La Iglesia de Dios Todopoderoso da testimonio de que el Señor Jesús ha regresado, y vosotros difundís el evangelio a todas las religiones y denominaciones. Muchos de los que creen verdaderamente en el Señor han dejado sus iglesias y han empezado a creer en Dios Todopoderoso, ¿no estáis robando ovejas de otras iglesias?
Versículos bíblicos como referencia:
“Así dijo el Señor Jehová: ‘Mirad, Yo estoy en contra de los pastores; reclamaré Mis ovejas de sus manos, y haré que dejen de alimentar al rebaño; tampoco los pastores se alimentarán más a sí mismos; porque Yo libraré a Mis ovejas de sus bocas, para que no sean carne para ellos’” (Ezequiel 34:10).*
“Tengo otras ovejas que no son de este redil; a esas también me es necesario traerlas, y oirán mi voz, y serán un rebaño con un solo pastor” (Juan 10:16).
“Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen” (Juan 10:27).
Las palabras relevantes de Dios:
Hemos predicado el evangelio una y otra vez a muchos líderes dentro de los círculos religiosos, pero, sin importar cuánto hablemos de la verdad con ellos, no la aceptan. ¿Por qué ocurre esto? ¡Porque su arrogancia se ha vuelto su segunda naturaleza y Dios ya no tiene lugar en su corazón! Algunas personas podrían decir: “Las personas que están bajo el liderazgo de ciertos pastores en el mundo religioso realmente tienen mucha energía, ¡es como si Dios estuviese entre ellos!”. ¿Confundes tener entusiasmo con tener energía? Sin importar cuán elevados que puedan parecer los sermones de esos pastores, ¿acaso conocen a Dios? Si realmente venerasen a Dios en el fondo de su corazón, ¿harían que las personas los siguieran y los exaltaran? ¿Monopolizarían a los demás? ¿Se atreverían a impedir que otros busquen la verdad e investiguen el camino verdadero? Si creen que las ovejas de Dios en realidad son suyas y que todos deberían escucharlos, ¿acaso no se consideran Dios? Las personas así son todavía peores que los fariseos. ¿Acaso no son anticristos? Así, esta naturaleza arrogante suya puede controlarlos para hacer cosas que traicionan a Dios.
La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Una naturaleza arrogante es la raíz de la resistencia del hombre a Dios
Comunión del hombre:
Todos los que creen en el Señor saben que los creyentes le pertenecen a Dios; en absoluto pertenecen a ninguna denominación ni a los líderes, pastores o ancianos de ninguna denominación. Sea cual sea la iglesia en la que asistan a reuniones o actividades, y sean cuales sean los pastores y ancianos que los dirijan, todos los que creen en Dios son Sus ovejas y las ovejas de Dios escuchan Su voz. Tal como dijo el Señor Jesús: “Yo soy el buen pastor, y conozco mis ovejas y las mías me conocen” (Juan 10:14). Muchos pastores y ancianos tienden a referirse al pueblo de su iglesia como sus ovejas, pero es un grave error. ¿Cómo van a pertenecer los creyentes de Dios a esa gente? Si alguien se atreve a reclamar la propiedad de un rebaño, ¿no está tratando de competir con Dios por ese rebaño y por el pueblo escogido de Dios? ¿Qué diferencia hay entre esa persona y los labradores malvados de los que habló el Señor Jesús en la Biblia? En la Era de la Gracia, el Señor Jesús difundió el camino del arrepentimiento al pueblo judío, que entonces creía en Dios. Además, envió discípulos y apóstoles por toda la tierra de Judea a predicar el evangelio del reino de los cielos y a salvar a aquellos seres humanos que vivían bajo la ley de las restricciones y los grilletes de las normas y los reglamentos. Estos fueron el amor y la salvación de Dios al hombre. Sin embargo, los sumos sacerdotes, escribas y fariseos del judaísmo acusaron al Señor Jesús, se opusieron a Él e impidieron que los demás lo aceptaran, por lo que finalmente padecieron la condena y el castigo de Dios. En la actualidad, el Señor Jesús ha regresado: es Dios Todopoderoso. Las ovejas de Dios oyen Su voz. Si los pastores y ancianos no solo no ceden los rebaños del Señor, sino que llegan al extremo de apropiárselos, no son sino unos siervos malvados. Padecerán la condena y el castigo de Dios al igual que los sumos sacerdotes, escribas y fariseos judíos.
