I

Tras experimentar el juicio de las palabras de Cristo,

mi corazón finalmente despierta.

Veo lo profunda que es mi corrupción

y que verdaderamente soy el vástago de Satanás.

Solo trabajo y sufro para que los demás me estimen e idolatren.

Hablo mucho para presumir

y competir con los demás por la fama y la ganancia.

Persigo de todo corazón la reputación y el estatus,

y siempre quiero estar por encima de los demás.

Reflexiono sobre mis acciones y veo lo arrogante y estúpido que soy.

Sin la exposición y el juicio de las palabras de Dios,

no podría conocerme a mí mismo;

gracias al juicio de Dios me he arrepentido sinceramente.

II

Las palabras de Dios son severas, me atraviesan el corazón

hasta lo más hondo de mi alma.

Aunque padezca dolor, comprendo de corazón que las palabras de Dios son la verdad.

Dios es supremo y honorable, pero es humilde

y no se hace valer en función de Su estatus;

yo valgo menos que el estiércol, pero aún así persigo el estatus;

realmente carezco de razón.

Al ver que la esencia de Dios es tan buena y hermosa, me aborrezco aún más.

Siento una vergüenza extrema y me postro ante Dios con el mayor remordimiento.

Si otra vez no acepto la verdad ni me someto a Dios,

no merezco ser llamado humano.

Solo espero cumplir bien el deber de un ser creado

con los pies bien plantados en la tierra.

III

Al experimentar el juicio de las palabras de Dios,

he llegado a comprender muchas verdades.

Veo claramente que es el carácter de Satanás

el que me lleva a pecar y a resistirme a Dios.

Si no acepto el juicio y la purificación de Dios,

al final solo podré ser descartado.

Son el juicio y el castigo de Dios los que han detenido mis pasos de malhechor.

El juicio de Dios sobre el hombre revela Su justicia y Su amor.

Que pueda aceptar el juicio de las palabras de Dios

es verdaderamente Su salvación.

Poder seguir a Dios y leer Sus palabras es la mayor bendición de mi vida.

Al ver que Dios salva al hombre de una manera tan práctica,

doy gracias a Dios Todopoderoso.

de Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos