La humanidad se gana la misericordia y la tolerancia de Dios por medio del arrepentimiento sincero (Parte 3)

20 Abr 2018

La misericordia y tolerancia de Dios no son raras, el arrepentimiento del hombre lo es

Independientemente de cuán airado había estado Dios con los ninivitas, en cuanto declararon un ayuno y vistieron de cilicio y cenizas, Su corazón comenzó a ablandarse y Su opinión a cambiar. Cuando Él les proclamó que destruiría su ciudad —el momento anterior a su confesión y arrepentimiento de sus pecados— Dios seguía airado con ellos. Una vez hubieron llevado a cabo una serie de actos de arrepentimiento, el enojo de Dios por los habitantes de Nínive se transformó gradualmente en misericordia y tolerancia hacia ellos. No hay nada contradictorio acerca de la revelación coincidente de estos dos aspectos del carácter de Dios en el mismo acontecimiento. Entonces, ¿cómo debería uno entender y conocer esta ausencia de contradicción? Dios expresó y reveló sucesivamente cada una de estas esencias de los dos polos opuestos cuando el pueblo de Nínive se arrepintió, con lo que la gente pudo ver la realidad de la esencia de Dios y que esta no se puede ofender. Dios utilizó Su actitud para decirle a la gente: no es que Dios no tolere a las personas o que no quiera mostrarles misericordia; más bien es que las personas raramente se arrepienten verdaderamente a Dios, y es raro que las personas se vuelvan verdaderamente de sus malos caminos y abandonen la violencia de sus manos. En otras palabras, cuando Dios está airado con el hombre, espera que este sea capaz de arrepentirse sinceramente y, en efecto, espera ver el arrepentimiento verdadero del hombre, en cuyo caso continuará concediendo entonces con liberalidad Su misericordia y tolerancia al hombre. Es decir, la conducta malvada del hombre provoca la ira de Dios, mientras que la misericordia y tolerancia de Dios se conceden a aquellos que escuchan a Dios y se arrepienten sinceramente delante de Él, a aquellos que pueden volverse de sus caminos malvados y abandonar la violencia de sus manos. La actitud de Dios se reveló muy claramente en Su trato con los ninivitas: la misericordia y la tolerancia de Dios no son en absoluto difíciles de conseguir, y lo que Él exige es el arrepentimiento sincero de uno. Siempre y cuando las personas se vuelvan de sus caminos malvados y abandonen la violencia de sus manos, Dios cambiará Su opinión y Su actitud hacia ellas.

