Mi preocupación por destituir a falsos líderes
En septiembre de 2020, era predicadora en la iglesia, responsable de la obra en cuatro iglesias. La líder de una de estas iglesias, Li Ying, tenía buena aptitud y era entusiasta. Me causó una excelente impresión. Pero al poco tiempo, descubrí que esta iglesia había algunos incrédulos evidentes y personas malvadas a las que aún no se había echado y estaban trastornando la vida de la iglesia. Así que me comuniqué con Li Ying, le señalé esta situación y le expliqué la esencia y las consecuencias de no echarlos. Li Ying accedió a echar a esos incrédulos y malvados lo antes posible. Pero dos meses después, cuando volví a revisar su trabajo, descubrí que Li Ying aún no lo había hecho. Incluso se puso del lado de los incrédulos y los malvados y los justificaba. Como resultado, estas personas que deberían haber sido echadas seguían allí y se les permitía descontrolarse dentro de la iglesia. Además, había problemas en los deberes de los hermanos y hermanas, pero Li Ying nunca comunicó la verdad para resolverlos ni podó a esas personas. En vez de eso, ella le hacía caso a su carne, les ofrecía facilidades y era indulgente. Esto los llevaba a no ser responsables en sus deberes y causaba que la obra de la iglesia se viera afectada. A juzgar por su comportamiento constante, Li Ying era una falsa líder que no hacía una obra práctica. Según los principios, debía ser destituida de inmediato. Pero en mi interior pensé: “Ella es la única líder en esta iglesia. Si la destituyo ahora, tendré que preocuparme por los proyectos de esta iglesia. Algunas de estas tareas también me exigirán que vaya a ponerlas en práctica en persona. ¿De dónde se supone que voy a sacar tiempo y energía para eso? Además, tengo que hacer un seguimiento de las obras en las otras iglesias. Estaré muy ocupada. Ya tengo más de 60 años y mi salud no es demasiado buena. ¡Si me esfuerzo demasiado, es posible que mi cuerpo no pueda soportarlo! Si mantengo a Li Ying, al menos podrá ocuparse de los asuntos generales y yo podré relajarme un poco”. Con este pensamiento en mente, no la destituí. Después, en diciembre, el marido no creyente de Li Ying empezó a vigilarla y seguirla. Ella sabía claramente que él tenía poca humanidad, pero seguía asistiendo a los lugares de reunión sin ninguna consideración por la seguridad de los demás. Como resultado, puso en peligro a bastantes grupos de reunión. Por fin me di cuenta de lo grave que era el problema de Li Ying y suspendí su trabajo inmediatamente. Después de esto sentí miedo. Me di cuenta de que esto había sido consecuencia de no haber destituido a Li Ying con la suficiente rapidez. ¡Yo también era responsable!
Durante mis prácticas devocionales, leí un pasaje de la palabra de Dios. Dios dice: “Cómo consideras las comisiones de Dios es de extrema importancia y un asunto muy serio. Si no puedes llevar a cabo lo que Dios les ha confiado a las personas, no eres apto para vivir en Su presencia y deberías ser castigado. Es perfectamente natural y está justificado que los seres humanos deban completar cualquier comisión que Dios les confíe. Esa es la responsabilidad suprema del hombre, y es tan importante como sus propias vidas. Si no te tomas en serio las comisiones de Dios, lo estás traicionando de la forma más grave. En esto eres más lamentable que Judas y debes ser maldecido. La gente debe entender bien cómo tratar lo que Dios les confía y, al menos, debe comprender que las comisiones que Él confía a la humanidad son exaltaciones y favores especiales de Dios, y son las cosas más gloriosas. Todo lo demás puede abandonarse. Aunque una persona tenga que sacrificar su propia vida, debe seguir cumpliendo la comisión de Dios” (La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Cómo conocer la naturaleza del hombre). De la palabra de Dios comprendí que Él encomienda el deber a uno y que este es más importante que cualquier otra cosa. Tratarlo a la ligera y ser irresponsable es traicionar a Dios. Si uno hace eso es esencialmente como Judas y será maldecido. El hecho de que hubiera podido ejercer como predicadora en la iglesia era el favor de Dios. Cuando encontraba líderes en la iglesia que no hacían una obra práctica, debía destituirlos o transferirlos, según fuera necesario. Ese era mi deber, mi responsabilidad. Como líder de la iglesia, Li Ying encontró un problema, pero no comunicó la verdad para resolverlo. Incluso obstaculizó la obra de depuración. Demoró la expulsión de los incrédulos y los malvados, y hasta los defendía. Esto confirmó que era una falsa líder y que debía ser destituida sin demora. Pero yo, en cambio, me preocupaba que, una vez que la despidiera, no pudiera encontrar un sustituto adecuado durante un tiempo y tuviera que preocuparme más por la obra de la iglesia. Así que no la despedí a su debido tiempo. Esto provocó riesgos de seguridad y obstrucciones a la obra de la iglesia. Era muy consciente de que los falsos líderes y anticristos son obstáculos y escollos para la entrada en la vida de los hermanos y hermanas. Cuando se encuentra uno, se lo debe descartar, no se lo puede tolerar en absoluto. Pero para ahorrarme preocupaciones y penurias, no destituí a Li Ying, a pesar de saber que era una falsa líder. Vi que fui verdaderamente egoísta y despreciable. Esta actitud que adopté hacia mi deber repugnaba realmente a Dios. Al darme cuenta de esto, me asusté bastante, así que oré y me arrepentí ante Dios, y rápidamente destituí a Li Ying. También expuse y comuniqué la esencia y las consecuencias de sus actos y los demás adquirieron cierto discernimiento sobre ella. Después de esto, la iglesia eligió otro líder. Poco a poco, la labor de la iglesia se fue recuperando.
