividad y la despidieron. Tengo que tener más cuidado cuando hable en futuras reuniones. No quiero decir algo incorrecto y que me despidan”. Más tarde, Lin Xiao me dijo que ella fue quien informó del problema de Xinjing. Estaba furiosa y pensé: “Realmente aquí se aplica el dicho: ‘Al conocer una persona, puedes verle la cara, pero no el corazón’. Parece bastante simpática en apariencia, pero denunció los problemas de alguien a sus espaldas. Tengo que estar alerta cuando esté con ella en el futuro. No puedo ser ingenua y decir lo primero que se me venga a la mente”. Más tarde, Lin Xiao preguntó por qué los resultados de mi trabajo habían sido tan mediocres últimamente y cuál era mi plan para cultivar a la gente. Sabía que no había realizado bien este trabajo. Sin embargo, temía que si se lo decía, me denunciara a mis espaldas, y entonces el líder me despediría. ¡Sería una deshonra! Como dice el refrán: “uno siempre debería protegerse del daño que otros pudieran hacerle” y “Por la boca muere el pez”. Debería decir algo simple y concreto sobre el trabajo, sin entrar en detalles. Con esto en mente, traté la pregunta de Lin Xiao con frialdad, y como sintió que la limité, no se atrevió a preguntar por mi trabajo. A mí también me dolió esto y quise abrirme a ella y charlar sobre mi estado. Sin embargo, pensé en cómo hace poco, cuando Xinjing habló de su estado y lo contó todo, Lin Xiao la denunció ante la líder sin decir una palabra, y por esto despidieron a Xinjing. Si le decía a Lin Xiao que mi estado era malo y también le contaba sobre la barrera que existía entre nosotras, y luego ella me denunciaba ante la líder y me despedía, ¿qué haría? ¡No, no podía hacerlo! No podía dejar que se enterara de mi verdadero estado. Tuve que hablar con más cuidado. No podía soltarlo todo. Durante ese tiempo, todo era bastante raro entre nosotras, parecíamos extrañas. Sentía que yo la limitaba y no se atrevía a preguntar cómo iba mi trabajo.
Un día, la líder se acercó para saber sobre la situación del trabajo y ahí me preguntó por mi estado. Pensé para mis adentros: “Después del despido de Xinjing, de repente tuve que encargarme de todo el trabajo de escritura, y ahora me siento muy estresada. Tampoco he solucionado la barrera entre Lin Xiao y yo. Todo esto me constriñe tanto que siento que no puedo respirar”. Realmente quería abrirme a la líder y hablar sobre esto. Pero lo medité más y pensé: “Ella es una líder, si le cuento todo esto y conoce mi verdadero estado, ¿no dirá que no persigo la verdad y que no aprendo la lección cuando me pasan cosas? ¿No me despedirá después?”. Así que no le conté. Como estaba en guardia contra los demás, no me atrevía a hablar con sinceridad y me estresaba mi deber. Quería escapar de este entorno y no quería cumplir con este deber. Frente a las dificultades del trabajo y las barreras entre mí y los demás, estaba atormentada y dolorida, y vivía deprimida.
Un día, leí un pasaje de las palabras de Dios y por fin comprendí un poco mi estado. Dios Todopoderoso dice: “‘Uno nunca debería tener la intención de hacer daño a otros, pero siempre debería protegerse del daño que otros pudieran hacerle’ y ‘Al dibujar un tigre, trazas la piel, pero no los huesos; al conocer a una persona, puedes verle la cara, pero no el corazón’ son los principios más básicos para tratar con el mundo que te inculcan los padres, así como los criterios más fundamentales para contemplar a las personas y estar en guardia contra ellas. La intención principal de los padres es protegerte y ayudarte a que te resguardes. Sin embargo, desde otro ángulo, estas palabras, pensamientos y puntos de vista pueden hacer que sientas aún más que el mundo es peligroso y que no se puede confiar en la gente, lo que lleva a una falta completa de sentimientos positivos hacia los demás. Pero ¿cómo puedes realmente discernir a las personas y contemplar a otros? ¿Con quién te puedes llevar bien y cuál debería ser la relación adecuada entre individuos? ¿Cómo se debería interactuar con otros en función de los principios y cómo se puede interactuar justa y armoniosamente con otros? Los padres no saben nada de estos asuntos. Lo único que conocen son trucos, tretas y diversas reglas del juego y estrategias para tratar con el mundo a fin de protegerse de la gente y aprovecharse de los demás y controlarlos, para impedir que otros dañen a uno, por mucho que uno haga daño a terceros. Al enseñar estos pensamientos y puntos de vista a los hijos, las cosas que los padres les inculcan son meramente ciertas estrategias para tratar con el mundo. No son más que eso. ¿Qué incluyen estas estrategias? Todo tipo de trucos y reglas del juego, y cómo complacer a otros, proteger los intereses propios y maximizar las ganancias personales. ¿Estos principios son la verdad? (No). ¿Son la senda correcta que la gente debe seguir? (No). Ninguno de ellos lo es. Así pues, ¿cuál es la esencia de estos pensamientos que te inculcan los padres? No se ajustan a la verdad, no son la senda adecuada y no son cosas positivas. Entonces, ¿qué son? (Son totalmente la filosofía de Satanás que nos corrompe). De acuerdo con los resultados, corrompen a la gente. Insisto, ¿cuál es la esencia de estos pensamientos? Como ‘Uno nunca debería tener la intención de hacer daño a otros, pero siempre debería protegerse del daño que otros pudieran hacerle’. ¿Es este el principio correcto para interactuar con otros? (No, son cosas negativas por completo que provienen de Satanás). Atendiendo a este hecho, ¿cuál es su esencia y naturaleza? ¿Acaso no son trucos? ¿Acaso no son estrategias? ¿Acaso no son tácticas para ganarse a los demás? (Sí). No son los principios de práctica para entrar en la verdad, ni instrucciones y principios positivos con los que Dios enseña a la gente a comportarse; son estrategias para tratar con el mundo, son trucos” (La Palabra, Vol. VI. Sobre la búsqueda de la verdad 1. Cómo perseguir la verdad (14)). Al reflexionar sobre el estado que Dios expuso, finalmente comprendí que siempre había vivido según las reglas satánicas de “Uno nunca debería tener la intención de hacer daño a otros, pero siempre debería protegerse del daño que otros pudieran hacerle” y “Al dibujar un tigre, trazas la piel, pero no los huesos; al conocer a una persona, puedes verle la cara, pero no el corazón”. Pensaba que, para protegerme ante el daño y el engaño, tenía que ser cuidadosa y estar alerta con todos. Por eso, sin importar con quién me relacionara, era extremadamente prudente con mi forma de hablar y de actuar. No contaba a nadie mis verdaderos pensamientos, y la mayoría de las veces me quedaba callada. Así no tendría que sufrir pérdidas ni ofendería a la gente. Especialmente en ese momento, que Lin Xiao informó del problema de Xinjing, quien no se arrepintió y luego fue despedida, vivía en estado de alerta. No me atrevía a compartir mi verdadero estado a los demás. Temía que también me despidieran algún día. Cuando hablé con las líderes de la iglesia y del grupo, fui extremadamente cautelosa y no me atreví a abrir el corazón. La mayoría de las veces, decía un par de frases sencillas para acabar de una vez. Estaba muy condicionada por los venenos de Satanás e incluso estaba llena de desconfianza cuando buscaba enseñanzas de la gente, sin tener el valor para abrirme y mostrarme con honestidad. Vivía en el dolor y el tormento. Pareciera que estas normas satánicas pueden proteger los intereses de la gente, pero les enseñan a estar en guardia y a no decir lo que piensan al interactuar y a siempre contenerse si hay otros cerca. De este modo, cuando dos personas interactúan, una está siempre en guardia mientras la otra hace suposiciones, y no existe la confianza mutua. Son calculadores y hostiles entre sí, hipócritas en su forma de comportarse. Esto hace que la gente sea cada vez más falsa y con menos humanidad. Sólo entonces vi claro que “Uno nunca debería tener la intención de hacer daño a otros, pero siempre debería protegerse del daño que otros pudieran hacerle” no es en absoluto el principio que debe guiar la conducta. Viene directamente de Satanás para dañar a la gente y engañarla con sus astutos complots, y es, de hecho, un medio que Satanás utiliza para corromperla. Vivir según ese dicho sólo puede hacer que se pierda la humanidad normal.
Más tarde, seguí leyendo las palabras de Dios. Dios Todopoderoso dice: “Lo más probable es que en el condicionamiento familiar intervengan muchas más reglas del juego relativas a la manera de comportarse y tratar con el mundo. Por ejemplo, los padres suelen decir: ‘Uno nunca debería tener la intención de hacer daño a otros, pero siempre debería protegerse del daño que otros pudieran hacerle; eres demasiado ingenuo y crédulo’. […] Los pensamientos que te inculcan inconscientemente te llevan a un punto extremo, ya que se convierten en los principios y las bases para tu forma de tratar con el mundo. Al interactuar con compañeros de clase, colegas, socios de trabajo, superiores y todo tipo de personas en la sociedad, es decir, gente de toda condición social, estos pensamientos protectores que tus padres te inculcaron inconscientemente se convierten en tu talismán y principio más básico cada vez que te encuentras en situaciones en las que intervienen las relaciones interpersonales. ¿Qué principio es este? La respuesta es: no te haré daño, pero debo protegerme de ti en todo momento para evitar que me engañes o juegues sucio conmigo, que tenga problemas o litigios, que el futuro de mi familia se vaya a pique y mis familiares mueran, y que acabe en prisión. Si vives bajo el control de estos pensamientos y puntos de vista, dentro de este grupo social con este tipo de actitud hacia la manera de tratar con el mundo, solo puedes sentirte más deprimido, más agotado, más fatigado tanto mental como físicamente. En consecuencia, te haces más resistente y contrario a este mundo y a esta humanidad, y los desprecias más. A la vez que menosprecias a otros, comienzas a subestimarte y sientes que no vives como una persona, sino más bien una vida cansada y deprimida. Para evitar que te dañen los demás, debes estar en guardia constantemente, haciendo y diciendo cosas contra tu voluntad. Al intentar proteger tus intereses y tu seguridad personal, llevas una máscara falsa en cada aspecto de tu vida y te disfrazas, sin atreverte nunca a expresar ninguna verdad. En esta situación, en estas condiciones de supervivencia, tu yo interior no puede liberarse ni ser libre. Con frecuencia, necesitas a alguien que no pueda hacerte ningún daño y que nunca amenace tus intereses, alguien con quien puedas compartir tus pensamientos más íntimos y descargar tus frustraciones, sin tener que responsabilizarte de tus palabras, sin hacer el ridículo ni ser objeto de insultos y burlas, o sin asumir las consecuencias. En una situación en la que el pensamiento y el punto de vista ‘Uno nunca debería tener la intención de hacer daño a otros, pero siempre debería protegerse del daño que otros pudieran hacerle’ es tu principio para tratar con el mundo, estás lleno de miedo e inseguridad en tu interior. De manera natural, te sientes deprimido e incapaz de liberarte, y necesitas a alguien que te consuele, en quien puedas confiar. Por tanto, a juzgar por estas consideraciones, aunque el principio para tratar con el mundo que te enseñaron tus padres, ‘Uno nunca debería tener la intención de hacer daño a otros, pero siempre debería protegerse del daño que otros pudieran hacerle’, pueda servirte para protegerte, es un arma de doble filo. Si bien protege tus intereses físicos y tu seguridad personal hasta cierto punto, también hace que te sientas deprimido y abatido, incapaz de liberarte e incluso más decepcionado con este mundo y esta humanidad. Al mismo tiempo, en lo hondo de tu ser, también comenzarás débilmente a estar harto de haber nacido en una era tan malvada, en el seno de un grupo tan malvado de personas. No puedes entender por qué las personas tienen que vivir, por qué la vida es tan agotadora, por qué deben llevar una máscara y disfrazarse allí donde vayan, ni por qué debes estar siempre en guardia contra los demás para proteger tus intereses. Te gustaría poder decir la verdad, pero no puedes por las consecuencias. Quieres ser una persona real, hablar y comportarte abiertamente, y evitar ser una persona vulgar y cometer acciones infames e indignas en secreto, viviendo exclusivamente en la oscuridad, pero no puedes hacer nada de esto” (La Palabra, Vol. VI. Sobre la búsqueda de la verdad 1. Cómo perseguir la verdad (14)). Las palabras de Dios llegaron a lo más profundo de mi corazón. Si pienso en los últimos veintitantos años, siempre viví bajo los efectos de venenos satánicos como: “Uno nunca debería tener la intención de hacer daño a otros, pero siempre debería protegerse del daño que otros pudieran hacerle” y “Por la boca muere el pez”. Me había vuelto maliciosa y falsa. Permanecía en guardia y siempre alerta cuando estaba con otros, sin hablar con sinceridad. Esto hizo que durante los años en los que estuve lejos de casa trabajando, no tuviera amigos íntimos, y me sintiera extremadamente sola. Después de creer en Dios, seguí viviendo con estos venenos satánicos. Cuando Lin Xiao informó del problema de Xinjing, en realidad sólo estaba informando un hecho, y era para salvaguardar el trabajo de la iglesia. Esto era conforme a la intención de Dios. Sin embargo, lo interpreté como si hubiera presentado una queja a espaldas de alguien, y temía que en el futuro presentara una queja sobre mí a la líder y me despidieran. Por eso me ponía en guardia si estaba ella. Después de esto, aunque mi conciencia estaba intranquila, no me atreví a abrirme. Tenía mucho miedo de que, si decía una palabra equivocada o hablaba de mi verdadero estado, me metería en problemas, y así vivía en el dolor y el tormento. Me di cuenta de que vivía una vida de tanto sufrimiento y agotamiento debido a las enseñanzas de mis padres y a la influencia de la sociedad en mí desde pequeña. Estos venenos satánicos me volvieron maliciosa y falsa, y no podía relacionarme normalmente. Si hubiera resuelto este problema antes, no habría causado daños a la iglesia ni limitado a Lin Xiao. Al reconocerlo, sentí un gran remordimiento. Decidí cooperar armoniosamente con los hermanos y hermanas en mi deber en el futuro y ser una persona pura y abierta.
Después, seguí leyendo las palabras de Dios: “Algunas personas no creen que la casa de Dios pueda tratar con justicia a la gente. No creen que Dios reine en Su casa y que la verdad reine en ella. Creen que, no importa cuál sea el deber que desempeñe una persona, si surge un inconveniente, la casa de Dios se encargará de esa persona inmediatamente, privándola de su derecho a cumplir con ese deber, enviándola lejos, o incluso expulsándola de la iglesia. ¿Realmente es así como funcionan las cosas? Desde luego que no. La casa de Dios trata a cada persona según los principios-verdad. Dios es justo en Su tratamiento de cada persona. Él no se fija solo en cómo se comporta una persona en un solo caso; mira la esencia-naturaleza de una persona, sus intenciones, su actitud, y se fija en concreto en si una persona puede reflexionar sobre sí misma cuando comete un error, si tiene remordimientos, y si puede penetrar en la esencia del problema basándose en Sus palabras, llegar a comprender la verdad, odiarse a sí misma y arrepentirse de veras. […] Dime, si una persona ha cometido un error pero es capaz de comprender de verdad y está dispuesta a arrepentirse, ¿no le daría una oportunidad la casa de Dios? A medida que el plan de gestión de seis mil años de Dios se acerca a su fin, hay muchos deberes que deben cumplirse. Pero si careces de conciencia o de razón y no atiendes al que es tu trabajo, si has obtenido la oportunidad de cumplir con un deber, pero no sabes atesorarla, no persigues la verdad en lo más mínimo, dejando que pase el tiempo adecuado para ello, entonces serás expuesto. Si eres sistemáticamente superficial en el cumplimiento de tu deber, y no te sometes en absoluto