I

El Hijo del hombre en los últimos días habla, lo que sacude al mundo.

Él expresa la verdad, juzga la injusticia y purifica y salva al hombre.

El pueblo escogido de Dios oye Su voz y regresa ante Él.

Comemos y bebemos las palabras de Dios, y llegamos a entender la verdad;

damos gracias a Dios y lo alabamos.

Qué dulce es que Dios nos riegue y provea en persona.

Hemos dado la bienvenida al Señor, alegres y felices,

y asistimos al banquete del reino de los cielos.

II

El pueblo de Dios come y bebe Su palabra y recibe Su juicio.

Sus actitudes corruptas son purificadas y viven a semejanza humana.

El carácter de Dios es santo y justo, tanto venerable como hermoso.

Temen a Dios y evitan el mal, y alaban Su justicia.

Ofrendan todo su ser para dar testimonio de Cristo

y predicar el evangelio del reino.

Todos las naciones y los pueblos se postran para adorar y alabar a Dios Todopoderoso.

III

Dios es majestad, Dios es ira y no tolera la ofensa humana.

Satanás y los diablos están en sus últimos estertores

y gimen en medio del fuego ardiente.

China, ese lugar de diablos, recibe su castigo, lo que revela la justicia de Dios.

Los que han despertado regresan a Dios y reciben Su salvación.

El pueblo de Dios sufre adversidades y da un testimonio victorioso de Dios.

El Dios todopoderoso y verdadero ha derrotado a Satanás

y ha creado un grupo de vencedores.

Ha ganado gloria.

IV

Las palabras de Dios se han extendido a todos los rincones de la tierra;

el reino ha aparecido.

El Sol de la justicia ilumina el mundo y todas las cosas se renuevan.

La verdad de las palabras de Dios reina en la tierra

y Dios ha triunfado por completo.

El pueblo de Dios vive a semejanza humana y satisface Sus intenciones.

Las palabras de Dios lo logran todo y Su gran obra está completa.

El pueblo de Dios lo ama en su corazón y lo alaba por toda la eternidad.

de Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos