Practica la verdad aunque ofenda
Por Abril, FilipinasEn mayo de 2020 acepté la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días. Buscaba con entusiasmo y cumplía activamente...
¡Damos la bienvenida a todos los buscadores que anhelan la aparición de Dios!
En julio de 2020 me eligieron como líder y tomé la responsabilidad del trabajo de varias iglesias. En una de esas iglesias acababan de elegir líder a la hermana Liu Jing. Había trabajado antes con ella y la conocía bastante bien. Era madura, estable, miraba las cosas desde todos los ángulos y tenía una carga en su deber. Siempre me había ayudado hablando conmigo sobre las palabras de Dios cuando me topaba con problemas o dificultades. Sentía que ella era bastante confiable, y que por ello no tenía que preocuparme tanto de su iglesia y podía invertir más energía en las otras. Así, tras dar instrucciones a Liu Jing sobre cómo manejar varios aspectos del trabajo, no me preocupé mucho de su labor. Durante este período, vi que seguía una senda en su trabajo y que lograba resultados en varios aspectos de su labor, lo cual me alivió aún más a nivel mental. Suponía que, aunque yo no verificara las cosas, ella sería capaz de resolver enseguida cualquier dificultad o problema que se encontrara. Por tanto, durante tres meses seguidos, no verifiqué ni hice un seguimiento al detalle el trabajo del que ella era responsable y hasta la recomendé como candidata para una elección para un puesto de liderazgo superior.
Posteriormente, en diciembre recibí una carta de mi líder, en la que decía que algunos hermanos y hermanas habían evaluado que Liu Jing no hacía un trabajo real. Ella me pedía que hiciera seguimiento e investigara su labor, y dijo que, de momento, ella no era una candidata apta para la elección. Todo eso me desconcertó. “¿Ella no está haciendo un trabajo real? ¿Cómo podía ser? En tal caso, ¿cómo es posible que su iglesia haya estado logrando resultados en su trabajo estos meses que pasaron? La hermana Wu Xinming, su compañera, acababa de ser entrenada como líder, por lo que no estaría muy familiarizada con el trabajo. ¿Eso no implicaba que Liu Jing había estado haciéndose cargo de toda la labor de esa iglesia? ¿Los líderes están diciendo que ella no hace un trabajo real guiándose únicamente por aquellas evaluaciones sin hacerse realmente una idea clara? Yo había trabajado con Liu Jing antes y la conocía bastante bien. Hace poco, algunos hermanos y hermanas fueron detenidos en su iglesia. Ella está ocupada lidiando con las consecuencias y probablemente no tiene tiempo para otras cosas. Aunque pareciera que no está haciendo un trabajo real, eso es comprensible. No puedo equivocarme respecto a ella”. Eché un vistazo a las evaluaciones de los hermanos y hermanas y vi que habían escrito sobre en qué manera Liu Jing no había hecho un trabajo real en su deber anteriormente. Estuve reflexionando: “¿Qué les pasa? Solo se agarran de las transgresiones anteriores de Liu Jing en lugar de observar si se ha transformado o no. El trabajo en la iglesia que está a su cargo ha sido efectivo estos últimos meses. Ella es capaz de hacer algo de trabajo real”. Expliqué rápidamente la situación a la líder y le sugerí que la dejara continuar su candidatura en las elecciones.
Días después, en vista de que no me tomaba en serio la cuestión de que Liu Jing no hacía un trabajo real y que aún la defendía, la líder me recordó: “Debemos mirar las cosas de acuerdo a las palabras de Dios. Todo el mundo tiene un carácter corrupto; hasta que alcanzamos la verdad y somos perfeccionados, nadie es confiable y haremos las cosas a nuestra manera y basados en nuestro carácter corrupto. Sin supervisión, cualquiera puede hacer cosas que se oponen a Dios y que perjudican la labor de la iglesia. Entonces, en lo que respecta al trabajo de la iglesia, no podemos confiar ciegamente en nadie. Solo indagando y supervisando de verdad el trabajo podemos descubrir y resolver los problemas a tiempo. Eso es responsabilizarse del trabajo de la iglesia”. Le respondí que lo haría, pero pensaba: “La supervisión está justificada, pero no debo sospechar de todo. ¿Quién no quiere perseguir la verdad y cumplir bien con un deber? La casa de Dios no es como el mundo no creyente. Los hermanos y hermanas deben confiar unos en otros, y no andarse con cien ojos. Te he dicho que Liu Jing no está haciendo parte de su trabajo por su situación, pero tú no lo crees. Investigaré las cosas como corresponde para demostrarte que ella no es esa clase de persona”. Por ello, fui a evaluar su trabajo. Pronto descubrí que su compañera anterior, Xinming se había encargado principalmente de la mayoría del trabajo. Desde que Xinming había sido reasignada recientemente, los resultados en varios aspectos del trabajo de la iglesia habían empezado a empeorar. Además, yo le había dicho a Liu Jing que destituyera a un líder de equipo no apto, de apellido Chen, y aún no lo había hecho. Ella tampoco era capaz de trabajar en armonía con el diácono de riego ni prestaba atención al trabajo de riego a nuevos fieles. Al ver lo que Liu Jing había hecho con el trabajo de la iglesia, me sentí bastante culpable. La líder me había recordado que hiciera seguimiento y supervisara su labor, pero yo no lo había hecho porque confiaba demasiado en ella. Había supuesto que, siendo que estaba en esa posición, se le debía dar el derecho a trabajar libremente. Jamás imaginé que resultaría así. Recordé nuestras interacciones anteriores. Ella no parece ser la clásica charlatana que no hace un trabajo real. ¿Había alguna circunstancia especial que la estuviera estancando? Justo mientras le daba vueltas a esto, Liu Jing dijo: “Hace poco detuvieron a algunos hermanos y hermanas de nuestra iglesia. Ha sido frenético lidiar con las consecuencias y no he tenido tiempo para todo”. Al oír esto suspiré con alivio. Era tal como yo decía, Liu Jing no era la clase de persona que no hace un trabajo real. Gestionar todos esos asuntos posteriores a las detenciones le había tomado mucho tiempo y energía. Parte del trabajo no se había hecho bien, pero era entendible. Nadie cumple perfectamente con el deber. Así pues, hablé con ella de los daños y las consecuencias de no hacer un trabajo real y le dije que destituyera inmediatamente a Chen. Afirmó que lo haría. Sin embargo, tiempo después me enteré de que Chen aún no había sido destituido. Me apresuré a averiguar la situación del deber de Liu Jing. Su compañera me dijo: “Cada vez que nos asignas un trabajo, Liu Jing está totalmente de acuerdo, pero luego no veo que ejecute nada. Como acabo de comenzar en mi rol de liderazgo, no conozco los pormenores del trabajo y ella no me ha ayudado. Ante los problemas o dificultades, he tenido que actuar a tientas amparada en Dios”. Me quedé de piedra al oír esto de la hermana. ¿Cómo podía ser que Liu Jing no hubiera hecho ni un poco de trabajo real? Antes no había sido así. Me había reunido con ella durante este tiempo, ¿por qué no había advertido sus problemas? Había depositado demasiada confianza en ella, y no había estado supervisando ni investigando su trabajo. Esto llevó a que un líder de equipo de la iglesia que no era apto se mantuviera en su puesto por demasiado tiempo y que nadie hubiera estado supervisando el riego de nuevos fieles. Eso había demorado la labor de la iglesia y la entrada en la vida de otra gente. Había cometido el mal en verdad. Cuando vi a Liu Jing después de esto, ella dijo que algunos hermanos y hermanas la habían podado durante los últimos dos días porque no había hecho un trabajo real. Ella se sentía llena de remordimientos. Lloró y dijo que había sido irresponsable y que había estado saliendo del paso en el deber, que no tenía humanidad. Supuse que se había dado cuenta de la gravedad de sus problemas y que seguramente cambiaría después de ello, así que debía darle otra oportunidad de arrepentirse, no destituirla por el momento, y brindarle más sustento en adelante. Poco después, le señalé sus problemas y le dije que corrigiera sus desviaciones de inmediato y también que destituyera a ese líder de equipo que había que destituir. Prometió muchas cosas, pero, aunque sí destituyó a Chen más adelante, el trabajo aún no daba resultados. Luego, otros me comentaron que habían descubierto graves problemas en Liu Jing. Después de que algunos hermanos y hermanas hubieran sido detenidos, ella no había protegido de inmediato los bienes de la iglesia y no había cooperado activamente en varios aspectos del trabajo, lo que significaba que nada se había logrado con el trabajo. Lo más indignante era que no había lidiado con rapidez con las personas malvadas que perturbaban la iglesia, sino que había estado ocupada en sus asuntos personales, lo que sumió a la iglesia en el caos. Vi que Liu Jing no estaba haciendo un trabajo real para nada y que no se arrepentía en lo más mínimo. Me sentí muy culpable. Nunca imaginé que las cosas resultarían así. Yo había participado de su maldad y había cometido transgresiones ante Dios. Además, me odiaba a mí misma por ser demasiado confiada, por no haber hecho seguimiento de su labor antes. Eso había sido muy perjudicial para el trabajo de la iglesia. Fui inmediatamente a hablar con Liu Jing y expuse cada uno de sus comportamientos y acabé por destituirla.
Después, la líder me reprochó: “¿Por qué confiabas tanto en ella? Le confiaste un trabajo tan importante sin supervisión o indagación alguna. ¿Cómo pudiste estar tan segura?”. También me leyó unas palabras de Dios: “Los falsos líderes nunca indagan sobre los supervisores que no hacen un trabajo real o que no se ocupan del trabajo que les corresponde. Piensan que basta con elegir a un supervisor y que con eso se acaba el asunto, y que a partir de ese momento, el supervisor puede lidiar con todas las cuestiones del trabajo por su cuenta. Así que los falsos líderes solo celebran reuniones muy de vez en cuando y no supervisan el trabajo ni preguntan cómo va, y actúan como jefes que se mantienen al margen. Si alguien informa de un problema con un supervisor, un falso líder dirá: ‘Es un problema menor, no pasa nada. Podéis ocuparos vosotros mismos. No me preguntéis a mí’. La persona que informó del problema dice: ‘Ese supervisor es un comilón perezoso. Solo se centra en la comida y el entretenimiento; es un tremendo holgazán. No quiere sufrir ni la más mínima dificultad en el deber, y siempre holgazanea con engaños y pone excusas para eludir su trabajo y evitar sus responsabilidades. No es apto para ser supervisor’. El falso líder responde: ‘Era genial cuando lo eligieron supervisor. Lo que dices no es cierto, y si lo es, es solo una manifestación temporal’. El falso líder no intentará averiguar más sobre la situación del supervisor, en cambio juzgará y emitirá un veredicto sobre el asunto según sus impresiones anteriores de ese supervisor. Sea quien sea aquel que denuncie problemas relacionados con el supervisor, el falso líder los ignorará. El supervisor no hace trabajo real y el trabajo de la iglesia casi llega a detenerse, pero al falso líder no le importa, es como si ni siquiera estuviera involucrado. […] los falsos líderes tienen un defecto fatal: se apresuran a confiar en la gente basándose en sus propias imaginaciones. Y esto se debe a que no entienden la verdad, ¿no es así? ¿Cómo revela la palabra de Dios la esencia de la especie humana corrupta? ¿Por qué deberían confiar en la gente cuando Dios no lo hace? Los falsos líderes son demasiado arrogantes y sentenciosos, ¿no es así? Lo que piensan es: ‘No es posible que haya juzgado mal a esta persona, no debería haber ningún problema con alguien que a mi juicio es apta; desde luego no es una persona que se entregue a la comida, la bebida y el entretenimiento ni al que le guste la comodidad y odie el trabajo arduo. Es totalmente fiable y de confianza. No va a cambiar; si lo hiciera, eso significaría que me he equivocado con ella, ¿no?’. ¿Qué clase de lógica es esta? ¿Acaso eres una especie de experto? ¿Tienes visión de rayos X? ¿Tienes esta habilidad especial? Podrías vivir con una persona durante uno o dos años, pero ¿serías capaz de ver quién es en realidad sin un entorno adecuado que deje su esencia-naturaleza totalmente al descubierto? Si Dios no la revelara, podrías vivir junto a ella durante tres o incluso cinco años, y seguirías teniendo dificultades para ver qué tipo de esencia-naturaleza tiene. ¿Y cuánto más tiene esto de cierto si rara vez la ves o estás con ella? Los falsos líderes confían alegremente en alguien en función de una impresión fugaz o de la valoración positiva de un tercero, y se atreven a confiar el trabajo de la iglesia a una persona semejante. Así, ¿acaso no están siendo extremadamente ciegos? ¿Es que no obran con imprudencia? Y cuando trabajan así, ¿acaso los falsos líderes no están siendo extremadamente irresponsables?” (La Palabra, Vol. V. Las responsabilidades de los líderes y obreros. Las responsabilidades de los líderes y obreros (3)). Tras haber leído las palabras de Dios, la líder añadió: “No podemos ver realmente a través de la esencia de alguien, así que necesitamos inspeccionar y hacer seguimiento de su labor regularmente. Así podemos descubrir desviaciones y problemas en su trabajo y cambiarlos y resolverlos a tiempo. Liu Jing estuvo a punto de paralizar el trabajo de la iglesia después de trabajar unos pocos meses. Estas son las consecuencias de que fueras demasiado vanidosa y confiaras demasiado en ella a ciegas, sin hacer seguimiento ni verificar su trabajo. ¡Eso es cometer el mal!”