¿Por qué se hace la obra de Dios de los últimos días en China y no en Israel?

15 Ene 2018

Versículos bíblicos como referencia:

“Pues desde que sale el sol hasta que se pone, Mi nombre será engrandecido entre los gentiles […] dijo Jehová de los ejércitos” (Malaquías 1:11).*

“Porque así como el relámpago sale del oriente y resplandece hasta el occidente, así será la venida del Hijo del Hombre. Donde esté el cadáver, allí se juntarán los buitres” (Mateo 24:27-28).

Las palabras relevantes de Dios:

Una etapa de la obra de las dos eras anteriores tuvo lugar en Israel y la otra en Judea. En general, ninguna etapa de esta obra abandonó Israel y cada etapa fue llevada a cabo entre el primer pueblo escogido. Consecuentemente, los israelitas creen que Jehová Dios solo es el Dios de los israelitas. Como Jesús obró en Judea, donde llevó a cabo la obra de la crucifixión, los judíos lo consideran el Redentor del pueblo judío. Ellos piensan que Él es únicamente el Rey de los judíos y de ningún otro pueblo, que Él no es el Señor que redime a los ingleses, o a los americanos, sino el que redime a los israelitas, y que redimió a los judíos en Israel. En realidad, Dios es el Maestro de todas las cosas. Él es el Dios de toda creación. No es tan solo el Dios de los israelitas ni el de los judíos; es el Dios de toda la creación. Las dos etapas anteriores de Su obra tuvieron lugar en Israel, lo que ha dado lugar a que las personas tengan ciertas nociones. Algunos creen que Jehová hizo Su obra en Israel y que Jesús mismo llevó a cabo Su obra en Judea, y que, adicionalmente, se encarnó para obrar, y cualquiera que sea el caso, esta obra no se extendió más allá de Israel. Dios no obró en los egipcios o los indios; solo lo hizo en los israelitas. Las personas se forman así diversas nociones y delimitan la obra de Dios dentro de un ámbito determinado. Dicen que, cuando Dios obra, debe hacerlo en medio del pueblo escogido y en Israel; que salvo por los israelitas, Dios no obra en nadie más, ni hay mayor alcance de Su obra. Son especialmente estrictos al mantener a raya a Dios encarnado y no permitirle moverse más allá los límites de Israel. ¿No son todos estos conceptos meramente humanos? Dios hizo los cielos, la tierra y todas las cosas, toda la creación; ¿cómo podría entonces limitar Su obra únicamente a Israel? En ese caso, ¿para qué haría toda la creación? Él creó el mundo entero y ha llevado a cabo Su plan de gestión de seis mil años, no solo en Israel, sino también en cada persona del universo. Independientemente de si vive en China, los Estados Unidos, el Reino Unido o Rusia, cada persona es descendiente de Adán; Dios las ha hecho a todas. Ninguna de ellas puede escaparse de los límites de la creación, y ninguna puede quitarse la etiqueta de “descendiente de Adán”. Todas son criaturas de Dios, y todas son la descendencia de Adán; también son los descendientes corruptos de Adán y Eva. No solo los israelitas son la creación de Dios, sino todas las personas; la cuestión es que algunos han sido maldecidos, y otros bendecidos. Los israelitas tienen muchas cosas aceptables; Dios obró en ellos al principio porque eran los menos corruptos. Los chinos no pueden ni siquiera compararse con ellos; son muy inferiores. Así pues, Dios obró inicialmente entre el pueblo de Israel, y la segunda etapa de Su obra solo se llevó a cabo en Judea, y esto dio lugar a muchas nociones y normas entre los hombres. De hecho, si Dios tuviera que actuar de acuerdo a nociones humanas, solo sería el Dios de los israelitas y, así, sería incapaz de expandir Su obra a las naciones gentiles, porque solo sería el Dios de los israelitas y no el Dios de toda la creación. Las profecías dijeron que el nombre de Jehová sería magnificado en las naciones gentiles, que se difundiría en ellas. ¿Por qué se profetizó esto? Si Dios fuera solo el Dios de los israelitas, solo obraría en Israel. Además, no difundiría esta obra, y no haría esta profecía. Como sí la hizo, extenderá, sin duda alguna, Su obra entre las naciones gentiles y entre cada nación y pueblo. Como afirmó esto, lo debe hacer. Este es Su plan, porque Él es el Señor que creó los cielos y la tierra y todas las cosas, y el Dios de toda creación. Independientemente de si obra entre los israelitas o por toda Judea, la obra que hace es la de todo el universo y toda la humanidad. La obra que hace hoy en la nación del gran dragón rojo —en una nación gentil— sigue siendo la de toda la humanidad. Israel pudo ser la base para Su obra en la tierra; de igual forma, China puede también convertirse en la base para Su obra entre las naciones gentiles. ¿No ha cumplido ahora la profecía de que “el nombre de Jehová será engrandecido entre las naciones gentiles”? El primer paso de Su obra entre las naciones gentiles es esta obra que Él hace en la nación del gran dragón rojo.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Dios es el Señor de toda la creación

