La lucha de reportar problemas

27 Mar 2025

Por Gina, Filipinas

En 2022, realicé un deber relacionado con textos. Por casualidad, conocí a Kelli, una líder de distrito. Al escuchar sus experiencias, descubrí que llevaba cinco años siendo líder. Tenía algunos dones, era ingeniosa y organizada en los arreglos del trabajo. La admiraba mucho. Sin embargo, también supe que, para demostrar su competencia ante sus compañeros, cuando ellos enfrentaban dificultades, no solo evitaba ayudarlos, sino que alardeaba de sus propios logros. Esto hacía que sus compañeros la admiraran, y que se catalogasen ellos mismos como incompetentes. Vi que Kelli presumía todo el tiempo, pero que tenía poco conocimiento de sí misma, y pensé: “Aunque Kelli tiene cierta inteligencia y dones, su entrada en la vida es limitada y no reflexiona ni se conoce cuando enfrenta problemas”. Más tarde, también me enteré de que la hermana Stacey había descubierto que Kelli no estaba cultivando a otros, que era descuidada y no se implicaba en el trabajo del evangelio. Incluso había preguntado a los compañeros de Kelli si estaba haciendo trabajo real. Cuando Kelli se enteró de esto, no solo no reflexionó sobre sí misma, sino que también desarrolló prejuicios contra sus compañeros y contra Stacey. Se negó a cooperar y a discutir el trabajo con sus compañeros, lo que afectó negativamente el trabajo evangélico. Cuando volví a ver a Kelli, supe que su estado no era bueno y que tenía miedo de resolver los problemas de los hermanos y hermanas, así que dejaba esta responsabilidad a sus compañeros. Esto me sorprendió, y pensé: “Kelli es una líder de distrito. Su principal tarea es comunicar la verdad y resolver problemas. Pero ni siquiera puede resolver los problemas de los hermanos y hermanas. ¿Podrá desempeñar bien su trabajo principal como líder?”. Pero luego pensé: “¿Será que simplemente ha tomado la senda equivocada en este tiempo? Si con consejos y ayuda su estado puede cambiar, aún puede cumplir con sus deberes como líder. Al fin y al cabo, ha sido líder durante muchos años y sabe organizar e implementar algunas tareas. En cuanto a su descuido en la entrada en la vida, debería ofrecerle más ayuda y consejos”. Así que le señalé el problema. Kelli respondió que estaba dispuesta a enmendarse, pero luego me enteré de que seguía ocupada con muchas actividades y que aún no tenía entrada en la vida. Pensé: “Kelli carece de entrada en la vida. No puede resolver los problemas de los hermanos y hermanas ni hacer un trabajo real. ¿Podría ser una falsa líder?”. Pero mi conocimiento del desempeño de Kelli era muy limitado y aún no podía verlo con claridad, así que no informé de este problema al nivel superior.

En abril de 2023, me destituyeron porque buscaba reputación y estatus y no podía hacer un trabajo real, y ya no pensé en el problema de Kelli. Más adelante, la iglesia emitió una carta pidiendo a los hermanos y hermanas que reportaran a cualquier falso líder o anticristo que identificaran. Entonces, pensé en Kelli: “A Kelli le encanta alardear para que los demás la tengan en alta estima. No acepta sugerencias de sus hermanas e incluso alberga prejuicios contra ellas. Además, no aprende lecciones cuando surgen situaciones y carece de entrada en la vida. ¿Debería informar sobre su problema al nivel superior para que la iglesia lo investigue?”. Pero entonces dudé: “Kelli es responsable del trabajo de múltiples iglesias. Si mi informe es incorrecto, podría afectarla o retrasar sus deberes, convirtiéndome en una fuente de trastorno y perturbación. Podría perder mi deber actual y, en casos graves, que me aislaran para reflexionar. Olvídalo. Cuantos menos problemas, mejor. Además, mi conocimiento de la situación es limitado; no puedo estar completamente segura de que sea una falsa líder. Lo mejor será concentrarme en cumplir bien con mi deber actual”. Así que decidí no reportar el problema de Kelli.