En febrero de 2021, destituyeron a un predicador responsable de una iglesia en Chengxi porque no podía hacer una obra práctica, y el líder me hizo responsable de la obra de esa iglesia. Después de asumirla, la hermana Xue Ming me habló de problemas con la líder de la iglesia y la diaconisa de riego: “La diaconisa de riego siempre es irresponsable y superficial en su deber. Hace más de 20 días que no riega a los recién llegados bajo su responsabilidad. Algunos han escuchado rumores y han abandonado la fe. La líder de la iglesia siempre está ocupada con su trabajo diario y rara vez se reúne con los demás o hace un seguimiento del trabajo. Los hermanos y hermanas le han advertido y han hablado con ella, pero no escucha. Además, es consciente de que la diaconisa de riego no hace una obra práctica y debe ser destituida, pero no sólo no la destituye, sino que incluso se pone de su parte y la defiende. Así que son falsos líderes y obreros que no hacen una obra práctica y ya han retrasado la obra de la iglesia”. Después de escuchar el informe de Xue Ming, pensé: “A la luz de su comportamiento, estas dos personas deben ser destituidas. Pero elegir nuevos líderes y obreros no es tarea fácil. Si las destituyo a ambas y no podemos elegir sustitutos adecuados durante un tiempo, ¿no tendré que encargarme yo de la obra de esta iglesia? Mi energía es limitada, así que por muy apremiante que sea, tengo que ir paso a paso”. Al ver que no respondía, Xue Ming dijo con ansiedad: “Si a los falsos líderes y obreros no se los destituye de inmediato, se comprometerá tanto la obra de la iglesia como la entrada en la vida de los hermanos y hermanas. ¿No sientes la urgencia? ¿No te importa? No puedes ser como el predicador anterior que no hacía una obra práctica”. Sentí que me ardía la cara tras escuchar este aluvión de críticas y pensé: “Acabo de llegar, todavía hay muchas cosas que no entiendo. El que mucho abarca, poco aprieta. Tengo que ir paso a paso. De todos modos, no dije que no me encargaría de esto”. Más tarde, me di cuenta de que mi estado era erróneo, así que me apresuré a orar a Dios: “Dios, Tú permitiste esta situación que enfrenté hoy, pero sigo poniendo excusas. Sé que esto no concuerda con Tu intención. Por favor, guíame para someterme, y así pueda reflexionar y aprender de esto”. Después de orar, recordé un pasaje de la palabra de Dios. Dios dice: “En la actualidad, hay algunas personas que no llevan cargas por la iglesia. Estas personas son flojas y descuidadas, y solo les preocupa su propia carne. Son extremadamente egoístas y, también, ciegas. Si no puedes ver este asunto con claridad, no llevarás ninguna carga. Cuanto más considerado seas con las intenciones de Dios, mayor será la carga que Él te confiará. Las personas egoístas no están dispuestas a sufrir tales cosas ni a pagar el precio y, como resultado, perderán oportunidades para que Dios las perfeccione. ¿Acaso no se están haciendo daño a sí mismas? Si eres alguien considerado con las intenciones de Dios, desarrollarás una carga verdadera para la iglesia. De hecho, en lugar de considerar que esto es una carga que llevas para la iglesia, sería mejor que la