992 Las tres amonestaciones de Dios al hombre
Ⅰ
Es de suma importancia que
Dios viniera a la humanidad por medio de la encarnación.
También es importante la obra que Él llevó a cabo en la carne,
pero, para cada persona que vive en la carne,
para cada persona que vive en la corrupción,
más importante aún es el carácter que Él reveló y las intenciones que expresó.
¿Acaso podéis entender esto?
Tras comprender el carácter de Dios y lo que Él tiene y es,
respecto a cómo deberíais tratarle,
finalmente, a Él le gustaría daros tres consejos:
primero, no tentéis a Dios.
Independientemente de cuánto comprendáis sobre Él,
de cuánto sepáis sobre Su carácter,
nunca jamás lo tentéis, nunca jamás lo tentéis.
Ⅱ
Segundo, no compitáis con Dios por el estatus.
No importa el tipo de estatus que Dios te dé
o el tipo de trabajo que te encomiende,
no importa con qué deber te enaltezca para que cumplas,
y no importa lo mucho que te hayas esforzado y sacrificado por Dios,
no compitas en modo alguno con Él por el estatus.
Tercero, no compitas con Dios.
Independientemente de que entiendas
y puedas someterte a lo que Dios hace contigo,
lo que Él dispone para ti y las cosas que te aporte,
no compitas de ninguna manera con Dios.
Si puedes seguir estos tres consejos, entonces estarás bastante a salvo
y no tenderás a enfadar a Dios, no tenderás a enfadar a Dios.
de La Palabra, Vol. II. Sobre conocer a Dios. La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III