En nuestros días, la aparición y obra de Dios Todopoderoso han cumplido una profecía bíblica: “Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios” (1 Pedro 4:17). Muchos hermanos y hermanas de diversas denominaciones, que aman la verdad y anhelan la aparición de Dios, han oído Su voz y aceptado la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días, de forma que, uno tras otro, han regresado ante Su trono. Estas son las ovejas de Dios que oyen Su voz. Cuando regresó el Señor Jesús, primero se apareció a quienes lo aguardaban y envió a gente a los círculos religiosos para difundir la obra de Dios de los últimos días, de manera que aquellos que anhelaban Su regreso oyeran Su voz y regresaran a Él. ¿No era eso lo natural? No obstante, algunos pastores y ancianos del mundo religioso no solo no le han devuelto las ovejas a Dios, sino que han contraatacado con acusaciones infundadas y cerrado las iglesias so pretexto de proteger los rebaños. No dejan que los creyentes busquen ni estudien el camino verdadero, sino que condenan continuamente a la Iglesia de Dios Todopoderoso y la acusan de robarles las ovejas. Reclaman descaradamente las ovejas de Dios como propias, lo que delata por completo su ambición y su deseo de aprisionar y controlar a la gente. Mantienen un estricto control de los creyentes y reclaman las ovejas de Dios con el objetivo de que esos creyentes continúen siguiéndolos e idolatrándolos. ¿No son esos líderes precisamente esos siervos malvados, de los que habló el Señor Jesús, que se apoderan del rebaño? ¿No son unos anticristos que se oponen a Dios y se disputan Su posición? Esto nos recuerda la venida del Señor Jesús para obrar: al ver que gran parte del pueblo judío lo seguía, los sumos sacerdotes, escribas y fariseos judíos sintieron envidia y miedo, temerosos de no poder mantener su posición y sustento si todos los creyentes seguían al Señor Jesús. Condenaron entonces al Señor Jesús de esa misma manera para impedir que el pueblo aceptara Su obra. Tal y como está escrito en la Biblia: “Entonces los principales sacerdotes y los fariseos convocaron un concilio, y decían: ¿Qué hacemos? Porque este hombre hace muchas señales. Si le dejamos seguir así, todos van a creer en Él, y los romanos vendrán y nos quitarán nuestro lugar y nuestra nación. […] Así que, desde ese día planearon entre sí para matarle” (Jhn 11:47-48, 53). Los sumos sacerdotes, escribas y fariseos judíos consideraban al pueblo judío su propiedad privada y mantenían un estrecho control sobre las ovejas de Dios. Cuando Dios vino a obrar y recuperar esas ovejas, los líderes lucharon contra Él por el control sobre ellas. Estos sumos sacerdotes, escribas y fariseos no se volvieron hacia Dios ni permitieron que el pueblo judío lo siguiera. El Señor Jesús los reprendió, diciendo: “Pero, ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres, pues ni vosotros entráis, ni dejáis entrar a los que están entrando” (Mateo 23:13). ¡El carácter justo de Dios no tolera ofensas de nadie! Mientras los sumos sacerdotes, escribas y fariseos judíos competían con Dios por Su pueblo escogido oponiéndose y condenando a Dios, esto enfureció Su carácter y padecieron Sus maldiciones y Su castigo. La nación de Israel se extinguió durante casi 2000 años, muchos judíos fueron masacrados y los judíos fueron llevados en masa a distintos rincones de la tierra. Si los pastores y ancianos del mundo religioso actual continúan reclamando las ovejas de Dios e impidiendo que se vuelvan hacia Él, ¡lo único que les espera a esos líderes es Su justo castigo!
La cita bíblica marcada (*) ha sido traducida de AKJV.
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