consideraras como una carga que llevas para tu propia vida, porque el propósito de esta carga que desarrollas para la iglesia es que utilices estas experiencias para que Dios te perfeccione. Por tanto, quien lleve la mayor carga para la iglesia, quien lleve una carga para entrar en la vida, será a quien Dios perfeccionará. ¿Has visto esto claramente? Si la iglesia con la que estás se encuentra esparcida como la arena, pero tú no te sientes ni preocupado ni inquieto e incluso haces la vista gorda cuando tus hermanos y hermanas no comen ni beben normalmente las palabras de Dios, entonces no estás llevando carga alguna. A Dios no le gustan tales personas. La clase de personas que a Él le agradan tienen hambre y sed de justicia y son consideradas con Sus intenciones” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Sé considerado con las intenciones de Dios para alcanzar la perfección). Pensar en la palabra de Dios me llenó de vergüenza. ¿No había estado ni preocupada ni ansiosa por la obra de la iglesia? Cuando escuché el informe de Xue Ming sobre los problemas de la líder y la diaconisa de riego, no consideré la obra de la iglesia y no destituí rápidamente a la falsa líder y a la falsa obrera. En cambio, consideré primero mis intereses carnales, pues me preocupaba que, una vez destituidas, se eligieran sustitutos. Tendría que preocuparme y gastar energía en ese tema. Mi carga de trabajo aumentaría. Para ahorrarme pagar el precio y las penurias físicas, no sentía ninguna urgencia por destituirlas, aunque sabía que eran falsas. En esencia, las estaba protegiendo y consintiendo de forma encubierta. Dejaba que se descontrolaran en la iglesia y que trastornaran su obra. El hecho de que Xue Ming me podara por no tratar mi deber con urgencia fue una advertencia útil para mí. Me permitió reflexionar rápidamente y conocer mi carácter corrupto y arrepentirme ante Dios. Si se mantuvieran falsos líderes y obreros en la iglesia, quién sabe cuán grandes serían las pérdidas para la obra de la iglesia. Asimismo, me di cuenta de que yo también había hecho caso a mi carne en la ocasión anterior. El hecho de que no sustituyera de inmediato a una falsa líder obstaculizó la obra de la iglesia. ¿No estaba cometiendo el mismo error? Quería ahorrarme dificultades físicas. No pensaba para nada en la obra de la iglesia ni en las pérdidas causadas a la entrada de vida de los hermanos y hermanas. Yo tampoco estaba haciendo una obra práctica, me comportaba como una falsa líder. Mi actitud hacia mi deber realmente repugnaba a Dios. Si no me hubieran podado, no habría sabido que debía reflexionar sobre mí misma. Al darme cuenta de estas cosas, elevé una oración silenciosa a Dios. Le dije que quería arrepentirme y cumplir bien con mi deber. Al día siguiente, fui a la iglesia con Xue Ming. Después de investigar, confirmé que, efectivamente, la líder y la diaconisa de riego no estaban haciendo una obra práctica. Tenían los mismos puntos de vista que los no creyentes, analizaban en exceso a las personas y las cosas, y no aceptaban la verdad. Eran una líder y una obrera falsas. Poco después fueron destituidas y se seleccionó a sus sustitutos.
Después de todo eso, me pregunté: “¿Por qué cada vez que encuentro falsos líderes y obreros en la iglesia que no hacen una obra práctica, no los reemplazo prontamente? ¿Cuál es la causa exacta?”. Más tarde, leí un pasaje de la palabra de Dios: “Mientras las personas no hayan experimentado la obra de Dios y no hayan comprendido la verdad, la naturaleza de Satanás es la que toma las riendas y las domina desde el interior. ¿Qué cosas específicas conlleva esa naturaleza? Por ejemplo, ¿por qué eres egoísta? ¿Por qué proteges tu propia posición? ¿Por qué tienes sentimientos tan fuertes? ¿Por qué te gustan esas cosas injustas? ¿Por qué te gustan esas maldades? ¿Cuál es la base para que te gusten estas cosas? ¿De dónde proceden? ¿Por qué las aceptas de tan buen grado? Para este momento, todos habéis llegado a comprender que esto se debe, principalmente, al veneno de Satanás que hay dentro del hombre. Entonces, ¿qué es el veneno de Satanás? ¿Cómo se puede expresar? Por ejemplo, si preguntas ‘¿Cómo debería vivir la gente? ¿Para qué debería vivir?’, te responderán: ‘Cada hombre para sí mismo, y sálvese quien pueda’. Esta sola frase expresa la raíz del problema. La filosofía y la lógica de Satanás se han convertido en la vida de las personas. Sea lo que sea lo que persigue la gente, lo hace para sí misma, por tanto solo vive para sí misma. ‘Cada hombre para sí mismo, y sálvese quien pueda’: esta es la filosofía de vida del hombre y también representa la naturaleza humana. Estas palabras se han convertido ya en la naturaleza de la humanidad corrupta y son el auténtico retrato de su naturaleza satánica. Dicha naturaleza satánica se ha convertido ya en la base de la existencia de la humanidad corrupta. La humanidad corrupta ha vivido según este veneno de Satanás durante varios miles de años y hasta nuestros días” (La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Cómo caminar por la senda de Pedro). Al reflexionar sobre la palabra de Dios me quedó claro que no destituía a los falsos líderes y obreros principalmente porque era egoísta y perezosa. Fuera lo que fuera, sólo quería tomármelo con calma y no sufrir ni pagar un precio. “Cada hombre para sí mismo, y sálvese quien pueda” y “Vive hoy sin preocuparte por el mañana” son las filosofías satánicas según las cuales yo vivía. Sólo consideraba mis propios beneficios y ansiaba la comodidad física. No estaba considerando la obra de la iglesia en absoluto. En estas dos ocasiones recientes de destitución de falsos líderes y obreros, fui muy consciente de que no hacían una obra práctica y que había que despedirlos enseguida, pero no dejaba de preocuparme que no pudiéramos elegir sustitutos adecuados durante un tiempo. Entonces tendría que preocuparme más por la obra de estas iglesias, por no mencionar el desgaste físico. Ya tenía más de 60 años y mi salud no era muy buena. Si me exigía demasiado, lo iba a pasar mal. Así que para darle un respiro a mi cuerpo y ahorrarme algunas penurias, a regañadientes las mantuve y no me apresuré a sustituirlas. Sentí que con su apoyo a la obra de estas iglesias, me preocuparía y sufriría menos. Vi que sólo tenía en cuenta mis intereses carnales en mi deber. Para hacer caso a mi carne, encubría y protegía a falsos líderes y obreros. Los consentí mientras seguían perturbando la obra de la iglesia. No estaba cumpliendo con mi deber; ¡estaba haciendo el mal! Solía preocuparme siempre por mi edad, que mi cuerpo no sería capaz de hacer frente a una gran carga de trabajo. Pero, en realidad, sólo estaba poniendo excusas para ser irresponsable y desatender la intención de Dios. Dios dice: “Dios no les da a las personas una carga que les resulte demasiado pesada. Si solo puedes soportar cincuenta kilos, seguro que Dios no te dará una carga superior a 50 kilos. No te presionará. Así es Dios con todos. Y tú no estarás constreñido por nada, por ninguna persona, pensamiento ni punto de vista. Eres libre” (La Palabra, Vol. VI. Sobre la búsqueda de la verdad 1. Qué significa perseguir la verdad (15)). Aunque mi salud era mala y a veces me cansaba un poco en cuanto el trabajo se complicaba, era capaz de hacer frente a estos asuntos. Mis responsabilidades estaban totalmente dentro de mis posibilidades. Siempre y cuando gestionara mi tiempo razonablemente y cooperara mucho con los demás, podía hacer frente físicamente a la carga de trabajo. Solía pensar así principalmente porque era perezosa y hacía demasiado caso a mi carne, lo que me hizo reacia a la presión, a las dificultades y a pagar un precio en mi deber. Pensé en cuando Dios hizo que Moisés sacara a los israelitas de Egipto. Moisés tenía ya 80 años, pero no dijo que era demasiado viejo y rechazó la comisión de Dios porque le preocupara el esfuerzo físico. Al contrario, respondió al llamado de Dios y fue capaz de cumplir con Su comisión lo mejor que pudo, según Él lo exigía. Al final, sacó a los israelitas de Egipto. Algunos de los otros hermanos y hermanas tenían más o menos la misma edad que yo, y algunos eran incluso mayores que yo, y asumían grandes cargas de trabajo. Seguían poniendo todo su empeño en sus deberes, como siempre, y nunca vi a nadie realmente agotado por su labor. ¿Acaso no pasaban ellos más penurias y sufrimientos que yo? Yo, en cambio, usaba mi vejez y mi mala salud como excusas para no despedir a esos falsos líderes y obreros. Prefería mantenerlos en la iglesia, retrasando la obra y la entrada en la vida de los hermanos y hermanas. Era realmente egoísta y despreciable. De hecho, Dios conocía mi edad y las tareas que yo podía realizar, y que me agotara estaba en Sus manos. Como líder de la iglesia, tenía que cumplir mis deberes de acuerdo con los principios en todo momento y proteger la obra de la iglesia. Independientemente de cómo estuviera mi salud, debía someterme siempre a las disposiciones de Dios. Ésta era la única razón que debía poseer un ser creado. Tras comprender la intención y las exigencias de Dios, sólo quería practicar la verdad, rebelarme contra mi carne y cumplir bien con mi deber.