El carácter justo del Creador es real y vívido

Cuando Dios cambió de opinión respecto a las personas de Nínive, ¿fueron Su misericordia y tolerancia una fachada falsa? ¡Por supuesto que no! ¿Entonces qué se ha mostrado desde la transición entre estos dos aspectos del carácter de Dios durante el tratamiento que le dio Él a este asunto? El carácter de Dios es un todo completo; no está en absoluto dividido. Independientemente de si Él está expresando enojo o misericordia y tolerancia hacia las personas, estas son todas expresiones de Su carácter justo. El carácter de Dios es vital y vívidamente visible. Él cambia Sus pensamientos y actitudes según la manera en que se desarrollan las cosas. La transformación de Su actitud hacia los ninivitas le dice a la humanidad que Él tiene Sus propios pensamientos e ideas; Él no es un robot ni una figura de arcilla, sino el propio Dios vivo. Él podía estar airado con los habitantes de Nínive, del mismo modo que podía perdonar sus pasados debido a sus actitudes; Él podía decidir traer desgracia sobre los ninivitas, y podía cambiar Su decisión debido a su arrepentimiento. A las personas les gusta aplicar rígidamente las reglas y utilizarlas para delimitar y definir a Dios, del mismo modo que les gusta usar fórmulas para tratar de entender el carácter de Dios. Así pues, en lo que respecta al ámbito del pensamiento humano, Dios no piensa ni tiene ideas sustanciales. Pero en realidad, los pensamientos de Dios están en un estado de transformación constante, de acuerdo con los cambios en las cosas y los entornos. Mientras estos pensamientos se están transformando, se revelan diferentes aspectos de la esencia de Dios. Durante este proceso de transformación, en el preciso momento en que Dios cambia Su opinión, lo que le muestra a la humanidad es la existencia real de Su vida, y que Su carácter justo está lleno de dinámica vitalidad. Al mismo tiempo, Dios usa Sus propias revelaciones verdaderas para demostrar a la humanidad la certeza de la existencia de Su ira, Su misericordia, Su benignidad y Su tolerancia. Su esencia se revelará en cualquier momento y lugar según se desarrollen las cosas. Él posee la ira de un león y la misericordia y la tolerancia de una madre. Su carácter justo no permite que nadie lo cuestione, viole, cambie o distorsione. Entre todos los asuntos y las cosas, el carácter justo de Dios, es decir, la ira y la misericordia de Dios, pueden revelarse en cualquier momento y lugar. Él le otorga una expresión vital a estos aspectos en cada rincón de la creación, y los implementa con vitalidad a cada momento. El carácter justo de Dios no está limitado por el tiempo o el espacio; en otras palabras, el carácter justo de Dios no se expresa o revela mecánicamente según las limitaciones del espacio, sino más bien con perfecta tranquilidad y en todo momento y lugar. Cuando ves a Dios cambiar de opinión y dejar de expresar Su ira y refrenarse de destruir la ciudad de Nínive, ¿puedes decir que Dios sólo es misericordioso y amoroso? ¿Puedes decir que la ira de Dios consiste en palabras vacías? Cuando Dios se enfurece con una intensa ira y se retracta de Su misericordia, ¿puedes decir que no siente un amor verdadero hacia la humanidad? Esta ira intensa que expresa Dios es en respuesta a los actos malvados de las personas; Su ira es sin defecto. El corazón de Dios se conmueve en respuesta al arrepentimiento de las personas, y es este arrepentimiento el que causa que cambie de opinión. Cuando se siente conmovido, cuando cambia de opinión, y cuando muestra Su misericordia y tolerancia hacia el hombre, todo ello carece totalmente de defectos; todo ello es limpio, puro, inmaculado y no está adulterado. La tolerancia de Dios es exactamente eso, tolerancia; igual que Su misericordia no es otra cosa que misericordia. Su carácter revela ira o misericordia y tolerancia de acuerdo con el arrepentimiento del hombre y las variaciones en la conducta del hombre. No importa lo que Él revele o exprese, todo es puro y directo; Su esencia es distinta de la de cualquier ser creado. Cuando Dios expresa los principios subyacentes a Sus acciones, y están libres de cualquier defecto o mancha, y también lo son Sus pensamientos, Sus ideas, y cada decisión que toma y cada acción que realiza. Puesto que así ha decidido y actuado Dios, así completa Sus compromisos. Los resultados de Sus compromisos son correctos y perfectos porque su fuente es perfecta e intachable. La ira de Dios es perfecta. Del mismo modo, la misericordia y la tolerancia de Dios, que no posee ninguno de los seres creados, son santas y perfectas, y pueden soportar la deliberación reflexiva y la experiencia.

A partir de vuestra comprensión de la historia de Nínive, ¿veis ahora el otro lado de la esencia del carácter justo de Dios? ¿Veis el otro lado del carácter justo único de Dios? ¿Posee alguien en la humanidad este tipo de carácter? ¿Posee alguien este tipo de ira, la ira de Dios? ¿Posee alguien misericordia y tolerancia como las que posee Dios? ¿Quién entre los seres creados puede presentar tanta ira y decidir destruir o traer el desastre sobre la humanidad? ¿Y quién está capacitado para conceder misericordia al hombre, para tolerar y perdonar y, por tanto, cambiar la anterior decisión de uno de destruir al hombre? El Creador expresa Su carácter justo por medio de Sus propios métodos y principios únicos, y Él no está sujeto al control o a las restricciones impuestas por cualquier persona, acontecimiento o cosa. Con Su carácter único, nadie es capaz de cambiar Sus pensamientos e ideas, ni de persuadirlo y cambiar cualquiera de Sus decisiones. La totalidad del comportamiento y los pensamientos que existen en todos los seres creados lo hacen bajo el juicio de Su carácter justo. Nadie puede controlar si ejerce la ira o la misericordia; solo la esencia del Creador o, en otras palabras, el carácter justo del Creador, puede decidir esto. ¡Esta es la naturaleza única del carácter justo del Creador!

Mediante el análisis y la comprensión de la transformación de la actitud de Dios hacia las personas de Nínive, ¿sois capaces de usar la palabra “única” para describir la misericordia encontrada en el carácter justo de Dios? Dijimos anteriormente que la ira de Dios es un aspecto de la esencia de Su carácter justo único. Ahora definiré dos aspectos —la ira de Dios y la misericordia de Dios— como Su carácter justo. El carácter justo de Dios es santo; no tolera que se le ofenda o cuestione; es algo que ningún ser creado o no creado posee. Es tanto único como exclusivo de Dios. Es decir, la ira de Dios es santa y no se puede ofender. De la misma manera, el otro aspecto del carácter justo de Dios —la misericordia de Dios— es santo y no puede ofenderse. Ninguno de los seres creados o no creados puede reemplazar o representar a Dios en Sus acciones y nadie podría haberlo reemplazado o representado en la destrucción de Sodoma o la salvación de Nínive. Esta es la verdadera expresión del carácter justo único de Dios.

La Palabra, Vol. II. Sobre conocer a Dios. Dios mismo, el único II

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