I

Dios, mi amado, el más hermoso, como la bella y brillante luna.

Oh mi amado, Tu amor encanta mi corazón.

No amo a nadie más que a Ti, mi corazón te pertenece por siempre.

Oh mi amado, ¿dónde estás ahora? ¿Sabes cuánto te extraño?

Los días sin luz son dolorosos y difíciles. Te busco en la oscuridad.

No me desespero ni pierdo la esperanza, sino que te busco con más urgencia.

Espero con añoranza Tu regreso

y anhelo ver Tu semblante.

II

Dios, mi amado, el más hermoso, como la bella y brillante luna.

Oh mi amado, Tu amor encanta mi corazón.

No amo a nadie más que a Ti, mi corazón te pertenece por siempre.

Has escuchado mi llamada, vienes, tocas la puerta y me llamas.

He oído Tu voz y he abierto la puerta para recibir Tu regreso.

Lo que esperé durante años ahora se cumple y lloro lágrimas de alegría.

Traes la verdad a la humanidad y he visto la aparición de la luz verdadera.

III

Dios, mi amado, el más hermoso, como la bella y brillante luna.

Oh mi amado, Tu amor encanta mi corazón.

No amo a nadie más que a Ti, mi corazón te pertenece por siempre.

Vivo en Tu familia y asisto al abundante banquete del Cordero.

Disfruto a diario de Tus palabras y mi corazón siente una alegría incomparable.

Ojalá me tomes de la mano y me hagas rápido para correr tras de Ti.

Tengo sed de convertirme en Tu íntimo, siempre junto a Ti.

IV

Dios, mi amado, el más hermoso, como la bella y brillante luna.

Oh mi amado, Tu amor encanta mi corazón.

No amo a nadie más que a Ti, mi corazón te pertenece por siempre.

A través de Tu juicio y Tu castigo, veo Tu santidad y Tu justicia.

Tus palabras me han purificado y me han permitido renacer.

Das la verdad para que sea mi vida; he disfrutado de Tu amor verdadero.

Te amaré y te serviré;

mi corazón está siempre cerca de Ti.

de Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos