Zhou Xiangming es arrestado por la policía por predicar el evangelio, y sufre torturas crueles e inhumanas. No es capaz de soportarlo, así que niega ser un creyente en Dios. Más tarde, es liberado, y se regocija de no haberse convertido en Judas ni haber traicionado a Dios, pensando que se mantuvo firme en su testimonio para Dios. Cuando, sin darse cuenta, oye la letra de un himno con las palabras de Dios, se despierta de repente y se da cuenta de que no se mantuvo firme en su testimonio en absoluto. Al instante se hunde en un estado de remordimiento y culpa. En los años siguientes, se siente atormentado y en deuda con Dios cada vez que piensa en esa experiencia. En un abrir y cerrar de ojos, pasan 10 años y lo vuelven a arrestar mientras predicaba el evangelio. ¿Podrá compensar las deudas y los remordimientos que lo angustiaban hace 10 años?