cuando te enfrentas a la poda, ¿te utilizará aún la casa de Dios para cumplir con un deber? En la casa de Dios, lo que reina es la verdad, no Satanás. Dios tiene la última palabra sobre todo. Es Él quien está haciendo la obra de salvar al hombre, es Él quien es soberano sobre todas las cosas. No hay necesidad de que analices lo que está bien y lo que está mal; lo único que tienes que hacer es escuchar y someterte. Cuando te enfrentes a la poda, debes aceptar la verdad y ser capaz de corregir tus errores. Si lo haces, la casa de Dios no te despojará de tu derecho a cumplir con un deber. Si siempre te asusta ser descartado, siempre pones excusas, siempre te justificas, eso es un problema. Si dejas que los demás vean que no aceptas la verdad en lo más mínimo, y se den cuenta de que eres impermeable a la razón, estás en problemas. La iglesia se verá obligada a encargarse de ti. Si no aceptas la verdad en absoluto en el cumplimiento de tu deber y siempre temes ser revelado y descartado, entonces este miedo tuyo está contaminado por una intención humana y un carácter satánico corrupto, además de por la sospecha, la cautela y el mal entendimiento. Ninguna de estas son actitudes que una persona deba tener” (La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Tercera parte). De las palabras de Dios, comprendí que tenía miedo de que me despidieran porque no conocía el justo carácter de Dios ni entendía los principios de la casa de Dios para despedir a la gente. En realidad, cuando la casa de Dios despide y descarta a alguien, no es algo casual que se basa en el comportamiento temporal o un error que haya cometido. Más bien, se da a esa persona la oportunidad de arrepentirse en la mayor medida posible, y solo se la despide si nunca cambia de rumbo y termina perjudicando el trabajo. Por otro lado, hay quienes dejan en evidencia algunas corrupciones, pero que, con las charlas y la ayuda de los hermanos y hermanas, son capaces de arrepentirse ante Dios y revertir sus desviaciones. A estas personas, no se las despedirá ni descartará. Xinjing disfrutaba de las comodidades carnales y no se sentía agobiada por su deber. Se oponía a que la líder supervisara y controlara el trabajo e incluso difundía negatividad en las reuniones. Lin Xiao le señaló su problema y la ayudó en múltiples ocasiones, pero Xinjing no mostró arrepentimiento en su comportamiento. Sólo entonces Lin Xiao informó sobre el problema de Xinjing. El despido de Xinjing cumplía con los principios y era la justicia de Dios. Sin embargo, yo no pude discernirla, ni conocía el justo carácter de Dios, y vivía en un estado de cautela e incomprensión. Pensaba que yo también me oponía a la supervisión de la líder, así que me preocupaba que si hablaba de mi verdadero estado, me despidieran. Debido a esto, temía que Lin Xiao y la líder se enteraran de mi estado. De hecho, las palabras de Dios afirman en numerosas ocasiones que Dios salva a la humanidad corrupta. Que la gente revele corrupciones y tenga desviaciones en su trabajo es normal. Lo que importa es si pueden o no reflexionar y arrepentirse ante Dios. Es como Dios dijo: “La misericordia y tolerancia de Dios no son raras, el arrepentimiento del hombre lo es” (La Palabra, Vol. II. Sobre conocer a Dios. Dios mismo, el único II). Además, Lin Xiao habló con Xinjing y la ayudó en repetidas ocasiones tras descubrir su problema. Xin Jing seguía sin cambiar su rumbo, por lo que hubo que denunciarla rápidamente de acuerdo con los principios. Esta responsabilidad le correspondía a cada elegido de Dios, y se hacía para salvaguardar la obra de la iglesia. Sin embargo, incluso me quejé de que Lin Xiao había informado del problema de Xinjing a la líder sin mediar palabra, y me puse en guardia ante ella y la malinterpreté. Recién ahora veo que no sólo mi carácter era falso, mi entendimiento también estaba bastante distorsionado.