Si el Salvador llegara durante los últimos días y se le siguiera llamando Jesús y naciera de nuevo en Judea e hiciera Su obra allí, entonces esto demostraría que Yo solo creé y redimí al pueblo de Israel y que no tengo nada que ver con los gentiles. ¿No contradiría esto Mis palabras de que “Yo soy el Señor que creó los cielos y la tierra y todas las cosas”? Dejé Judea y hago Mi obra entre los gentiles porque no soy solamente el Dios del pueblo de Israel, sino el Dios de todas las criaturas. Aparezco entre los gentiles durante los últimos días porque Yo no solo soy Jehová, el Dios del pueblo de Israel, sino, además, porque Yo soy el Creador de todos Mis escogidos entre los gentiles. No solo creé a Israel, Egipto y Líbano, sino a todas las naciones gentiles más allá de Israel. Debido a esto, Yo soy el Señor de todas las criaturas. Simplemente usé Israel como el punto de partida para Mi obra, empleé Judea y Galilea como las fortalezas de Mi obra de redención y ahora uso las naciones gentiles como la base sobre la que pondré fin a toda la era. Hice dos etapas de la obra en Israel (estas dos etapas de la obra son la Era de la Ley y la Era de la Gracia) y he estado llevando a cabo dos etapas más de la obra (la Era de la Gracia y la Era del Reino) a por todas las naciones más allá de Israel. Entre las naciones gentiles haré la obra de conquista y concluiré así la era.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. El Salvador ya ha regresado sobre una “nube blanca”

La obra de Jehová fue la creación del mundo, el principio; esta etapa de la obra es el final de la misma, la conclusión. Al principio, la obra de Dios se llevó a cabo entre los escogidos de Israel, y fue el comienzo de una nueva época en el más santo de todos los lugares. La última etapa de la obra se lleva a cabo en el más inmundo de todos los países, para juzgar al mundo y poner fin a la era. En la primera etapa, la obra de Dios se llevó a cabo en el más brillante de todos los lugares, y la última etapa tiene lugar en el más oscuro de todos ellos; estas tinieblas serán eliminadas, se traerá la luz y todas las personas serán conquistadas. Cuando las personas de este, el más inmundo y oscuro de todos los lugares, hayan sido conquistadas, y toda la población haya reconocido que hay un Dios, que es el Dios verdadero, y toda persona haya sido totalmente convencida, esta realidad se usará para llevar a cabo la obra de conquista en todo el universo. Esta etapa de la obra es simbólica: una vez que haya finalizado la obra de esta era, la de seis mil años de gestión llegará a un completo final. Una vez conquistados los que pertenecen al lugar más oscuro de los lugares, sobra decir que también ocurrirá lo mismo en todas partes. Por tanto, sólo la obra de conquista en China conlleva un simbolismo significativo. China personifica a todas las fuerzas de las tinieblas, y el pueblo chino representa a todos los que son de la carne, de Satanás, y de la carne y la sangre. El pueblo chino es el que ha sido más corrompido por el gran dragón rojo, el que se opone a Dios con más fuerza, el que tiene una humanidad más vulgar e inmunda y, por tanto, es el arquetipo de toda la humanidad corrupta. Esto no quiere decir que otros países no tengan problemas en absoluto; las nociones del hombre son todas iguales, y aunque las personas de estos países puedan ser de un buen calibre, si no conocen a Dios entonces es que se oponen a Él. ¿Por qué se opusieron también los judíos a Dios y le desafiaron? ¿Por qué se opusieron a Él los fariseos? ¿Por qué traicionó Judas a Jesús? En ese momento, muchos de los discípulos no conocían a Jesús. ¿Por qué, tras ser crucificado y resucitar, las personas seguían sin creer en Él? ¿No es igual la desobediencia del hombre? Simplemente, se hace un ejemplo del pueblo de China, y cuando este sea conquistado sus gentes pasarán a ser modelos y muestras, y servirán de referencia para los demás. ¿Por qué he dicho siempre que sois un apéndice a Mi plan de gestión? Es en el pueblo de China donde la corrupción, la inmundicia, la injusticia, la oposición y la rebeldía se manifiestan de manera más completa y se revelan en todas sus diversas formas. Por un lado, son de pobre calibre, y por otro, sus vidas y su mentalidad son retrógradas, y sus hábitos, su entorno social, su familia de nacimiento son pobres y de lo más atrasado. Su estatus también es bajo. La obra en este lugar es simbólica, y después de que esta obra de prueba se haya llevado a cabo en su totalidad, la obra de Dios subsiguiente irá mucho mejor. Si esta etapa de la misma puede completarse, la subsiguiente no admite discusión. Una vez que esta etapa de la obra se haya cumplido, se habrá logrado por completo un gran éxito, y la obra de conquista a lo largo de todo el universo habrá llegado a su entero fin. De hecho, una vez que la obra entre vosotros haya sido exitosa, esto equivaldrá al éxito a lo largo de todo el universo. Este es el sentido de por qué quiero que actuéis como un modelo y una muestra. Rebeldía, oposición, inmundicia, injusticia, todo esto se encuentra en estas personas, y en ellas está representada toda la rebeldía de la humanidad. Ellas son un caso serio. Por tanto, se les tiene por el paradigma de la conquista, y una vez conquistados pasarán a ser muestras y modelos para los demás.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La visión de la obra de Dios (2)

