Palabras diarias de Dios: Las tres etapas de la obra | Fragmento 30

27 Ago 2020

La obra de conquista actual tiene como propósito evidenciar obvio cuál será el final del hombre. ¿Por qué digo que el castigo y el juicio de hoy son el juicio delante del gran trono blanco de los últimos días? ¿Acaso no ves esto? ¿Por qué es la obra de conquista la última etapa? ¿No es precisamente para hacer manifiesto qué clase de final tendrá cada clase de hombre? ¿No es para permitir que todos, en el transcurso de la obra de conquista de castigo y juicio muestren su verdadera naturaleza y, posteriormente, sean clasificados según su tipo? En lugar de decir que esto es conquistar a la humanidad, podría ser mejor decir que esto está mostrando qué tipo de final tendrá cada clase de persona. Esto tiene que ver con juzgar los pecados de las personas y, luego, revelar los diversos tipos de personas, decidiendo, de esta forma, si son malvados o justos. Después de la obra de conquista llega la obra de recompensar el bien y castigar el mal. Las personas que obedecen completamente —es decir, las que son totalmente conquistadas— serán colocadas en el siguiente paso de la difusión de la obra de Dios a todo el universo; los no conquistados serán puestos en las tinieblas y se enfrentarán con calamidades. De esta manera el hombre se clasificará según su tipo, los hacedores de maldad serán agrupados con el mal, para no tener nunca más la luz del sol, y los justos serán agrupados con el bien para recibir la luz y vivir por siempre en la luz. El fin está cerca para todas las cosas; el final del hombre se ha mostrado claramente a sus ojos y todas las cosas se clasificarán según su tipo. Entonces, ¿cómo pueden las personas escapar de la angustia de que cada uno sea clasificado según su tipo? Los diferentes finales de cada clase de hombre se revelarán cuando el final esté cerca para todas las cosas, y esto se hace durante la obra de conquista de todo el universo (incluyendo toda la obra de conquista, comenzando con la obra actual). La revelación del final de toda la humanidad se hace ante el trono del juicio, en el transcurso del castigo y de la obra de conquista de los últimos días. Clasificar a las personas según su tipo no es devolver a las personas a su clase original, pues cuando el hombre fue creado en el momento de la creación, solo existía un tipo de humano, y la única división era hombre y mujer. Solo después de varios miles de años de corrupción han surgido diferentes clases de humanos, algunos de ellos sometidos al campo de acción de diablos inmundos, otros al de diablos malignos, y otros más, bajo el dominio del Todopoderoso. Esta es la única manera en la que las clases surgen gradualmente entre las personas y solo así estas se separan en clases en la gran familia del hombre. Todas las personas llegan a tener diferentes “padres”; no se da el caso de que todos estén completamente bajo el dominio del Todopoderoso, pues el hombre es demasiado rebelde. El juicio justo revela el verdadero ser de cada tipo de persona, y no deja nada oculto. Cada uno muestra su verdadero rostro en la luz. En este punto, el hombre ya no es como era originalmente y la semejanza original de sus ancestros hace mucho que desapareció, porque hace mucho que Satanás capturó a innumerables descendientes de Adán y Eva, para que nunca más conocieran el sol-cielo, y porque toda clase de veneno de Satanás ha llenado a las personas. Así pues, las personas tienen su destino apropiado. Además, se las clasifica según su tipo con base en sus diferentes venenos, lo cual significa que se clasifican según el grado en el que son conquistadas hoy. El final del hombre no es algo que haya sido predestinado desde la creación del mundo. Eso se debe a que, en el principio, solo había una clase, que colectivamente se denomina “humanidad”, y el hombre no fue corrompido por Satanás al inicio, y todas las personas vivían en la luz de Dios, sin que la oscuridad cayera sobre ellas. Sin embargo, después de que Satanás corrompió al hombre, todo tipo y clase de personas se extendieron por toda la tierra: todo tipo y clase de personas que procedían de la familia llamada colectivamente “humanidad”, conformada por hombres y mujeres. Sus ancestros los guiaron a todos a apartarse de sus antepasados más antiguos: la humanidad conformada por hombre y mujer (esto es, los originales Adán y Eva, sus antepasados más antiguos). En aquel momento, los israelitas eran el único pueblo cuya vida en la tierra fue guiada por Jehová. Los distintos tipos de personas que surgieron de la totalidad de Israel (es decir, el clan familiar original) perdieron, entonces, la guía de Jehová. Estas primeras personas, completamente ignorantes de los asuntos del mundo humano, se marcharon posteriormente, junto con sus ancestros, a vivir en los territorios que reclamaban, lo cual ha continuado hasta hoy. Por tanto, siguen sin saber cómo se apartaron de Jehová y cómo han sido corrompidos hasta hoy por toda clase de demonios inmundos y espíritus malignos. Quienes han sido profundamente corrompidos y envenenados hasta ahora —los que no pueden ser rescatados en última instancia— no tendrán otra opción más que ir con sus ancestros, los demonios inmundos que los corrompieron. Los que puedan ser rescatados finalmente, irán al destino apropiado para la humanidad, es decir, al final reservado para los salvos y conquistados. Se hará todo para salvar a todos aquellos que pueden salvarse, pero en lo que se refiere a las personas insensibles e incurables, su única opción será seguir a sus ancestros hasta el abismo sin fondo del castigo. No pienses que tu final estaba predestinado en el principio y hasta ahora se ha revelado. Si piensas de esa forma, ¿has olvidado, entonces, que durante la creación inicial de la humanidad no se creó ninguna clase satánica independiente? ¿Has olvidado que solo se creó una humanidad, conformada por Adán y Eva (es decir, solo el hombre y la mujer fueron creados)? Si hubieras sido descendiente de Satanás en el principio, ¿no significaría que cuando Jehová creó al hombre incluyó a un grupo satánico en Su creación? ¿Podría haber hecho algo así? Él creó al hombre en aras de Su testimonio; lo creó en aras de Su gloria. ¿Por qué habría creado intencionadamente una clase de progenie de Satanás para que se resistiera deliberadamente a Él? ¿Podría haber hecho Jehová algo así? Si lo hubiera hecho, ¿quién diría que Él es un Dios justo? Cuando digo ahora que algunos de vosotros iréis con Satanás al final, no significa que estuvieras con él desde el principio; más bien, significa que te has hundido tanto que, aunque Dios ha tratado de salvarte, has sido incapaz de obtener esa salvación. No hay otra opción más que clasificarte con Satanás. Esto es solo porque estás más allá de la salvación, no porque Dios sea injusto contigo e intencionadamente haya determinado tu destino como una encarnación de Satanás y luego te clasifique con Satanás y a propósito quiera que sufras. Esa no es la verdadera historia de la obra de conquista. Si eso es lo que crees, ¡entonces tu entendimiento es muy unilateral! La etapa final de la obra de conquista tiene el propósito de salvar a las personas y, también, revelar su final. Es poner al descubierto la degeneración de ellas por medio del juicio y, de esta forma, hacer que se arrepientan, se levanten, y busquen la vida y la senda correcta de la vida humana. Es despertar el corazón de las personas adormecidas y obtusas y mostrar, a través del juicio, su rebeldía interior. Sin embargo, si las personas siguen siendo incapaces de arrepentirse, de buscar la senda correcta de la vida humana y de abandonar estas corrupciones, entonces están más allá de la salvación y serán devoradas por Satanás. Ese es el significado de la conquista: salvar a las personas y, también, mostrar sus finales. Buenos finales, malos finales; todos quedan al descubierto por la obra de conquista. Si las personas se salvarán o serán malditas, todo se revela durante la obra de conquista.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La verdadera historia de la obra de conquista (1)

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