. Con el desenmascaramiento de las palabras de Dios y las enseñanzas de la líder, sentí temor tras el hecho, y me sentía mal y con culpa. Me odiaba por no observar las cosas según las palabras de Dios, y en cambio haber confiado ciegamente en ella, lo que perjudicó la labor de la iglesia. Al recordar cómo había tratado a Liu Jing, no fue que no hubiera podido descubrir sus problemas, sino que, siempre que lo hice, me mantuve en mis trece. Por mi conocimiento anterior de ella, determiné sin reflexionar que era una persona responsable con una carga en el deber y que merecía confianza. Tanto la revelación de los hechos como la exposición de las palabras de Dios me demostraron finalmente que comportarse bien y hacer un trabajo real durante un período de tiempo no implica que alguien vaya a ser siempre así. Ninguno de nosotros ha alcanzado aún la verdad, no se ha transformado nuestro carácter-vida, nos controla nuestra naturaleza corrupta, puede que aún nos salgamos del paso y engañemos a Dios y a veces hacemos lo que nos place, por lo que somos indignos de confianza. No puedes entender realmente a una persona sin relacionarte con ella mucho tiempo y observarla, y quizá ni siquiera entonces la conozcas del todo. También tienes que comprender la verdad para ver a través de la esencia de una persona. Solo había trabajado un corto tiempo con Liu Jing, pero creía conocerla muy bien y que no me equivocaba con ella. Confiaba tanto en ella que no hacía seguimiento ni verificaba su trabajo. La líder me lo recordó reiteradamente, pero yo seguí confiando ciegamente en mi juicio. Yo era muy arrogante y vanidosa y no me había responsabilizado realmente del trabajo. Me llené de remordimientos al comprender todo esto y no quise continuar siendo así.
Más tarde, reflexioné sobre mí misma y sobre por qué había confiado tanto en Liu Jing sin hacer seguimiento de su trabajo. ¿Cuál era la causa? Un día leí esto en las palabras de Dios: “Se puede decir que la mayoría considera verdad el dicho ‘Ni dudar de aquellos a quienes empleas ni emplear a aquellos de quienes dudas’ y se deja desorientar y atar por él. Se sienten perturbados por él y dejan que les influya al elegir o usar a gente y hasta permiten que les dicte sus actos. En consecuencia, muchos líderes y obreros tienen dificultades y dudas cada vez que revisan el trabajo de la iglesia y promocionan y usan a personas. Al final, lo único que pueden hacer es consolarse con las palabras ‘Ni dudar de aquellos a quienes empleas ni emplear a aquellos de quienes dudas’. Cada vez que inspeccionan o preguntan por el trabajo, piensan: ‘“Ni dudar de aquellos a quienes empleas ni emplear a aquellos de quienes dudas”. Debo confiar en mis hermanos y hermanas y, después de todo, el Espíritu Santo escruta a la gente, así que no debo estar siempre dudando de los demás y supervisándolos’. Les ha influido este refrán, ¿no? ¿Qué consecuencias acarrea la influencia de esta frase? En primer lugar, si alguien suscribe esta idea de que ‘Ni dudar de aquellos a quienes empleas ni emplear a aquellos de quienes dudas’, ¿inspeccionará y guiará el trabajo de los demás? ¿Supervisará y hará el seguimiento del trabajo de la gente? Si esta persona confía en todas aquellas a las que usa y nunca las supervisa ni guía en su trabajo, ¿cumple lealmente su deber? ¿Puede llevar a cabo el trabajo de la iglesia de manera competente y completar la comisión de Dios? ¿Es leal a lo que Dios le ha confiado? En segundo lugar, esto no es simplemente que no te atengas a la palabra de Dios y a tus deberes, sino que adoptas los ardides de Satanás y su filosofía para los asuntos mundanos como si fueran la verdad, los sigues y los practicas. Obedeces a Satanás y vives de acuerdo con una filosofía satánica, ¿verdad? Esto significa que eres una persona que no se somete a Dios y ni mucho menos acata Sus palabras. Eres un canalla total. ¡Dejar de lado las palabras de Dios y, por el contrario, adoptar una frase satánica y practicarla como verdad