Dios ha hecho de este grupo de personas el único foco de Su obra a través de todo el universo. Él ha sacrificado toda la sangre de Su corazón por vosotros; Él ha reclamado y os ha dado toda la obra del Espíritu en todo el universo. Es por eso que sois los afortunados. Más aun, Él ha trasladado Su gloria de Israel, Su pueblo elegido, a vosotros, y hará que el propósito de Su plan se manifieste completamente a través de este grupo. Por lo tanto, vosotros sois los que vais a recibir la herencia de Dios y, es más, sois los herederos de la gloria de Dios. Tal vez todos recordáis estas palabras: “Pues esta aflicción leve y pasajera nos produce un eterno peso de gloria que sobrepasa toda comparación”. Todos habéis oído estas palabras antes, sin embargo, ninguno de vosotros comprendió su verdadero significado. Hoy, sois profundamente conscientes de su importancia. Dios cumplirá estas palabras durante los últimos días y se cumplirán en aquellos que han sido brutalmente perseguidos por el gran dragón rojo en la tierra donde yace enroscado. El gran dragón rojo persigue a Dios y es Su enemigo, y por lo tanto, en esta tierra, los que creen en Dios son sometidos a humillación y opresión y, como resultado, estas palabras se cumplirán en este grupo de personas, vosotros. Al estar situado en una tierra que se opone a Dios, toda Su obra se enfrenta a tremendos obstáculos y cumplir muchas de Sus palabras lleva tiempo; así, la gente es refinada a causa de las palabras de Dios, lo que también forma parte del sufrimiento. Es tremendamente difícil para Dios llevar a cabo Su obra en la tierra del gran dragón rojo, pero es a través de esta dificultad que Dios realiza una etapa de Su obra, para manifestar Su sabiduría y acciones maravillosas, y usa esta oportunidad para hacer que este grupo de personas sean completadas. Dios lleva a cabo Su obra de purificación y conquista mediante el sufrimiento, el calibre y todo el carácter satánico de las personas en esta tierra inmunda, para, de esta manera obtener la gloria y así ganar a los que dan testimonio de Sus obras. Este es el significado completo de todos los sacrificios que Dios ha hecho por este grupo de personas. Es decir, Dios hace la obra de conquista a través de aquellos que se oponen a Él, y solo así se puede poner de manifiesto el gran poder de Dios. En otras palabras, sólo los que están en la tierra impura son dignos de heredar la gloria de Dios, y solo esto puede resaltar el gran poder de Dios. Es por eso que es de la tierra impura y de aquellos que viven en ella de donde se obtiene la gloria de Dios. Tal es Su voluntad. La etapa de la obra de Jesús era la misma; Él solamente podía ser glorificado entre aquellos fariseos que lo persiguieron. Si no hubiese sido por la persecución de los fariseos y por la traición de Judas, Jesús no habría sido ridiculizado ni calumniado, ni mucho menos crucificado, y por tanto no hubiese obtenido la gloria. Donde Dios obra en cada era, y donde Él realiza Su obra en la carne, allí es donde Él obtiene la gloria y donde gana a quienes Él tiene intención de ganar. Este es el plan de la obra de Dios, y esta es Su gestión.

