I

El esfuerzo que Dios ha dedicado al hombre prueba Su esencia de amarlo

y cada una de las acciones y hechos del hombre ante Él prueban

su esencia de aborrecer la verdad y oponerse a Dios.

En todo momento Dios se preocupa por todos los que lo siguieron;

sin embargo, los que lo siguen

en ningún momento son capaces de aceptar Sus palabras;

son completamente incapaces de aceptar siquiera Sus sugerencias.

Esto es lo que más entristece a Dios de todo.

Nadie ha podido entenderlo y, más aún, ninguno ha podido aceptarlo,

aunque Su actitud es sincera y Sus palabras son amables.

II

Todos intentan hacer el trabajo

que Dios les ha encomendado de acuerdo con sus propias ideas;

no buscan Sus intenciones y mucho menos preguntan por Sus exigencias.

Siguen afirmando que le sirven con lealtad al tiempo que se rebelan contra Él.

Muchos creen que las verdades que les son inaceptables

o que no pueden practicar no son verdades.

Para tales personas, Sus verdades se vuelven algo

que es negado y desechado.

Al mismo tiempo, la gente lo reconoce como Dios de palabra,

pero también lo consideran un extraño que no es la verdad, el camino o la vida.

de La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Deberíais considerar vuestros hechos