I

Los destinos de Pablo y Pedro se midieron de acuerdo a

la capacidad de cada uno para cumplir con su deber como criatura de Dios

y no según el tamaño de su contribución;

sus destinos se determinaron de acuerdo a lo que buscaron desde el principio

y no según la cantidad de obra que llevaron a cabo

ni de acuerdo a la estimación que otras personas sentían por ellos.

Por tanto, buscar activamente cumplir con el propio deber como criatura de Dios

es la senda hacia el éxito;

buscar la senda del amor verdadero a Dios es la senda más correcta;

buscar cambios en el viejo carácter propio y buscar el amor puro a Dios,

es la senda hacia el éxito,

es la senda hacia el éxito.

II

Esa senda hacia el éxito

es la senda de la recuperación del deber original

y de la apariencia original de una criatura de Dios,

es la senda de la recuperación del deber original

y de la apariencia original de una criatura de Dios.

Es la senda de la recuperación

y también el objetivo de toda la obra de Dios de principio a fin.

Si la búsqueda del hombre está manchada con exigencias personales extravagantes

y anhelos irracionales,

entonces el efecto que se obtenga no será el cambio en el carácter del hombre.

Esto entra en conflicto con la obra de recuperación.

Indudablemente no es una obra del Espíritu Santo

y esto demuestra que Dios no aprueba este tipo de búsqueda,

Dios no aprueba este tipo de búsqueda.

¿Qué sentido tiene una búsqueda que Dios no ha aprobado?

¿Qué sentido tiene?

¿Qué sentido tiene una búsqueda que Dios no ha aprobado?

De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”