es traicionar la verdad y a Dios! Trabajas en la casa de Dios, pero los principios para tus acciones siguen la lógica satánica y su filosofía para los asuntos mundanos; ¿qué clase de persona eres? Una que traiciona a Dios y lo deshonra gravemente. ¿Cuál es la esencia de esta acción? Condenar abiertamente a Dios y negar abiertamente la verdad. ¿No es esa su esencia? (Lo es). Aparte de no seguir la voluntad de Dios, permites que proliferen en la iglesia los diabólicos dichos de Satanás y las filosofías satánicas para los asuntos mundanos. Con ello te conviertes en cómplice de Satanás ayudándole a llevar a cabo sus actividades en la iglesia y a trastornar y perturbar la obra de la iglesia. La esencia de este problema es grave, ¿no es verdad?” (La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Digresión uno: Qué es la verdad). Las palabras de Dios exponían mi estado. Vivía según la filosofía satánica de “Ni dudar de aquellos a quienes empleas ni emplear a aquellos de quienes dudas”, pensando que, si una persona me parecía bien y permanecía en su puesto, tenía que confiar en ella. Por eso había tenido tanta confianza en Liu Jing y no hice seguimiento ni me interioricé en su trabajo. Aun cuando sus problemas salieron a la luz y la líder me recordó que verificara su labor, seguí sin darle importancia. Pensé que hacer seguimiento y supervisar su trabajo suponía una falta de confianza. Incluso al descubrir que no estaba haciendo un trabajo real, cuando la había oído llorar hablando de sus dificultades reales y expresando su arrepentimiento, decidí creerle en lugar de destituirla, permitiéndole perjudicar la labor de la iglesia y ocasionar grandes pérdidas en la entrada en la vida de los hermanos y hermanas. Como líder, no solo no había protegido el trabajo de la iglesia, sino que había escudado a un falso líder. Me había convertido en un escollo y un obstáculo en el camino de la labor de la iglesia. Estas fueron las consecuencias de tratar a la gente según la falacia satánica: “Ni dudar de aquellos a quienes empleas ni emplear a aquellos de quienes dudas”. Al percibirlo ahora en función de las palabras de Dios, vi lo verdaderamente absurdo de esa perspectiva. Era totalmente contradictoria frente a las palabras y exigencias de Dios. La exigencia de Dios de que los líderes supervisen y hagan seguimiento del trabajo se determina basándose en la esencia de la humanidad corrupta. Como el hombre posee un carácter corrupto, hasta que no alcancemos la verdad o transformemos nuestro carácter-vida, no somos dignos de confianza y no es posible fiarse del todo de nosotros. Hasta la gente de buena humanidad puede actuar a su antojo y trastornar y perturbar el trabajo de la iglesia por no conocer la verdad, no tener principios en sus acciones y sí un carácter corrupto. Este hecho es innegable. Dios exige que los líderes y obreros supervisen el trabajo porque Dios comprende la esencia de las personas. Supervisar y verificar el trabajo nos ayuda en el deber y beneficia la labor de la iglesia. No obstante, esa idea satánica de “No dudes de aquellos que empleas” nos hace confiar ciegamente en otros creyendo que, por darles un trabajo, podemos dejarles hacer lo que quieran, y que verificar y supervisar su labor supone una falta de confianza. Si nos aferramos a esta perspectiva al cumplir nuestro deber, y no hacemos seguimiento o supervisamos el trabajo a tiempo, esto solo puede demorar y perjudicar la labor de la iglesia. Yo cumplí mi deber sin ver las cosas a la luz de las palabras de Dios y sin cumplir Sus exigencias; en cambio, creí en filosofías satánicas y las sostuve, continuando las falacias de Satanás como si fueran la verdad. Esto era negar la verdad y traicionar a Dios. También estaba actuando como ayudante de Satanás, trastornando y perturbando la labor de la iglesia. Cuanto más lo pensaba, más miedo tenía. Veía que carecía de principios en el deber y que no me atenía a las palabras ni a las exigencias de Dios. Inconscientemente, estaba haciendo el mal. ¡Las consecuencias de no cumplir con mi deber según los principios-verdad eran en de veras aterradoras!