En el plan de Dios de varios miles de años, dos partes de obra se realizan en la carne. En primer lugar está la obra de la crucifixión, por la cual Él es glorificado; la otra es la obra de la conquista y la perfección en los últimos días, por la cual Él es glorificado. Esta es la gestión de Dios. Entonces, no consideréis un tema sencillo la obra de Dios ni la labor que os ha encomendado. Todos vosotros sois herederos del eterno y mucho más extraordinario peso de la gloria de Dios, y esto fue ordenado especialmente por Él. De las dos partes de Su gloria, una se manifiesta en vosotros; la totalidad de una de las partes de la gloria de Dios ha sido conferida a vosotros para que sea vuestra herencia. Esta es la exaltación de Dios y también el plan que Él predeterminó hace mucho tiempo. Dada la magnitud de la obra que Dios ha hecho en la tierra donde reside el gran dragón rojo, si esta obra se trasladara a otra parte, hace mucho tiempo que hubiese dado grandes frutos y que hubiese sido aceptada fácilmente por el hombre. Además, esta obra sería demasiado fácil de aceptar para los clérigos de Occidente que creen en Dios, porque la etapa de la obra de Jesús sirve como precedente. Por este motivo Dios no puede alcanzar esta etapa de la obra de ganar la gloria en otro lugar, cuando la obra es apoyada por la gente y reconocida por las naciones, la gloria de Dios no puede arraigarse. Esta es, precisamente, la extraordinaria importancia que esta etapa de la obra contiene en esta tierra.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. ¿Es la obra de Dios tan sencilla como el hombre imagina?

En muchos lugares, Dios ha profetizado que Él va a ganar a un grupo de vencedores en la tierra de Sinim. Como es en la parte oriental del mundo que se han de ganar a los vencedores, entonces el lugar donde Dios pone Sus pies en Su segunda encarnación es, sin lugar a duda, la tierra de Sinim, el lugar exacto donde descansa enrollado el gran dragón rojo. Allí ganará Dios a los descendientes del gran dragón rojo para que quede totalmente derrotado y avergonzado. Dios va a despertar a estas personas tan cargadas de sufrimiento, las activará por completo hasta que estén completamente despiertas, y para que salgan de la niebla y rechacen al gran dragón rojo. Despertarán de su sueño, reconocerán la sustancia del gran dragón rojo, se volverán capaces de entregar su corazón por entero a Dios, se levantarán de la opresión de las fuerzas de la oscuridad, se pondrán de pie en el Oriente del mundo y se convertirán en la prueba de la victoria de Dios. Solo de esta manera ganará Dios la gloria. Precisamente por esta razón trajo Dios la obra, que llegó a su fin en Israel, a la tierra donde el gran dragón rojo descansa enrollado y, casi dos mil años después de partir, ha venido de nuevo en la carne para seguir con la obra de la Era de la Gracia. A simple vista del hombre, Dios está inaugurando una nueva obra en la carne. Pero, desde el punto de vista de Dios, está prosiguiendo con la obra de la Era de la Gracia, pero solo tras un interregno de unos cuantos miles de años y con el cambio de la ubicación y el programa de Su obra.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La obra y la entrada (6)

Independientemente de si eres norteamericano, británico o de cualquier otra nacionalidad, debes salirte de los confines de tu propia nacionalidad, trascender a ti mismo y ver la obra de Dios desde la perspectiva de un ser creado. De esta manera, no pondrás limitaciones a las huellas de Dios. Esto es porque, en la actualidad, mucha gente considera que es imposible que Dios aparezca en una nación en particular o entre cierta gente. ¡Qué profundo es el sentido de la obra de Dios y qué importante es la aparición de Dios! ¿Cómo pueden medir esto las nociones y pensamientos del hombre? Y por eso digo que debes derrumbar tus nociones de nacionalidad y etnicidad para buscar la aparición de Dios. Solo así no estarás restringido por tus propias nociones; solo así serás apto para darle la bienvenida a la aparición de Dios. De otro modo, siempre vas a permanecer en la oscuridad y nunca vas a obtener la aprobación de Dios.

