I

Seguimos a Cristo de los últimos días, Dios Todopoderoso.

Cada día comemos y bebemos Su palabra y disfrutamos de ella.

Recibimos el riego del agua viva y asistimos al banquete del reino celestial.

Vivimos una nueva vida en el reino.

Las palabras de Dios son toda la verdad

y, cuanto más las leemos, más se nos ilumina el corazón.

Vemos claramente la oscuridad y maldad de este mundo,

y entendemos el valor y el significado de la vida.

Abandonamos todo para cumplir bien nuestro deber

y caminar por la senda luminosa de la vida.

Nos despojamos de nuestras vidas vacías y dolorosas,

y vivimos ante Dios, libres y liberados.

Con una canción y una danza nuevas, damos gracias a Dios y lo alabamos.

Su palabra nos riega y alimenta, y nuestras vidas crecen sin cesar.

Con una canción y una danza nuevas,

agradecemos a Dios por darnos la verdad y vida.

Haremos bien nuestros deberes y seremos leales hasta el final;

viviremos la realidad-verdad y satisfaremos las intenciones de Dios.

II

¡Qué bendición es seguir a Cristo de los últimos días!

Su palabra nos juzga, purifica, transforma

y nos salva de la oscura influencia de Satanás.

Vivimos en la luz, cara a cara con Dios.

Sus palabras nos guían a través de las pruebas

y nos mantenemos firmes en el testimonio al entender Su corazón.

A través de la persecución, pruebas y tribulaciones,

nuestra fe y amor son perfeccionados.

En nuestras experiencias vemos la hermosura de Dios

y estamos llenos de temor y admiración por Él.

Dejamos que Dios nos instrumente y no hacemos ninguna elección personal;

le seremos leales hasta la muerte y lo seguiremos hasta el final.

Con una canción y una danza nuevas, damos gracias a Dios y lo alabamos.

Que Dios nos haya purificado y salvado se debe solo a Su gracia y bendición.

Cantamos una nueva canción y bailamos una nueva danza;

ganamos mucho al seguir a Dios Todopoderoso.

Ofrendamos todo nuestro ser y nos entregamos a Dios.

Nos someteremos a Él y lo amaremos por siempre.

de Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos