Dais testimonio de que el Señor Jesús ha regresado en la carne, de que es Dios Todopoderoso y de que está expresando verdades para llevar cabo la obra del juicio comenzando por la casa de Dios. Pero los pastores y ancianos dicen que las palabras y la obra de Dios están todas recogidas en la Biblia y que no hay nada que no esté comprendido en las verdades de la Biblia. Dicen que no puede haber palabras ni obra de Dios fuera de la Biblia, y que cualquier cosa que esté fuera de ella es una herejía. ¿Cómo debemos abordar este asunto?
Versículos bíblicos como referencia:
“Y hay también muchas otras cosas que Jesús hizo, que si se escribieran en detalle, pienso que ni aun el mundo mismo podría contener los libros que se escribirían” (Juan 21:25).
“Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando El, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir” (Juan 16:12-13).
“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré del maná escondido y le daré una piedrecita blanca, y grabado en la piedrecita un nombre nuevo, el cual nadie conoce sino aquel que lo recibe” (Apocalipsis 2:17).
“Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos. Y vi a un ángel poderoso que pregonaba a gran voz: ¿Quién es digno de abrir el libro y de desatar sus sellos? Y nadie, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro ni mirar su contenido. Y yo lloraba mucho, porque nadie había sido hallado digno de abrir el libro ni de mirar su contenido. Entonces uno de los ancianos me dijo: No llores; mira, el León de la tribu de Judá, la Raíz de David, ha vencido para abrir el libro y sus siete sellos” (Apocalipsis 5:1-5).
Las palabras relevantes de Dios:
Lo que consta en la Biblia es limitado e incapaz de representar la totalidad de la obra de Dios. Los Cuatro Evangelios tienen, en conjunto, menos de cien capítulos, en los cuales está escrito un número limitado de sucesos, como cuando Jesús maldijo a la higuera, las tres veces que Pedro negó al Señor, la aparición de Jesús a los discípulos después de Su crucifixión y resurrección, la enseñanza sobre el ayuno, la enseñanza sobre la oración, la enseñanza sobre el divorcio, el nacimiento y la genealogía de Jesús, la elección de los discípulos por parte de Jesús, etc. Sin embargo, el hombre los valora como tesoros, comparando, incluso, la obra actual con ellos. Incluso creen que toda la obra que Jesús llevó a cabo en Su vida no fue tanta, como si Dios solo fuera capaz de hacer algunas cosas y nada más. ¿No es esto absurdo?
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. El misterio de la encarnación (1)
Si deseas ver la obra de la Era de la Ley y cómo siguieron los israelitas el camino de Jehová, debes leer el Antiguo Testamento; si deseas entender la obra de la Era de la Gracia, debes leer el Nuevo Testamento. Sin embargo, ¿cómo ves la obra de los últimos días? Debes aceptar el liderazgo del Dios de hoy y entrar en la obra de hoy, porque esta es la nueva obra y nadie la ha registrado anteriormente en la Biblia. Hoy, Dios se ha hecho carne y ha seleccionado a otros escogidos en China. Él obra en estas personas, continúa Su obra en la tierra y continúa la obra de la Era de la Gracia. La obra de hoy es una senda por la que el hombre nunca ha caminado, y es un camino que nadie ha visto jamás. Es una obra que nunca se ha llevado a cabo antes; es la obra más reciente de Dios en la tierra. Así pues, la obra que nunca se ha realizado antes no es historia, porque el ahora es el ahora, y aún no se ha convertido en pasado. Las personas no saben que Dios ha llevado a cabo una obra mayor y más nueva en la tierra y fuera de Israel, que ya ha ido más allá del ámbito de Israel, así como de la predicción de los profetas; que es una obra nueva y maravillosa fuera de las profecías, y una obra más nueva más allá de Israel; una obra que las personas no pueden percibir ni imaginar. ¿Cómo podría contener la Biblia registros explícitos de tal obra? ¿Quién podría haber registrado cada fragmento de la obra de hoy, sin omisión y de antemano? ¿Quién podría haber registrado en aquel viejo libro enmohecido esta obra más poderosa y sabia que desafía las convenciones? La obra de hoy no es historia, y, por tanto, si deseas caminar por la nueva senda de hoy, debes apartarte de la Biblia, ir más allá de los libros de profecía o historia que están en ella. Solo entonces serás capaz de caminar por la nueva senda apropiadamente, y solo entonces serás capaz de entrar en el nuevo ámbito y en la nueva obra. Debes entender por qué hoy se te pide que no leas la Biblia, por qué hay otra obra independiente de ella, por qué Dios no busca una práctica más nueva y detallada en ella, y por qué hay, en su lugar, una obra más poderosa fuera de ella. Esto es todo lo que deberíais entender. Debes conocer la diferencia entre la obra antigua y la nueva, y, aunque no leas la Biblia, tienes que ser capaz de diseccionarla; si no, seguirás adorándola, y te será difícil entrar en la nueva obra y pasar por nuevos cambios. Ya que hay un camino más elevado, ¿por