Después de esto, seguí reflexionando. Cuando encontré falsos líderes y obreros, ¿por qué seguí utilizándolos y no me apresuré a destituirlos? Pensándolo bien, descubrí que tenía una perspectiva equivocada. Había pensado que destituir a líderes y obreros falsos y elegir a otras personas para que asumieran su trabajo sería difícil. Si los mantenía un tiempo, al menos podrían dedicarse a asuntos generales, que era mejor que no tener a nadie. Una hermana me envió un pasaje de la palabra de Dios que se relaciona con este problema y me aclaró mucho las cosas. Dios Todopoderoso dice: “La clase de persona que es un falso líder ni hace ni sabe hacer un trabajo real. Tiene poca aptitud, sus ojos y su mente están ciegos, es incapaz de descubrir los problemas y no puede llegar a conocer a diversos tipos de personas, por lo que no puede hacerse cargo de la importante labor de promover y cultivar diversas clases de personas talentosas. Así, no tiene manera de hacer bien el trabajo de la iglesia, y ocasionará muchas dificultades al pueblo escogido de Dios en su entrada en la vida. Teniendo en cuenta estos factores, resulta claro que los falsos líderes no son aptos para ser líderes de la iglesia. Hay otros falsos líderes que no hacen ningún trabajo de la iglesia en concreto y no se ponen en contacto con los supervisores de las tareas específicas, por lo que no saben qué personas talentosas son capaces de hacer determinada tarea, ni cuáles son aptas para realizar cierta labor, ni si su forma de trabajar es conforme a los principios. Por lo tanto, son incapaces de promover y cultivar a la gente con talento. Así pues, ¿cómo podrían tales personas hacer bien el trabajo de la iglesia? El principal motivo por el cual los falsos líderes no pueden hacer un trabajo real es que tienen poca aptitud; carecen totalmente de perspicacia y desconocen qué es el trabajo real. Esto conduce a frecuentes situaciones de estancamiento o parálisis en la obra de la iglesia, lo cual guarda relación directa con el hecho de que los falsos líderes no hagan un trabajo real. En los últimos años, la casa de Dios ha hecho hincapié una y otra vez en que se ha de depurar a las personas malvadas e incrédulas y destituir a los falsos líderes y falsos obreros. ¿Por qué depurar a las diversas personas malvadas e incrédulas? Porque, tras años de fe en Dios, esta gente todavía no acepta la verdad en absoluto y ha llegado al punto en que ya no tiene esperanza alguna de salvación. ¿Y por qué destituir a todos los falsos líderes y falsos obreros? Porque no hacen ningún trabajo real y nunca promueven ni cultivan a quienes persiguen la verdad; en cambio, realizan esfuerzos sin sentido. Esto sume la labor de la iglesia en el caos y la parálisis, donde los problemas actuales persisten sin resolverse, y también ralentiza la entrada en la vida de los escogidos de Dios. Si se destituyera a todos estos falsos líderes y falsos obreros, y si se echara a todas estas personas malvadas e incrédulas que perturban la iglesia, la obra de esta naturalmente llegaría a fluir sin inconvenientes, la vida de iglesia se tornaría mucho mejor de forma natural y los escogidos de Dios podrían comer y beber normalmente Sus palabras, cumplir con sus deberes y entrar en el sendero correcto de la fe en Dios. Esto es lo que desearía Dios” (La Palabra, Vol. V. Las responsabilidades de los líderes y obreros. Las responsabilidades de los líderes y obreros (5)). Por la palabra de Dios pude ver que los falsos líderes y obreros no hacen ni pueden hacer una obra práctica. Incluso si uno se ve obligado a mantenerlos, los costos superan los beneficios. No sólo son incapaces de proteger la obra de la iglesia, sino que sólo pueden trastornarla y perturbarla. Con la destitución de Li Ying, me preocupaba que si destituía a esta falsa líder, elegir a un buen sustituto llevaría tiempo, lo que podría retrasar la obra. Pensé que manteniéndola de momento, al menos podría apuntalar la obra, lo cual era mejor que el hecho de que no hubiera nadie. Gracias a la palabra de Dios y a los hechos que revelaban este asunto, finalmente vi que este punto de vista no sólo era erróneo, sino que era absurdo, incorrecto