Dios es el Dios de toda la raza humana. Él no se considera la propiedad privada de ninguna nación o pueblo, sino que se dedica a hacer Su obra tal como la ha planeado, sin restricciones de ninguna forma ni de ninguna nación o pueblo. Tal vez nunca has imaginado esta forma, o tal vez tu actitud hacia ella sea la negación, o tal vez la nación donde Dios se revela a sí mismo y el pueblo entre el que se revela resulta que son discriminados por todo el mundo y son los más retrógrados de la tierra. Con todo, Dios tiene Su sabiduría. Con Su gran poder y por medio de Su verdad y carácter, Él ha ganado realmente a un grupo de personas que son de un mismo sentir con Él, y a un grupo de personas que Él deseó completar; un grupo conquistado por Él que, tras soportar toda clase de juicios y tribulaciones y todas las formas de persecución, puede seguirlo a Él hasta el final. El objetivo de la aparición de Dios, libre de las limitaciones de cualquier forma o nación, es permitirle completar Su obra tal como la ha planeado. Esto es como cuando Dios se hizo carne en Judea: Su objetivo fue completar la obra de la crucifixión al redimir a toda la raza humana. Sin embargo, los judíos creyeron que era imposible que Dios hiciera esto, y pensaron que era imposible que Dios se hiciera carne y asumiera la forma del Señor Jesús. Su “imposible” se convirtió en la base sobre la cual condenaron a Dios y se opusieron a Él y, finalmente, esto llevó a la destrucción de Israel. Hoy en día, muchas personas han cometido un error parecido. Proclaman con todas sus fuerzas la inminente aparición de Dios, sin embargo, al mismo tiempo condenan Su aparición; su “imposible” una vez más confina la aparición de Dios dentro de los límites de su imaginación. Y así he visto a mucha gente reírse a carcajadas salvajes y estridentes al toparse con las palabras de Dios. ¿Acaso es esta risa diferente a la condena y blasfemia de los judíos? No sois reverentes en presencia de la verdad y menos aún poseéis una actitud de anhelo. Lo único que hacéis es estudiar indiscriminadamente y esperar con alegre despreocupación. ¿Qué podéis ganar con estudiar y esperar así? ¿Creéis que recibiréis la guía personal de Dios? Si no puedes discernir las declaraciones de Dios, ¿cómo puedes ser apto para presenciar la aparición de Dios? Dondequiera que Dios aparece, allí se expresa la verdad y estará la voz de Dios. Solo los que pueden aceptar la verdad podrán escuchar la voz de Dios y solo tales personas son aptas para presenciar la aparición de Dios. ¡Abandona tus nociones! Tranquilízate y lee con cuidado estas palabras. Si anhelas la verdad, Dios te esclarecerá y entenderás Su voluntad y Sus palabras. ¡Abandonad vuestras opiniones de lo que es “imposible”! Cuanto más crea la gente que algo es imposible, es más factible que ocurra, porque la sabiduría de Dios se eleva más alto que los cielos, los pensamientos de Dios son más altos que los pensamientos del hombre, y la obra de Dios trasciende los límites del pensamiento y las nociones del hombre. Cuanto más imposible sea algo, más verdad se puede buscar en ello; cuanto más lejos de las nociones y la imaginación del hombre resida algo, más contiene la voluntad de Dios. Esto es porque no importa dónde se revele Dios, Él sigue siendo Dios y Su esencia nunca cambiará por la ubicación o la forma de Su aparición. El carácter de Dios sigue igual, independientemente de dónde estén Sus huellas, y no importa dónde estén las huellas de Dios, Él es el Dios de toda la humanidad, igual que el Señor Jesús no es solo el Dios de los israelitas, sino que también es el Dios de toda la gente de Asia, Europa y América y, más aún, Él es el solo y único Dios en todo el universo. ¡Así que busquemos la voluntad de Dios y descubramos Su aparición en Sus declaraciones, y mantengamos el ritmo de Sus huellas! Dios es la verdad, el camino y la vida. Sus palabras y Su aparición existen simultáneamente y Su carácter y Sus huellas siempre están abiertas en todo momento a la humanidad. Queridos hermanos y hermanas, espero que podáis ver la aparición de Dios en estas palabras, que comencéis a seguir Sus huellas a medida que avanzáis a largas zancadas hacia una nueva era ¡y entráis en los nuevos y hermosos cielo y tierra que Dios ha preparado para los que esperan Su aparición!

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Apéndice I: La aparición de Dios ha dado lugar a una nueva era

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