qué estudiar ese, que es más bajo y obsoleto? Ya que hay declaraciones más nuevas y una obra más nueva, ¿por qué vivir entre viejos registros históricos? Las nuevas declaraciones pueden proveer para ti, lo que demuestra que esta es la nueva obra; los viejos registros no pueden saciarte ni satisfacer tus necesidades actuales, y esto prueba que son historia, y no la obra de aquí y ahora. El camino más elevado es la obra más nueva, y con ella, por muy alto que fuera el camino del pasado, sigue siendo la historia de las reflexiones de las personas; independientemente de su valor como referencia, sigue siendo el camino antiguo. Aunque se registra en el “libro sagrado”, el camino antiguo es historia; aunque no hay constancia del mismo en el “libro sagrado”, el nuevo camino es del aquí y el ahora. Este camino puede salvarte y cambiarte, porque es la obra del Espíritu Santo.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Relativo a la Biblia (1)
La Biblia es un libro histórico, y si hubieras comido y bebido el Antiguo Testamento durante la Era de la Gracia, si hubieras puesto en práctica lo exigido en la época del Antiguo Testamento en la Era de la Gracia, Jesús te habría rechazado y condenado; si hubieras aplicado el Antiguo Testamento a la obra de Jesús, habrías sido un fariseo. Si hoy pones juntos el Antiguo y el Nuevo Testamento para comerlos y beberlos y practicarlos, el Dios de hoy te condenará; ¡habrás quedado atrás en la obra actual del Espíritu Santo! Si comes y bebes el Antiguo y el Nuevo Testamento, ¡estás fuera de la corriente del Espíritu Santo! Durante Su época, Jesús guio a los judíos y a aquellos que le seguían según la obra del Espíritu Santo en Él en ese momento. Él no tomó la Biblia como base para lo que llevaba a cabo, sino que hablaba de acuerdo con Su obra; no prestó atención a lo que la Biblia decía ni buscó en ella una senda para guiar a Sus seguidores. Desde el mismo momento en el que empezó a obrar, difundió el camino del arrepentimiento, una palabra sobre la cual las profecías del Antiguo Testamento no mencionan una sola palabra. No solo no actuó según la Biblia, sino que también guio por una nueva senda, y realizó una obra nueva. Nunca se refería a la Biblia cuando predicaba. Durante la Era de la Ley, nadie fue nunca capaz de llevar a cabo Sus milagros de sanar a los enfermos y echar fuera a los demonios. Su obra, Sus enseñanzas, la autoridad y el poder de Sus palabras, también estaban por encima de cualquier hombre en la Era de la Ley. Jesús simplemente llevó a cabo Su obra más nueva, y aunque muchas personas lo condenaron usando la Biblia, e incluso usaron el Antiguo Testamento para crucificarlo, Su obra sobrepasó al Antiguo Testamento; si esto no fue así, ¿por qué lo clavaron en la cruz? ¿No fue porque el Antiguo Testamento no decía nada de Su enseñanza ni de Su capacidad para sanar a los enfermos y echar fuera a los demonios? Su obra se llevó a cabo para guiar por un nuevo camino, no para buscar deliberadamente un enfrentamiento con la Biblia o para prescindir deliberadamente del Antiguo Testamento. Él vino simplemente a desarrollar Su ministerio, a traer la nueva obra a aquellos que lo anhelaban y lo buscaban. No vino a explicar el Antiguo Testamento ni a sostener su obra. La obra de Jesús no tenía como fin permitir que la Era de la Ley continuara desarrollándose, porque Su obra no tomó en consideración si tenía o no la Biblia como su base; Jesús simplemente vino a llevar a cabo la obra que debía realizar. Por tanto, no explicó las profecías del Antiguo Testamento ni obró según las palabras de la Era de la Ley del Antiguo Testamento. Ignoró lo que decía el Antiguo Testamento, no le importó si concordaba o no con Su obra, ni lo que los demás conocieran de esta o que la condenaran. Simplemente siguió realizando la obra que debía llevar a cabo, aunque muchas personas usaron las predicciones de los profetas del Antiguo Testamento para condenarlo. Para las personas, parecía como si Su obra no tuviera base, y gran parte de esta entraba en conflicto con los registros del Antiguo Testamento. ¿No fue esto un error del hombre? ¿Debe aplicarse la doctrina a la obra de Dios? ¿Y debe obrar Dios según las predicciones de los profetas? Después de todo, ¿quién es más grande: Dios o la Biblia? ¿Por qué debe obrar Dios de acuerdo con la Biblia? ¿Podría ser que Dios no tuviera derecho a actuar más allá de la Biblia? ¿No puede apartarse Dios de la Biblia y realizar otra obra? ¿Por qué no guardaban el día de reposo Jesús y Sus discípulos? Si debía practicar a la luz del día de reposo y según los mandamientos del Antiguo Testamento, ¿por qué no lo hizo Jesús después de venir, sino que, en su lugar, lavó pies, cubrió cabezas, partió pan y bebió vino? ¿No está todo esto ausente de los mandamientos del Antiguo Testamento? Si Jesús honraba el Antiguo Testamento, ¿por qué rompió con estas doctrinas? Deberías saber qué fue primero, ¡Dios o la Biblia! Si era el Señor del día de reposo, ¿no podía ser también el Señor de la Biblia?