Durante ese período, la iglesia enviaba con frecuencia cartas pidiéndonos que verificáramos la presencia de falsos líderes y anticristos. Cada vez que veía esas cartas, me sentía indecisa. Mientras dudaba sobre qué hacer, me enteré de que una hermana había reportado a una líder de iglesia. Después de investigar y verificar el caso, resultó que la líder reportada solo había revelado cierta corrupción, pero no era una falsa líder ni alguien que no realizara trabajo real. Sin embargo, la persona que hizo el reporte tenía un carácter arrogante. Basándose en la corrupción que la líder había revelado, la condenó como falsa. Además, esta persona solía limitar a los demás durante las conversaciones y no contribuía positivamente al grupo. Al final, se la aisló para que reflexionara. Al escuchar esto, me alarmé y pensé: “Si reporto el problema de Kelli y resulta que estoy equivocada, ¿investigarán también mi situación? Cuando fui líder, puse a un anticristo en un puesto importante, lo que causó perturbación y trastorno al trabajo de la iglesia. Si esta vez hago un reporte incorrecto, y esto afecta el estado de Kelli y retrasa la obra de la iglesia, mis transgresiones se acumularán. ¿Entonces me aislarán para reflexionar o incluso me echarán? Además, mi conocimiento sobre Kelli es limitado y no puedo asegurar que sea una falsa líder. Será mejor que no me arriesgue reportando el problema. Kelli también interactúa con otros hermanos y hermanas. Si de verdad es una falsa líder, ellos también notarán sus problemas y enviarán un informe. En ese caso, puedo aportar información sobre sus manifestaciones, y de esta forma no me investigarán. Eso sería lo mejor”. Con este razonamiento, abandoné completamente la idea de reportar el problema.