Un día, leí dos pasajes de las palabras de Dios: “¿Creéis correcto el dicho ‘Ni dudar de aquellos a quienes empleas ni emplear a aquellos de quienes dudas’? ¿Es verdad? ¿Por qué tendría él que utilizarlo en el trabajo de la casa de Dios y en el cumplimiento del deber? ¿Qué problema hay? Estas son claramente las palabras de los no creyentes, palabras que vienen de Satanás; entonces, ¿por qué las trata como la verdad? ¿Por qué no puede decir si están bien o mal? Estas son evidentemente las palabras del hombre, las palabras de la humanidad corrupta; simplemente no son la verdad, están totalmente en desacuerdo con las palabras de Dios, y la gente no debe adoptarlas como criterios para su actuación, para su conducta, ni para la adoración de Dios. Entonces, ¿cómo debe abordarse esta frase? Si eres realmente capaz de discernir, ¿qué tipo de principio-verdad debes emplear en su lugar para que te sirva de principio de práctica? Debería ser ‘cumple el deber con todo tu corazón, toda tu alma y toda tu mente’. Actuar con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente significa no estar limitado por nadie; significa tener un solo corazón y una sola mente, y nada más. Esta es tu responsabilidad y es tu deber, y debes cumplirlo bien, pues es perfectamente natural y justificado. Sean cuales sean los problemas que encuentres, debes actuar de acuerdo con los principios. Aplícalos como corresponda; si hay que podar, que así sea, y si es necesario reemplazar, que así sea. En resumen, actúa basándote en las palabras de Dios y en la verdad. ¿Acaso no es este el principio?” (La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Digresión uno: Qué es la verdad). “Independientemente de la importancia y de la naturaleza del trabajo que realice un líder o un obrero, su principal prioridad es entender y captar cómo va ese trabajo. Deben estar presentes para hacer un seguimiento y realizar preguntas para obtener información de primera mano. No deben limitarse a confiar en los rumores o a escuchar los informes de otras personas. En cambio, deben observar con sus propios ojos la situación del personal y cómo avanza el trabajo, y entender qué dificultades se presentan, si hay ámbitos que no se ajustan a los requisitos de lo Alto, si se infringen los principios, si hay perturbaciones o trastornos, si falta el equipo necesario o el material didáctico relacionado para el trabajo profesional: deben estar al tanto de todo. Por muchos informes que escuchen, o por mucho que se basen en los rumores, nada es mejor que hacer una visita personal; hacerlo de esta manera es más preciso y fiable para observar las cosas con sus propios ojos. Una vez familiarizados con todos los aspectos de la situación, tendrán una idea acertada sobre lo que está pasando. Sobre todo, ha de tener una idea clara y precisa de quién tiene buen calibre y es digno de ser cultivado, ya que solo esto le permite cultivar y usar a las personas con precisión, lo cual es crucial para que los líderes y obreros hagan bien su trabajo. Los líderes y obreros deberían tener una senda y principios según los que cultivar y formar a las personas de buen calibre. Asimismo, deberían captar y entender los diversos tipos de problemas y dificultades que existen en el trabajo de la iglesia, y saber cómo resolverlos, y deberían contar con sus propias ideas y sugerencias sobre cómo debe progresar el trabajo o sus futuras expectativas. Si son capaces de hablar con claridad sobre tales cosas con los ojos cerrados, sin ninguna duda o recelo, entonces el trabajo será mucho más fácil de llevar a cabo. Al trabajar de esta manera, un líder cumplirá sus responsabilidades, ¿verdad? Deben ser bien conscientes de cómo resuelven los problemas en el trabajo mencionados arriba, y deben reflexionar sobre estas cosas a menudo. Cuando se vean en dificultades, deben compartir y discutir estos temas con todo el mundo, buscar la verdad para resolver los problemas. Al hacer trabajo real con los dos pies firmemente plantados en el suelo de esta manera, no habrá dificultades que