Pregunta 4: Todos los pastores del mundo religioso conocen la Biblia, suelen interpretarla y exaltarla en las iglesias. Siempre hemos creído que eran gente que conocía a Dios. Entonces, ¿por qué la obra de Dios encarnado de los últimos días sufre la feroz condena y oposición de la mayoría de los pastores del mundo religioso? Creo que lo que condena la mayoría de los pastores y líderes del mundo religioso ¡no puede ser de ningún modo el camino verdadero!
Respuesta: Al investigar lo que es la obra de Dios, no deberíamos juzgar teniendo en cuenta si lo acepta o no la mayoría de los líderes religiosos. Acuérdate de cuando se apareció el Señor Jesús para hacer Su obra. ¿Quiénes Lo crucificaron? ¿No lo hicieron los líderes religiosos que conocían la Biblia y solían interpretarla ante los demás? ¿Qué nos indica esto? Alguien que conozca la Biblia y sepa interpretarla no tiene por qué conocer la obra de Dios ni, por supuesto, tampoco tiene por qué conocer a Dios. Los sumos sacerdotes judíos, los escribas y los fariseos conocían la Biblia y, sin embargo, fueron los que se resistieron y condenaron al Señor Jesús; todos eran unos anticristos. ¿No es así? Si alguien que conozca la Biblia no se da cuenta de esto, ¿se puede decir que comprende la Biblia? Si aún juzgas según los puntos de vista de la mayoría de los líderes religiosos para decidir lo que es la aparición y la obra de Dios, ¿no es completamente absurdo? Si sigues insistiendo en confiar en el punto de vista de la mayoría de los líderes religiosos sobre este asunto, ¿no estás negando también la aparición y la obra del Señor Jesús? Sin duda, eso te equipara a los fariseos: ¡te resistes a Dios! Cuando buscamos y examinamos el camino verdadero debemos decidir en función de si están presentes la obra del Espíritu Santo y la expresión de la verdad; ese es el criterio exacto. Basarse en los puntos de vista de la mayoría de los líderes religiosos es, sin duda, resistirse a Dios, y Él te condenará y eliminará.
La mayor parte de los creyentes opina que todos los pastores conocen la Biblia y pueden explicarla y exaltarla a menudo, lo que significa que tienen que conocer a Dios. No obstante, cuando Dios se encarna de nuevo para realizar Su obra de los últimos días, ¿por qué estos pastores religiosos que conocen la Biblia condenan y se resisten ferozmente a la obra de Dios de los últimos días? Esto desconcierta a mucha gente. En realidad no es dífícil imaginarlo. Antiguamente, todos los fariseos conocían la Biblia y solían explicarla y exaltarla en las sinagogas, pero, cuando vino el Señor Jesús, se resistieron a Él ferozmente, Le persiguieron y Lo crucificaron vivo. Esto basta para demostrar que quienes suelen interpretar y exaltar la Biblia no tienen por qué conocer a Dios. Todos los fariseos sabían interpretarla; entonces, cuando supieron que todo lo expresado por el Señor Jesús era la verdad, ¿por qué siguieron resistiéndose a Él y condenándole? Si no supieron reconocer la voz de Dios en absoluto, ¿cómo iban a conocer Su carácter y esencia? Los pastores religiosos son exactamente iguales que los fariseos: aunque conocen la Biblia, solo predican algo de sabiduría bíblica y teorías teológicas, así como sobre los personajes y el contexto histórico de la Biblia, pero no saben comunicar experiencias ni testimonios de la práctica de la palabra del Señor, ni ningún conocimiento verdadero de Dios. Esto basta para demostrar que son gente que no experimenta la obra de Dios ni practica Su palabra. ¿Cómo van a conocer a Dios? Su punto de vista sobre Dios está plagado de conceptos y fantasías. Para nada conocen ni el carácter de Dios ni Su intención de salvar a la humanidad, por lo que, cuando Dios se aparece para realizar Su obra en los últimos días, utilizan su sabiduría bíblica y sus doctrinas para definir la palabra y la obra de Dios, y acaban jugando el papel de los fariseos: creer en Dios pero resistiéndose a Él. Echemos un vistazo a un pasaje de la palabra de Dios Todopoderoso: “El hombre por sí mismo no puede inventarse un conocimiento verdadero de Dios. Esto no es algo que pueda imaginar por sí solo ni la consecuencia del favor especial del Espíritu Santo concedido a una sola persona. Más bien, es un conocimiento que viene después de que el hombre ha experimentado la obra de Dios, y es un conocimiento de Dios que solo viene después de haber experimentado los hechos de Su obra” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Conocer las tres etapas de la obra de Dios es la senda para conocer a Dios). Dios Todopoderoso lo deja muy claro: el conocimiento de Dios proviene de experimentar Su obra y practicar Su palabra de forma concreta, y se alcanza al recibir la obra del Espíritu Santo, no mediante el conocimiento de la Biblia. Durante miles de años, nadie ha alcanzado el verdadero conocimiento de Dios mediante la lectura de la Biblia. Es más, no ha habido nadie a quien Dios haya purificado y dado Su aprobación por conocer la Biblia.