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Relativo a la Biblia (1)
En su momento, Jesús solo les dio a Sus discípulos una serie de sermones en la Era de la Gracia relativos a cómo practicar, cómo reunirse, cómo suplicar en oración, cómo tratar a los demás, etc. La obra que Él llevó a cabo fue la de la Era de la Gracia y solo explicó cómo debían practicar los discípulos y los que lo seguían. Él realizó únicamente la obra de la Era de la Gracia y nada de la obra de los últimos días. Cuando Jehová estableció la ley del Antiguo Testamento en la Era de la Ley, ¿por qué no realizó, entonces, la obra de la Era de la Gracia? ¿Por qué no dejó clara, de antemano, la obra de la Era de la Gracia? ¿Acaso no habría ayudado al hombre a aceptarlo? Él sólo profetizó que un niño varón nacería y llegaría al poder, pero Él no llevó a cabo de antemano la obra de la Era de la Gracia. La obra de Dios en cada era tiene límites claros; Él sólo realiza la obra de la era presente, no la de la siguiente era de antemano. Solo así puede ponerse de manifiesto Su obra representativa de cada era. Jesús solo habló de las señales de los últimos días, de cómo ser paciente y cómo ser salvado, de cómo arrepentirse y confesar, y de cómo cargar la cruz y soportar el sufrimiento; Él nunca habló de cómo debe el hombre lograr la entrada en los últimos días ni de cómo debe buscar satisfacer la voluntad de Dios. Por tanto, ¿acaso no es ridículo buscar la obra de Dios de los últimos días en la Biblia? ¿Qué puedes ver simplemente aferrándote a la Biblia? Ya sea un comentador de la Biblia o un predicador, ¿quién podría haber visto de antemano la obra de hoy?
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. ¿Cómo puede el hombre que ha delimitado a Dios con sus nociones recibir Sus revelaciones?
Nadie conoce la realidad de la Biblia: que no es nada más que un registro histórico de la obra de Dios, y un testimonio de las dos etapas anteriores de la misma, y que no te ofrece un entendimiento de los objetivos de la obra de Dios. Todo aquel que ha leído la Biblia sabe que documenta las dos etapas de la obra de Dios durante la Era de la Ley y la Era de la Gracia. El Antiguo Testamento registra la historia de Israel y la obra de Jehová desde la época de la creación hasta el final de la Era de la Ley. El Nuevo Testamento registra la obra de Jesús en la tierra, que se encuentra en los Cuatro Evangelios, así como la obra de Pablo. ¿No son, estos, registros históricos? Mencionar hoy las cosas del pasado las convierte en historia, y no importa cuán verdaderas o reales puedan ser, siguen siendo historia, y la historia no puede ocuparse del presente, ¡porque Dios no mira atrás en la historia! Así pues, si sólo entiendes la Biblia y no entiendes nada de la obra que Dios pretende hacer hoy, y, si crees en Dios, pero no buscas la obra del Espíritu Santo, entonces no entiendes lo que significa buscar a Dios. Si lees la Biblia con el fin de estudiar la historia de Israel, de investigar la historia de la creación de todos los cielos y la tierra por parte de Dios, entonces no crees en Dios. Pero hoy, como crees en Él y buscas la vida, como persigues el conocimiento de Dios y no letras y doctrinas muertas ni un entendimiento de la historia, debes buscar la voluntad de Dios de hoy, así como la dirección de la obra del Espíritu Santo. Si fueras arqueólogo podrías leer la Biblia, pero no lo eres. Eres uno de esos que creen en Dios, y más te vale buscar Su voluntad de hoy.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Relativo a la Biblia (4)
El hecho que quiero explicar aquí es este: lo que Dios es y tiene es inagotable e ilimitado por siempre. Dios es la fuente de la vida y de todas las cosas. Dios no puede ser dimensionado por ningún ser creado. Por último, debo todavía recordar a todos: no delimitéis otra vez a Dios a libros, palabras o a Sus declaraciones pasadas. Hay una sola palabra para describir la característica de la obra de Dios: nueva. A Él no le gusta tomar caminos antiguos o repetir Su obra, y mucho menos quiere que la gente lo adore mientras que lo delimita a un cierto ámbito. Este es el carácter de Dios.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Epílogo
Ahora ya han aparecido varios desastres inusuales, y según las profecías de la Biblia, habrá desastres aún mayores en el futuro. Entonces, ¿cómo obtener la protección de Dios en medio de los grandes desastres? Contáctanos, y te mostraremos el camino.