Otro de mis puntos de vista también era falaz cuando despidieron a Xinjing. Creía que, si revelaba mi verdadero estado durante una reunión, se interpretaría como descargar negatividad, así que no me atreví a decir lo que tenía en mente. Luego, leí un pasaje de las palabras de Dios citadas en un artículo de testimonio vivencial y finalmente comprendí que esta visión no era conforme a la verdad. Dios Todopoderoso dice: “Básicamente, estos son los distintos estados y manifestaciones de las personas que trasmiten negatividad. Cuando no queda satisfecho su deseo de buscar estatus, fama y ganancia, cuando Dios hace cosas que van en contra de sus nociones y figuraciones, que implican a sus intereses, se enredan en sentimientos de desobediencia e insatisfacción. Y cuando tienen estos sentimientos, su mente comienza a generar excusas, pretextos, justificaciones, defensas y otros pensamientos de queja. En este momento no alaban a Dios ni se someten a Él, y menos aún buscan la verdad para conocerse a sí mismos; en su lugar, luchan contra Dios, para lo que se sirven de sus nociones, figuraciones, ideas y opiniones, o de su impetuosidad. ¿Y cómo luchan contra Dios? Difunden sus sentimientos de desobediencia e insatisfacción, con la intención de dejarle claros sus pensamientos y opiniones a Dios, tratando de hacer que Él actúe de acuerdo con sus anhelos y exigencias para satisfacer sus deseos; solo entonces se apaciguan sus emociones. En particular, Dios expresa muchas verdades para juzgar y castigar a la gente, para purificar sus actitudes corruptas, para salvarla de la influencia de Satanás, y quién sabe cuántos sueños de ser bendecidos se han visto truncados por estas verdades, con lo que se destroza su fantasía de ser arrebatados al reino del cielo por la que esperaban día y noche. Pretenden hacer todo lo posible para darle la vuelta a las cosas; pero se ven impotentes, solo pueden sumirse en el desastre con negatividad y resentimiento. No son obedientes respecto a todo esto que Dios ha dispuesto, porque lo que Él hace entra en conflicto con sus nociones, intereses y pensamiento. En particular, cuando la iglesia hace la obra de depuración y descarta a muchas personas, estas piensan que Dios no las salva, que Él las ha desdeñado, que están siendo tratadas injustamente, y por eso se organizarán para luchar contra Dios; negarán que Él es la verdad, negarán la identidad y la esencia de Dios, y negarán Su carácter justo. Por supuesto, también negarán el hecho de la soberanía de Dios sobre todas las cosas. ¿Y por qué medios niegan todo esto? Mediante el desafío y la resistencia. La implicación es: ‘Lo que Dios hace está en desacuerdo con mis nociones, y por eso no me someto, no creo que Tú seas la verdad. ¡Voy a clamar contra Ti y voy a difundir estas cosas en la iglesia y entre las personas! Voy a decir lo que quiera y no me importan las consecuencias. Tengo libertad de expresión, no puedes hacerme callar, diré lo que quiera. ¿Qué vas a hacer?’. Cuando estas personas insisten en dar rienda suelta a sus ideas y puntos de vista incorrectos, ¿están hablando de su propio entendimiento? ¿Están compartiendo la verdad? Desde luego que no. Están difundiendo negatividad, están dando rienda suelta a herejías y falacias. No están tratando de conocer ni dejar en evidencia su propia corrupción o las cosas que han hecho que están reñidas con la verdad, ni tampoco están poniendo al descubierto los errores que han cometido; en cambio, están haciendo todo lo posible para racionalizar y defender sus errores para demostrar que tienen razón, y al mismo tiempo también están llegando a una conclusión absurda y desatando puntos de vista adversos y distorsionados, además de argumentos retorcidos y herejías. El efecto sobre el pueblo escogido de Dios en la iglesia es el de desorientarlo y trastornarlo; incluso puede sumir a algunas personas en un estado de negatividad y confusión; estos son todos los efectos nocivos y las perturbaciones que causan aquellos que trasmiten negatividad” (La Palabra, Vol. V. Las responsabilidades de los líderes y obreros. Las responsabilidades de los líderes y obreros (17)). De las palabras de Dios, comprendí que la gente que descarga negatividad cuando pasa algo que no es de su agrado o involucra su reputación, estatus o intereses carnales, no busca la verdad ni trata de ponderar la intención de Dios, sino que adopta un talante de desobediencia, insatisfacción y oposición, y difunden sus nociones e imaginaciones o puntos de vista falaces. Eso significa descargar negatividad. Cuando alguien que cree de verdad en Dios se enfrenta a lo que no es de su agrado, aunque deje en evidencia corrupciones y tenga nociones y malentendidos, tiene un corazón temeroso de Dios y puede buscar la verdad, sin hablar descuidadamente de asuntos que no entiende. Si da a conocer su estado a los hermanos y hermanas, su objetivo es buscar la verdad, arreglar sus corrupciones, y lograr el verdadero arrepentimiento y cambio. Mientras tanto, la gente que exuda negatividad y difunde nociones parece por fuera estar abriéndose sobre su estado, pero no lo hace para buscar la verdad y resolver sus problemas, sino que comparte su estado para dar rienda suelta a su desobediencia e insatisfacción. Es fácil dejarse engañar por personas que no entienden la verdad ni cómo son las cosas en realidad, y ponerse de su lado y adquirir nociones y malentendidos sobre Dios o la obra de la casa de Dios. Xinjing vio que la líder controlaba de cerca el trabajo, lo que significaba que su carne debía sufrir y pagar un precio, y por eso se volvió reacia, y difundió repetidamente nociones y dio rienda suelta a su descontento durante las reuniones. Lin Xiao habló con ella y la ayudó en numerosas ocasiones, pero nunca cambió de rumbo. Cuando contó sobre su estado, no fue para buscar la verdad o resolver sus problemas; solo le estaba dando rienda suelta a su descontento con las líderes y los trabajadores. A juzgar por estos comportamientos, Xinjing descargaba negatividad. Mientras tanto, yo creía erróneamente que hablar de mi estado corrupto durante las reuniones significaba descargar negatividad, y por eso no me atreví a decir lo que pensaba. Mi comprensión estaba realmente muy distorsionada. Cuando me di cuenta de esto, oré arrepentida: “Dios, he creído en Ti durante muchos años, pero cuando sucedieron cosas, no he buscado la verdad. Más bien, he vivido engañada, sospechando y en alerta contra los demás. Dios, guíame para encontrar la senda correcta para practicar y dejar estas opiniones incorrectas”.
Más tarde, cuando buscaba cómo resolver mi problema, leí este pasaje de las palabras de Dios: “Tu familia suele decirte: ‘Uno nunca debería tener la intención de hacer daño a otros, pero siempre debería protegerse del daño que otros pudieran hacerle’. En realidad, la práctica de desprenderse de este pensamiento es bien sencilla: limítate a actuar según los principios que Dios indica a la gente. ‘Los principios que Dios indica a la gente’: esta frase es bastante general. ¿Cómo se lleva a la práctica de manera concreta? No hace falta que analices si tienes la intención de hacer daño a otros ni que te protejas de terceros. Entonces, ¿qué deberías hacer? Por un lado, deberías ser capaz de mantener adecuadamente relaciones armoniosas con los demás; por otro, al tratar con distintas personas, deberías utilizar las palabras de Dios como base y la verdad como criterio para discernir qué clase de personas son y tratarlos según los principios correspondientes. Es así de simple. Si son hermanos y hermanas, trátalos como tal; si se toman en serio su búsqueda, se sacrifican y se esfuerzan, trátalos como hermanos y hermanas que cumplen su deber sinceramente. Si son personas incrédulas, que no están dispuestas a cumplir su deber y solo desean vivir su vida, no deberías tratarlas como hermanos y hermanas, sino como no creyentes. Al contemplar a la gente, deberías fijarte en el tipo de persona que es cada uno, en su carácter, su humanidad y su actitud hacia Dios y la verdad. Si alguien puede aceptar la verdad y está dispuesto a practicarla, trátalo como un verdadero hermano o hermana, como si fuera de la familia. Si su humanidad es deficiente y solo habla de boca para afuera sobre el hecho de practicar la verdad de buen grado, sin llegar a hacerlo nunca aun teniendo la capacidad de debatir la doctrina, trátalo como un simple contribuyente de mano de obra, no como a un familiar. ¿Qué te indican estos principios? Te indica el principio con el que tratar a distintos tipos de personas: es el que hemos analizado a menudo, es decir, tratar a la gente con sabiduría. La sabiduría es un término general, pero de manera específica significa tener diferentes métodos y principios para tratar con distintos tipos de personas, todos ellos basados en la verdad, no en sentimientos, preferencias o puntos de vista personales, ni en las ventajas o las desventajas que esas personas supongan para ti ni en su edad, sino únicamente en las palabras de Dios. Por tanto, al tratar con la gente, no es necesario que examines si tienes la intención de hacer daño a otros ni que te protejas de terceros. Si tratas a las personas según los principios y los métodos que Dios te ha ofrecido, evitarás todas las tentaciones sin caer en ellas ni verte envuelto en conflictos. Es así de sencillo” (La Palabra, Vol. VI. Sobre la búsqueda de la verdad 1. Cómo perseguir la verdad (14)). A partir de las palabras de Dios, encontré una senda para practicar. Primero hay que discernir los diferentes tipos de personas basándose en los principios de la verdad. Si una persona cree sinceramente en Dios y ama la verdad, entonces se la debe tratar como un hermano o una hermana, y uno sencillamente puede abrirse con ellos. La líder y Lin Xiao eran dos hermanas que creían sinceramente en Dios y buscaban la verdad. Estaban a cargo de nuestro trabajo y, si había algún problema o si yo tenía dificultades, o si se creaba una barrera entre nosotras, debería haberme abierto con sencillez ante ellas, en busca de una enseñanza. De este modo, podrían haber conocido mi estado y ayudarme rápidamente a resolverlo, lo cual hubiese me hubiese beneficiado en mi entrada en la vida y para la obra de la iglesia. Al contrario, si nunca me abría, y vivía siempre en un estado incorrecto, entonces no sólo mi vida sufría pérdidas, sino que también retrasaba el trabajo. Ahora que comprendía la intención de Dios y Sus exigencias, cuando interactuara con los hermanos y hermanas en adelante, tenía que ser honesta, pura y abierta.