Entre aquellos que a lo largo de la historia han recibido la aprobación de Dios, ninguno ha llegado a conocerle mediante la lectura de la Biblia. Mientras practicaban la palabra de Dios y obedecían Su obra iban adquiriendo verdadero conocimiento y temor de Él. Por ejemplo, Abraham y Jacob. Ambos engrandecían y veneraban a Dios de corazón; a través de la experiencia llegaron a conocer la omnipotencia y la sabiduría de Dios, que todo lo domina; vieron que todo lo que tiene el hombre se debe a la bendición y la gracia de Dios, y desarrollaron una fe verdadera en Él; por eso siguieron ensalzando Su santo nombre en medio de las pruebas, dieron hermosos y contundentes testimonios y, en consecuencia, recibieron la bendición de Dios. Pedro reconoció que el Señor Jesús era Cristo, el Hijo de Dios vivo, no porque llegara a conocer el Antiguo Testamento, sino porque buscó la verdad, practicó la obediencia a la palabra y la obra del Señor Jesús, recibió la obra del Espíritu Santo y fue conociendo la belleza y el carácter de Dios, así como todo lo que Él tiene y es. Al final llegó a amar a Dios al máximo y Le obedeció hasta la muerte, dando así un hermoso y contundente testimonio de Dios. Además, mientras el Señor Jesús realizaba Su obra, Sus seguidores notaban en Sus manifestaciones la autoridad y el poder de Su palabra, reconocían que era la voz de Dios y decidieron seguir al Señor Jesús; también dieron hermosos y contundentes testimonios al difundir el evangelio del Señor Jesús. Cuando Dios se encarna y se aparece para realizar Su obra de los últimos días, hay mucha gente que nunca ha creído en el Señor Jesús ni leído la Biblia, pero que ha recibido la obra del Espíritu Santo al aceptar y obedecer el juicio de la palabra de Dios Todopoderoso. Estas personas han desarrollado gradualmente un verdadero conocimiento de Dios y obediencia hacia Él, y han dado un testimonio vencedor en medio de la cruel persecución del régimen del gran dragón rojo. Esto es evidente. Solo quienes hayan experimentado la obra de Dios y acaben dando hermosos y contundentes testimonios de Él podrán ser consideradas personas que verdaderamente conocen y obedecen a Dios; quienes solo interpreten la Biblia sin haber dado verdadero testimonio serán considerados charlatanes religiosos. Esos fariseos y pastores religiosos desprecian y odian la verdad, se aprenden la Biblia y la explican no porque busquen la verdad y el conocimiento de Dios, sino más bien para alardear, engañar y apresionar a la gente. Cuando Dios se encarna y se aparece para realizar Su obra, incluso consideran enemigo al Cristo de la verdad, básicamente vuelven a crucificar a Dios y, por tanto, Él los maldice, lo que revela completamente su esencia de anticristos que odian la verdad y se resisten a Dios. La obra de Dios encarnado de los últimos días descubre a toda la humanidad y clasifica a la gente por categorías. La obra de Dios es verdaderamente omnipotente y sabia.
Si la gente que cree en Dios no ama la verdad ni está atenta a practicar Su palabra, Entonces, no experimentará de verdad la obra de Dios. Si a algunas personas solo les preocupa adquirir sabiduría bíblica y teorías teológicas para alardear, y forjar su prestigio para que las veneren y sigan, claro que se convertirán en fariseos hipócritas. Dios Todopoderoso dice: “A los que solo se preocupan por las palabras de la Biblia y no les interesa la verdad ni buscan Mis pasos, están contra Mí, porque me limitan de acuerdo con la Biblia y me confinan dentro de la Biblia, y por eso blasfeman en extremo contra Mí. ¿Cómo podrían esas personas venir ante Mí? No prestan atención a Mis hechos o a Mi voluntad ni a la verdad, sino que se obsesionan con las palabras, palabras que matan. ¿Cómo pueden esas personas ser compatibles conmigo?” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Deberías buscar el camino de la compatibilidad con Cristo).
“Hay algunos que leen la Biblia en grandes iglesias y la recitan todo el día, pero ninguno de ellos entiende el propósito de la obra de Dios. Ninguno de ellos es capaz de conocer a Dios y mucho menos es conforme a la voluntad de Dios. Son todos personas inútiles y viles, que se ponen en alto para enseñar a Dios. Se oponen deliberadamente a Él mientras llevan Su estandarte. Afirman tener fe en Dios, pero aun así comen la carne y beben la sangre del hombre. Todas esas personas son diablos que devoran el alma del hombre, demonio jefes que estorban a aquellos que tratan de entrar en la senda correcta y obstáculos que amenazan a los que buscan a Dios. Pueden parecer de ‘buena constitución’, pero ¿cómo van a saber sus seguidores que no son más que anticristos que llevan a la gente a levantarse contra Dios? ¿Cómo van a saber sus seguidores que son diablos vivientes dedicados a devorar a las almas humanas? Los que se tienen en alta estima a sí mismos en presencia de Dios son los más bajos de los hombres, mientras que los que se humillan son los más honorables. Y aquellos que piensan que conocen la obra de Dios y son capaces de proclamarla a otros a bombo y platillo mientras lo miran directamente son los hombres más ignorantes. Tales personas no tienen el testimonio de Dios, son arrogantes y están llenas de soberbia” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Todas las personas que no conocen a Dios son las que se oponen a Él).
La palabra de Dios Todopoderoso revela claramente la naturaleza y esencia de los fariseos, pastores y líderes religiosos, que odian y desprecian la verdad. Se aprenden la Biblia y la explican para destacar y alardear, para engañar y apresionar a la gente, y para proteger su propio estatus y sustento. En absoluto lo hacen para comunicar la verdad, exaltar a Dios, dar testimonio de Él o llevarnos ante Él. Parecen piadosos por fuera, pero en realidad no veneran a Dios de corazón en absoluto. Cuando Dios Todopoderoso expresa la verdad y realiza Su obra del juicio de los últimos días, con tal de proteger su estatus y su sustento, hacen todo lo posible por inventarse rumores y soltar falacias para limitar a Dios y condenar Su obra de los últimos días; dicen cosas como que “toda la palabra y la obra de Dios están en la Biblia, y lo que va más allá de la Biblia es una herejía” o que “creer en Dios es creer en la Biblia y esta representa a Dios”, etc.; y difunden todo tipo de falacias para engañar a la gente e impedirle que busque e investigue el camino verdadero. Eso demuestra que cuando los pastores religiosos aprovechan la oportunidad de explicar la Biblia para malinterpretarla, sacarla de contexto, limitar y oponerse a Dios, se debe exclusivamente a su naturaleza satánica, que odia la verdad y se resiste a Dios. A lo largo de la historia, el mundo religioso ha estado gobernado por fariseos hipócritas y anticristos. Veneran y exaltan la Biblia para poder engañar y controlar al pueblo elegido de Dios, y para consolidar su propio estatus y sustento; en absoluto lo hacen para exaltar a Dios, dar testimonio de Él, guiar a la gente hacia la verdad o llevarla ante Dios. Por tanto, cuando Dios Todopoderoso viene a realizar Su obra de los últimos días, la naturaleza de los pastores y líderes religiosos, que son unos anticristos que odian la verdad y se resisten a Dios, queda completamente al descubierto. Bajo la apariencia de “defender el camino verdadero y proteger el rebaño”, se especializan en oponerse a Dios Todopoderoso, Cristo de los últimos días, y convierten al mundo religioso en un firme bastión de oposición a Dios. ¿Aún no lo veis claro?
Extracto del guion de la película de “¡Rompe las cadenas y corre!”