y no se ajustaba en absoluto a la verdad. Una vez descubiertos, se debe destituir sin demora a los falsos líderes y obreros. Y debe elegirse a un sustituto adecuado para que se haga cargo del trabajo lo antes posible. Aunque no se pueda elegir a un sustituto, formar a alguien es mucho mejor que mantener a un falso líder. Se trata de proteger la obra de la iglesia. Antes no podía verlo con claridad. Había pensado que mantener a esos falsos líderes me permitiría compartir algo del trabajo y relajarme un poco. Pero después vi que hacerlo no sólo no me había ahorrado problemas, sino que me había dejado más cansada y ocupada que antes, pues siempre había muchas desviaciones y defectos en su trabajo. Al final, aún quedaban muchos problemas por resolver. No fue hasta que fueron sustituidos que la obra de las iglesias mejoró gradualmente. Además, mis exigencias y estándares para los líderes habían sido demasiado altos. Pensaba que los líderes debían poder trabajar en cuanto fueran elegidos, por lo que nunca sentía que hubiera candidatos adecuados, y aplazaba la sustitución de esos falsos líderes. Pero en realidad, mientras una persona persiga la verdad, tenga las intenciones correctas, sea una persona correcta y tenga el calibre suficiente, se la puede formar. No importa si es nueva en la fe o no ha sido líder antes, ya que este tipo de persona puede obtener fácilmente la obra del Espíritu Santo si persigue la verdad y sigue progresando en su deber. Al darme cuenta de estas cosas, mi opinión errónea de “tener un falso líder es mejor que no tener líder” se rectificó a fondo.
Más tarde, los hermanos y hermanas de una iglesia informaron que una líder llamada Liu Li no estaba haciendo una obra práctica, que era una falsa líder. Querían que la destituyera lo antes posible. Pensé en mi interior: “Esta iglesia ya tiene pocos diáconos y líderes, ¿y tengo que destituir a alguien más? ¿No tendré que preocuparme por elegir a más personas? Además, otra iglesia seguirá necesitando un líder, lo que de por sí ya es mucho trabajo. Si despido a Liu Li, ¿no aumentará mi carga de trabajo?”. Quise volver a considerar mi carne, pero entonces me di cuenta de que mi estado era erróneo. Rápidamente oré a Dios: “¡Oh, Dios Todopoderoso! Cada vez que tengo que destituir a un líder, considero mi carne. Soy incapaz de considerar Tu intención o proteger la obra de la iglesia. Dios, por favor dame la fortaleza para rebelarme contra mi carne, practicar la verdad y complacerte”. Después de orar, recordé que la palabra de Dios dice: “Para todos los que cumplen con un deber, da igual lo profundo o superficial que sea su entendimiento de la verdad, la manera más sencilla de practicar la entrada en la realidad-verdad es pensar en los intereses de la casa de Dios en todo, y renunciar a los propios deseos egoístas, a las intenciones, motivos, orgullo y estatus personales. Poner los intereses de la casa de Dios en primer lugar; esto es lo menos que debéis hacer. Si una persona que lleva a cabo un deber ni siquiera puede hacer esto, entonces ¿cómo puede decir que está llevando a cabo su deber? Esto no es llevar a cabo el propio deber” (La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. La libertad y la liberación solo se obtienen desechando la propia corrupción). La palabra de Dios me hizo comprender que cuando mis intereses personales entran en conflicto con el trabajo de la iglesia, debo dejar de lado mis intereses personales y anteponer la obra de la iglesia. Debería considerar en primer lugar la intención de Dios y destituir sin demora a los falsos líderes. Sólo esto concuerda con la intención de Dios. Así que empecé por hablar con Liu Li. Expuse y diseccioné la esencia y las graves consecuencias de que no hiciera una obra práctica. Pero un tiempo después, vi que aún no había cambiado nada, así que la destituí según los principios. También hablé con los demás y elegimos un nuevo líder. Cuando actué conforme a las exigencias de Dios, no sólo no me sentí agotada, sino que, por el contrario, me sentí tranquila y en paz. Poder mejorar y entrar de esta manera es todo gracias a la guía de la palabra de Dios. ¡Gracias Dios!