no puedan resolverse” (La Palabra, Vol. V. Las responsabilidades de los líderes y obreros. Las responsabilidades de los líderes y obreros (4)). Las palabras de Dios me brindaron la senda de práctica para hacer un trabajo real. Tenemos que cumplir con nuestras responsabilidades con todo nuestro corazón y toda nuestra mente. Sea quien sea empleado, lo conozcamos o no, un líder con una carga verdadera y un verdadero sentido de la responsabilidad hará constante seguimiento y se interiorizará en los progresos del trabajo y resolverá los problemas inmediatamente cuando los descubra, y reasignará al personal que no sea adecuado en forma oportuna. También cooperará en armonía con todos y buscarán juntos la verdad para resolver cualquier dificultad o problema que encuentren. Esto garantiza que varios aspectos del trabajo de la iglesia tengan un progreso ordenado y correcto. Al reflexionar sobre las palabras de Dios, descubrí por qué me seguía aferrando a la falacia satánica de “No dudes de aquellos que empleas” aun sabiendo que debía ser responsable en mi deber. Era porque me aferraba a una perspectiva absurda pensando que supervisar el trabajo de alguien era una falta de confianza, y que así los limitaba y les negaba libertad, como ser supervisor en el mundo exterior. Ahora vi que cuando la casa de Dios exige que los líderes y obreros supervisen e implementen el trabajo, no es para limitar a alguien o desconfiar de ellos. En cambio, se hace para descubrir los problemas y revertir desviaciones con rapidez. También para ayudar a los hermanos y hermanas a cumplir bien sus deberes y proteger los intereses de la iglesia. Una de las responsabilidades principales de un líder y obrero es supervisar y hacer seguimiento del trabajo, entender y captar el enfoque de cada cual hacia el trabajo, descubrir desviaciones y problemas y rectificarlos y resolverlos con presteza. Eso minimiza las pérdidas ocasionadas por los errores derivados de la irresponsabilidad de la gente en el deber. Eso es responsabilizarse por la entrada en la vida de hermanos y hermanas, y por el trabajo de la iglesia. A partir de entonces, fui a investigar al detalle el trabajo de cada líder de iglesia y, lo conociera o no, examinaba seriamente el progreso en los distintos trabajos de los que fuera responsable. Mediante ese control real descubrí un líder, de apellido Xia, que no estaba haciendo un trabajo real ni resolvía problemas reales. Él tenía una humanidad malévola, y atacaba y marginaba a otros; estas eran acciones de una naturaleza verdaderamente deplorable y lo destituimos de inmediato. Más tarde, nos enteramos de muchas más acciones malvadas que había hecho a través de la denuncia y los informes de hermanos y hermanas y, al final, seguía sin arrepentirse aun después de haber hablado mucho con él y de haberlo desenmascarado. Al final, comprobamos que era un anticristo y lo expulsamos de la iglesia. Al ver estos resultados, el pasado me dio miedo. De no haber experimentado todo aquello con Liu Jing que me hizo cambiar mi idea equivocada de “No dudes de aquellos que empleas”, no habría pensado en supervisar o hacer seguimiento del trabajo de Xia y ese anticristo habría continuado dañando a los hermanos y hermanas en la iglesia. Las consecuencias hubieran sido inimaginables. Poner esto en práctica me enseñó la importancia de supervisar y verificar el trabajo. Sentí que por fin había hecho algo de trabajo real y estaba tranquila en mi corazón.
Esta experiencia me enseñó que cumplir el deber sin ver a las personas y a las cosas a la luz con las palabras de Dios ni practicar la verdad y, en cambio, defender la lógica y las ideas satánicas, supone resistirse a Dios y trastornar y perturbar el trabajo de la iglesia. Tenemos que obedecer las exigencias de Dios y hacer seguimiento y supervisar el trabajo para cumplir bien con un deber y proteger la labor de la iglesia. El juicio y exposición de las palabras de Dios cambiaron por completo mi perspectiva falaz. ¡Gracias a Dios!
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