En junio de 2023, la iglesia emitió un aviso de expulsión para un anticristo. Este anticristo, que era supervisor, buscaba reputación y estatus, lo que causó un grave trastorno y perturbación al trabajo de la iglesia. El líder nos recordó que, si descubríamos falsos líderes o anticristos en la iglesia, debíamos reportarlos de inmediato al nivel superior para proteger el trabajo de la iglesia. Esto me hizo pensar nuevamente en Kelli. Aunque no era un anticristo, mostraba características de una falsa líder. Habían pasado casi seis meses desde que noté el problema y había evitado reportarlo al nivel superior por temor. Si de verdad era una falsa líder, ¿no estaría perjudicando a todos los hermanos y hermanas? Esto causaría un daño enorme al trabajo de la iglesia. Recordé las palabras de Dios al exponer al anticristo Yan: “Hay ciertas manifestaciones cuando los anticristos hacen algo. No solo estaba haciendo cosas a escondidas; vosotros podríais reconocer esas manifestaciones en persona. Si no pudisteis ver esas manifestaciones, ¿no estabais ciegos? (Sí). Así que, si ahora hubiera otra persona con esas características, ¿podríais discernirla? ¿Puede alguien como Yan hacer un trabajo real? ¿Puede compartir la verdad y resolver problemas? (No). ¿Por qué decís que no? (En términos de resultados de trabajo, la iglesia tuvo muchos problemas que no se resolvieron durante mucho tiempo; el progreso de todo el trabajo fue increíblemente lento y las películas que filmamos no cumplían con los requisitos de la casa de Dios). Antes de que se tomaran medidas con Yan, ¿visteis que esto era un problema? (No). Entonces, ¿qué entendéis después de escuchar los sermones? No podéis ver problemas tan graves y luego siempre encontráis excusas y decís: ‘No nos relacionamos con él. ¿Cómo podríamos saber las cosas que hacía a escondidas? Solo somos creyentes comunes; él era un líder. No podíamos estar siguiéndolo siempre, así que es razonable que no pudiéramos desentrañar cómo era realmente y que no lo denunciáramos’. ¿Es esto lo que queríais decir? (Sí). ¿Cuál es la naturaleza de esto? (Intentamos evadir nuestras responsabilidades)” (La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 7: Son perversos, insidiosos y falsos (I)). Cada palabra de Dios tocó profundamente mi corazón. Siempre había utilizado la excusa de que no entendía completamente la situación o no tenía una visión clara para no reportar el problema. En realidad, había observado el comportamiento de Kelli y sospechaba que podría ser una falsa líder, pero tenía miedo de que, si mi reporte era incorrecto, me hicieran responsable. Por eso, me excusé diciendo que no había interactuado mucho con ella y que no veía las cosas con claridad. Cada vez que escuchaba enseñanzas en las que se nos instaba a reportar a falsos líderes y anticristos, mi conciencia me acusaba. Sin embargo, seguía suprimiendo esos sentimientos usando la misma excusa: que no podía ver claramente la situación. La verdad era que esta excusa no tenía fundamento. Simplemente estaba evitando asumir mi responsabilidad. Al notar un problema con un líder, debería haberlo reportado de inmediato. Incluso si no podía comprender toda la situación, podría haberlo planteado y buscado las enseñanzas de hermanos y hermanas que entendieran la verdad, para que no se prolongara tanto tiempo. Esta vez, ya no podía seguir evitando el tema. Pero al pensar en reportar la situación de Kelli, de repente recordé que el líder había mencionado que querían promoverme y cultivarme. Pensé: “Si hago un reporte erróneo, podría perder la oportunidad de que me promuevan e incluso mi deber actual. Pero si no lo reporto y Kelli realmente tiene un problema, eso podría causar un daño significativo al trabajo de la iglesia”. Estos pensamientos me generaron un gran conflicto interno. Quería tener el valor de defender los intereses de la iglesia y reportar el problema, pero cada vez que consideraba cómo esto podría afectar mis propios intereses, mi valentía desaparecía. Mi conciencia seguía acusándome. Vi el problema y no lo reporté y, aunque entendía las palabras de Dios, no las estaba poniendo en práctica. No estaba protegiendo los intereses de la iglesia en absoluto. Incluso si me conseguía que me promovieran, ¿de qué serviría? Lloré y me presenté ante Dios en oración: “Oh, Dios, esta situación que enfrento hoy es algo que Tú has dispuesto y orquestado. También es una prueba para mí, para ver si puedo tener en cuenta Tu intención. Estoy sufriendo un gran conflicto interior. Oh, Dios, por favor, guíame para tomar la decisión correcta”. En ese instante, una frase de las palabras de Dios resonó en mi mente: “La esencia de Dios es la justicia. Aunque no es fácil comprender lo que hace, todo cuanto hace es justo, solo que la gente no lo entiende(La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Tercera parte). Sí, el carácter de Dios es justo, y no importa lo que haga, siempre lo será. La razón principal por la que no me atreví a reportar el problema fue que no entendía el carácter justo de Dios. Esto me llevó a vivir en un estado de malentendidos y cautela. Imaginaba a Dios como un ser humano corrupto, carente de equidad y justicia. Creía que, por reportar incorrectamente un problema o cometer un error, podrían aislarme para reflexionar o incluso echarme. ¡Fue realmente falso de mi parte desconfiar de Dios de esa manera! Dios es justo, y todo en Su casa se maneja con equidad y justicia. Si hubiera reportado un problema con un líder, la iglesia lo habría investigado y manejado de acuerdo a los principios. Si Kelli realmente fuera una falsa líder, la destituirían de inmediato. Pero si no lo fuera, la iglesia señalaría sus problemas y la ayudaría a reflexionar sobre sí misma y a entrar, lo cual también sería algo positivo. Al pensar en esto, me sentí algo aliviada.

Más adelante, leí otro pasaje de las palabras de Dios que me proporcionó una senda de práctica. Dios Todopoderoso dice: “A veces, los falsos líderes y anticristos montan un espectáculo durante un tiempo y revelan ciertos problemas. Algunas personas pueden ser solamente capaces de ver que hay problemas, pero no pueden desentrañar la esencia y la verdad de estos problemas ni saben cómo resolverlos; esto también tiene que ver con la falta de discernimiento. ¿Qué deberíais hacer en tales circunstancias? En momentos como esos, deberíais acudir a alguien que entienda la verdad para discernir a esas personas. Si hay varias personas que pueden hacerse responsables y buscar, comunicarse y debatir el asunto juntas, entonces podréis alcanzar un consenso y calar la esencia del problema, y luego podréis discernir si son falsos líderes y anticristos. No es tan difícil resolver el problema de los falsos líderes y anticristos; los falsos líderes no realizan trabajo real y es sencillo descubrirlos y verlos claramente; los anticristos perturban y trastornan la obra de la iglesia y también son fáciles de descubrir y ver claramente. Todo esto tiene que ver con el problema de perturbar al pueblo escogido de Dios mientras cumple su deber, y deberíais denunciar y desenmascarar a esa gente; tan solo de esa forma podéis impedir que la obra de la iglesia sufra demoras. Denunciar y poner al descubierto a los falsos líderes y anticristos es una tarea crucial que garantiza que el pueblo escogido de Dios pueda llevar a cabo su deber adecuadamente, y esa es una responsabilidad que recae sobre todo Su pueblo. No importa de quién se trate, siempre que sean falsos líderes o anticristos, el pueblo escogido de Dios debe desenmascararlos y sacarlos a la luz, y si lo hacéis cumpliréis con vuestra responsabilidad. Mientras el problema informado sea verdadero y realmente haya un caso de un falso líder o un anticristo, la casa de Dios siempre lo manejará de manera oportuna y de acuerdo con los principios(La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 7: Son perversos, insidiosos y falsos (I)). Sí, al encontrarme con falsos líderes en la iglesia, si no puedo comprender la esencia del problema, puedo compartirlo y discernirlo con aquellos que entienden la verdad. De esta manera, puedo obtener una comprensión más precisa. Como no podía determinar claramente si Kelli era una falsa líder, busqué compartir con otros. Al buscar y compartir, logré obtener una comprensión más clara de los principios relacionados con este tema. Luego hablé con mi compañera, la hermana Shirley, sobre este asunto. Shirley también consideró que Kelli estaba siguiendo una senda equivocada y me sugirió que lo reportara al nivel superior. Además, Shirley me preguntó qué era lo que me preocupaba y por qué no había reportado el problema. Gracias a su pregunta, me di cuenta de que mi indecisión para reportar el problema se debía principalmente a mi deseo de protegerme y mantener mis propios intereses. ¡Qué egoísta y despreciable había sido!