Más tarde, pusieron a cargo de nuestro trabajo a una hermana llamada Su Rui. En aquel momento, mis resultados laborales eran malos y mi estado era algo negativo. Cuando Su Rui se reunió con nosotras, me preguntó cómo estaba y cómo me había ido en el trabajo últimamente. Pensé para mis adentros, “Todavía no he revertido del todo mi estado, y sigo con algunas desviaciones en mi trabajo. Si hablo de mi verdadero estado, ¿no informará Su Rui mi problema a la líder y hará que me despidan?”. No quería hablar de mi verdadero estado. Sin embargo, pensé que si no hablaba de este problema, nunca se resolvería, y me sentía bastante conflictuada. Entonces, Su Rui le preguntó a la hermana con la que estaba trabajando sobre su estado, y noté que ella pudo hablar sin tapujos sobre el tema. Me dio bastante envidia y pensé: “¿Por qué no me atrevo a abrirme?” Después, leí las palabras de Dios que dicen: “No importa cuál sea el pensamiento, si es incorrecto y va en contra de la verdad, la única senda adecuada que deberías elegir es desprenderte de él. La práctica acertada para desprenderse de algo es esta: las bases o los criterios según los cuales contemplas, llevas a cabo o manejas este asunto deberían dejar de ser los pensamientos erróneos que te ha inculcado la familia y en su lugar pasar a fundamentarse en las palabras de Dios. Aunque a raíz de este proceso es posible que debas pagar un precio, te sientas como si actuaras en contra de tu voluntad y quedes en entredicho, e incluso puedas sufrir una pérdida en tus intereses mundanos, sea lo que sea a lo que te enfrentes, deberías ajustar de manera persistente e incesante tu práctica a las palabras de Dios y a los principios que Él te indica, sin dejar de hacerlo en ningún momento. El mecanismo de esta transformación será complejo sin duda alguna, no irá viento en popa. ¿Por qué no será sencillo? Es una pugna entre cosas positivas y negativas, entre pensamientos malvados provenientes de Satanás y la verdad, y también entre los pensamientos y los puntos de vista erróneos que guardas en el corazón y tu voluntad y deseo de aceptar la verdad y las cosas positivas. Dado que hay una disputa, es posible que uno sufra y deba pagar un precio: esto es lo que debes hacer” (La Palabra, Vol. VI. Sobre la búsqueda de la verdad 1. Cómo perseguir la verdad (14)). Las palabras de Dios me dieron el valor para practicar la verdad. Si quería desprenderme de estos pensamientos y opiniones falaces, tenía que rebelarme contra mi carne, abandonar mis intereses y llevar a la práctica los principios de la verdad. Su Rui estaba a cargo de mi trabajo, debería sincerarme con ella sobre mi verdadero estado y mis desviaciones en el trabajo. Si yo seguía siendo falsa, engañando y estando en guardia contra ella, mis problemas no se resolverían rápido y no iba a poder corregir cuanto antes las desviaciones de mi trabajo. Así que le dije de mi estado y de estas desviaciones, y usó las palabras de Dios para hablar conmigo y ayudarme a revertir un poco mi estado. Al experimentar esto, llegué a entender de primera mano que, cuando uno vive según los pensamientos y puntos de vista falaces de Satanás, no sólo no obtiene ningún beneficio, sino que se pierde la humanidad normal. Sólo si uno ve a las personas y las cosas, se comporta y actúa basándose en las palabras de Dios, puede encontrar paz mental y liberación en su corazón.