Recordé un pasaje de las palabras de Dios y lo busqué para leerlo. Dios dice: “La mayoría de las personas desean perseguir y practicar la verdad, pero gran parte del tiempo simplemente tienen la determinación y el deseo de hacerlo; la verdad no se ha convertido en su vida. Como resultado, cuando se topan con las fuerzas de la perversidad o se encuentran con personas malvadas y malas que cometen actos malvados o con falsos líderes y anticristos que hacen las cosas de una forma que viola los principios —con lo que perturban el trabajo de la iglesia y perjudican a los escogidos de Dios— pierden el coraje de plantarse y decir lo que piensan. ¿Qué significa cuando no tienes coraje? ¿Significa que eres tímido o poco elocuente? ¿O que no tienes un entendimiento profundo y, por tanto, no tienes la confianza necesaria para decir lo que piensas? Ninguna de las dos cosas; esto es principalmente la consecuencia de estar limitado por actitudes corruptas. Una de las actitudes corruptas que revelas es un carácter falso; cuando te sucede algo, lo primero que piensas es en tus propios intereses, lo primero que consideras son las consecuencias, si te beneficiará. Este es un carácter falso, ¿verdad? Otro es un carácter egoísta y vil. Piensas: ‘¿Qué tiene que ver conmigo una pérdida para los intereses de la casa de Dios? Si no soy líder, ¿por qué debería importarme? No tiene nada que ver conmigo. No es responsabilidad mía’. No piensas de manera consciente estos pensamientos y palabras, estos representan el carácter corrupto que se revela cuando la gente se topa con un problema, son una creación de tu subconsciente. Tales actitudes corruptas gobiernan tu forma de pensar, te atan de manos y pies, y controlan lo que dices. En tu interior, quieres levantarte y hablar, pero tienes reticencias, e incluso cuando llegas a hablar, te vas por las ramas y dejas un margen de maniobra, o bien vacilas y no cuentas la verdad. La gente perspicaz lo ve; de hecho, en el fondo sabes que no has dicho todo lo que debías, que lo que has dicho no ha tenido efecto alguno, que simplemente actuabas sin convicción y que no se ha resuelto el problema. No has cumplido con tu responsabilidad, pero dices abiertamente que has cumplido con ella o que no tenías claro lo que estaba sucediendo. ¿Es eso cierto? ¿Y de verdad es lo que piensas? ¿No estás entonces completamente bajo el control de tu carácter satánico? […] Nunca buscas la verdad, ni mucho menos la practicas. Solo oras sin cesar, haces propósitos, estableces aspiraciones y te comprometes de corazón. ¿Y cuál es el resultado? Sigues siendo un complaciente, no te sinceras respecto a los problemas que te encuentras, no te importan las personas malvadas cuando las ves, no respondes cuando alguien hace el mal o crea una perturbación, y te mantienes al margen cuando no te afecta personalmente. Piensas: ‘No hablo sobre nada que no me incumba. Mientras no afecte a mis intereses, mi vanidad o mi imagen, me desentiendo de todo, he de tener mucho cuidado, ya que las primeras espigas que se cortan son las que sobresalen. ¡No voy a hacer ninguna estupidez!’. Estás controlado total e inquebrantablemente por tus actitudes corruptas de perversidad, falsedad, intransigencia y de aversión por la verdad. Para ti es más difícil soportarlas que la diadema dorada cada vez más apretada que llevaba el Rey Mono. Vivir bajo el control de las actitudes corruptas es agotador e insoportable(La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Tercera parte). El desenmascaramiento de Dios reflejaba exactamente mi estado. Sabía que había un problema con Kelli que debía reportarse al nivel superior. Especialmente después de leer las cartas de la casa de Dios que instaban a reportar a falsos líderes y anticristos, varias veces pensé en hacerlo. Pero tenía miedo de que, si mi informe era erróneo, pudiera perder mi deber o que me aislaran para reflexionar. Siempre anteponía mis propios intereses. En momentos cruciales, ni siquiera tuve el valor de hablar para proteger los intereses de la casa de Dios. No me atreví a reportar un problema. ¡Realmente fui una inútil! Sabía perfectamente que Kelli estaba a cargo de múltiples iglesias y que, si realmente era una falsa líder, eso afectaría significativamente el trabajo de la iglesia y perjudicaría la entrada en la vida de muchos hermanos y hermanas. Sin embargo, al pensar en que reportar el problema podría no beneficiarme e incluso perjudicar mis propios intereses, busqué protegerme a mí misma. Buscaba excusas para evitar mi responsabilidad y esperaba que otros lo reportaran primero. Solo me preocupaban mis propios intereses. No me importaba el impacto en el trabajo de la iglesia ni en la entrada en la vida de los hermanos y hermanas. Mientras yo no sufriera ninguna pérdida, simplemente no me importaba. Incluso si veía problemas en el líder, hacía la vista gorda; reprimía mi conciencia, aunque estuviera llena de culpa. Siempre anteponía mis propios intereses en todo. Era realmente falsa, egoísta y despreciable. Antes pensaba que tenía un sentido de justicia y que podía señalar y exponer los problemas de otros hermanos y hermanas. Pero ahora, al reflexionar, me doy cuenta de que solo me atreví a hacerlo porque no afectaba a mis propios intereses. Ahora que mis propios intereses estaban en juego, me escondí como una tortuga, sin demostrar integridad. Durante este período, también recordé las palabras de Dios y sabía lo que debía hacer, pero coloqué mis propios intereses por encima de todo. Aunque comprendía la verdad, no fui capaz de ponerla en práctica. No solo fui egoísta y despreciable, sino también intransigente y sentía aversión por la verdad. Después de haber leído tantas palabras de Dios, cuando llegó el momento crucial de defender los intereses de la iglesia, no tuve el valor de actuar. Había escuchado las palabras de Dios durante tantos años en vano; ¡no tenía ningún testimonio real!

Más tarde, Shirley me leyó un pasaje de las palabras de Dios: “Hablemos francamente: si no sigues la senda correcta ni practicas la verdad; si ondeas la bandera de la fe en Dios pero quieres vivir como los no creyentes y actuar deliberadamente, entonces tu fe en Dios no tiene sentido. ¿Por qué lo digo? ¿Dónde radica el sentido de la fe en Dios? Radica en el cambio completo de la senda que siguen las personas, de su perspectiva de la vida y de su rumbo y sus objetivos en la vida una vez que comienzan a creer en Dios, en que estas cuestiones se vuelvan totalmente diferentes de las de aquellos que no creen, de las personas mundanas y de los demonios, y que la senda que siguen los creyentes sea completamente opuesta a la de ellos. ¿Cuál es esa dirección opuesta? Que quieras ser una buena persona y alguien que se somete a Dios y tiene una semejanza humana. Entonces, ¿cómo puedes lograrlo? Debes enfocarte en esforzarte por la verdad, y solo entonces podrás cambiar. Si no persigues la verdad ni la practicas, tu fe en Dios no tiene sentido ni valor; tu fe es una cáscara vacía, palabras endiabladas dirigidas a engañar, solo palabras vacías, sin ningún efecto en absoluto(La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 7: Son perversos, insidiosos y falsos (I)). Las palabras de Dios me atravesaron el corazón. Llevaba años creyendo en Dios y había leído muchas de Sus palabras, pero en los momentos cruciales, no practiqué la verdad. Vivía como una no creyente, guiada por las filosofías de Satanás: “Agua que no has de beber, déjala correr” y “El sensato se protege nada más que para no equivocarse”. Protegía mis propios intereses en todo, sin considerar en absoluto las intenciones de Dios. Decía creer en Dios, pero no practicaba Sus palabras. ¿Acaso no me había convertido en una incrédula? Dios no salva a los incrédulos. Si no me arrepentía y seguía sin practicar la verdad, acabaría siendo descartada. Tenía que dejar de proteger mis intereses y reportar el problema con Kelli al nivel superior. Al día siguiente, escribí el informe sobre Kelli y lo entregué a los líderes de nivel superior.

Poco después, el hermano Rupert, del nivel superior, organizó una reunión conmigo para comprender la situación. Le expliqué que anteriormente había cometido transgresiones en mis deberes y que temía que, si mi reporte era incorrecto, podrían aislarme para reflexionar y perder mi deber. Rupert me dijo que esto demostraba mi falta de comprensión sobre el carácter justo de Dios y los principios que la casa de Dios usa para tratar a las personas. Luego compartió conmigo sobre este aspecto de la verdad. Gracias a su enseñanza, logré comprender mejor. La casa de Dios trata a las personas basándose en su esencia-naturaleza y en cómo se comportan habitualmente. Si mis intenciones eran correctas y buscaban proteger los intereses de la iglesia, entonces, incluso si cometía un error al reportar debido a mi falta de discernimiento, los hermanos y hermanas compartirían conmigo para corregirlo, y no me destituirían o aislarían solo por un error puntual. Sin embargo, si seguía viviendo según las filosofías de Satanás, sin practicar la verdad ni proteger los intereses de la casa de Dios, y si mi actitud hacia la verdad era de aversión e intransigencia, entonces, aunque no cometiera errores, al final sería revelada y descartada. Recordé haber visto a una hermana aislada para reflexionar después de reportar un problema, pero esto no fue porque lo hubiera reportado incorrectamente. Fue porque su carácter era demasiado arrogante y limitaba constantemente a los demás, por lo que no era una influencia positiva en su equipo. El aislamiento fue una oportunidad para que se arrepintiera. Mientras reconociera su carácter corrupto y dejara de causar perturbaciones, todavía tendría la oportunidad de salvarse. Tras años de creer en Dios, nunca había visto que descartasen a alguien por reportar un problema con falsos líderes. En efecto, la casa de Dios trata a las personas según su esencia-naturaleza y su comportamiento habitual. Más tarde, los líderes del nivel superior, después de entender y verificar el comportamiento de Kelli, descubrieron que no solo carecía de entrada en la vida y no podía realizar un trabajo real, sino que también tenía un fuerte deseo de estatus. Constantemente daba testimonio de sí misma, menospreciaba a sus compañeros, reprimía y atormentaba a los demás. Si encontraba a alguien que no la tomaba en serio, le guardaba rencor, y si alguien se atrevía a señalar sus problemas o tenía opiniones diferentes, lo trataba como opositor y enemigo. Según su comportamiento, se determinó que Kelli era una falsa líder que seguía la senda de un anticristo, por lo que fue destituida y aislada. Los líderes también destacaron la importancia de mi reporte y me animaron a señalar rápidamente cualquier problema similar en el futuro. Cuando vi que destituyeron a Kelli y que la iglesia ya no sufría las perturbaciones de una falsa líder, me sentí profundamente agradecida con Dios.

Cada vez que pienso en cómo me faltó el valor para reportar el problema que encontré, cómo solo me preocupé por proteger mis propios intereses sin salvaguardar los de la casa de Dios, y cómo dejé que el problema con la falsa líder se prolongara durante más de medio año antes de ser atendido, odio lo egoísta y despreciable que fui, y cómo mi carácter corrupto me tenía atrapada. Las palabras de Dios me llevaron a superar las influencias de la oscuridad y me dieron el valor para reportar el problema y proteger los intereses de la iglesia. ¡Estoy verdaderamente agradecida con Dios desde lo más profundo de mi corazón!

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